Gisèle Pelicot, la mujer francesa cuyo ya exmarido está siendo juzgado por drogarla y violarla e invitar a decenas de hombres a abusar de ella, subió al estrado este miércoles para hablar de su caso.
En el tribunal de Avignon (sureste de Francia), dijo que quiere que las mujeres que han sido violadas tengan claro que «no nos corresponde a nosotras sentir vergüenza… sino a ellos».
«Quiero que todas las mujeres que han sido violadas digan: la señora Pelicot lo hizo, yo también puedo. No quiero que se sientan avergonzadas por más tiempo«, afirmó, en referencia a su petición de un juicio abierto y de que se difundan los vídeos de las supuestas violaciones.
Pelicot, de 72 años, subió al estrado luego de una solicitud de su equipo legal para que se le diera la oportunidad de responder tanto a los testimonios como a las evidencias que se han compartido en el juicio hasta el momento.
Apuntó que durante las últimas semanas presenció cómo varias esposas, madres y hermanas de los acusados subían al estrado para decir que los acusados eran «hombres excepcionales».
“Es igual que el que yo tenía en casa”, respondió a eso.
«Pero un violador no es sólo alguien que te encuentras en un aparcamiento oscuro a altas horas de la noche. También te lo puedes encontrar en la familia, entre amigos».
Pelicot afirmó que está «completamente destruida» y que tendrá que reconstruirse de nuevo. «No sé si toda mi vida será lo suficiente como para poder entender esto», añadió.
Dirigiéndose a su exmarido como el señor Pelicot, dijo: «Me gustaría poder seguir llamándolo Dominique. Vivimos juntos durante 50 años. Yo era una mujer feliz y realizada».
«Fuiste un marido atento y cariñoso y nunca dudé de ti. Compartimos risas y lágrimas», añadió con la voz entrecortada.
Ella solicitó el divorcio en 2021
Algunos lectores pueden encontrar detalles de esta historia angustiosos.
«¿Cómo pudo haberme traicionado?»
Dominique admitió haber reclutado a hombres por internet para violar a su esposa mientras ella estaba bajo los efectos de fuertes sedantes y somníferos que él mismo le administró en secreto entre 2010 y 2020.
Gisèle Pelicot dijo que solía sentirse afortunada de tenerlo a su lado cuando sufría problemas de salud que, según se supo después, estaban relacionados con los medicamentos que él le daba.
«Estoy tratando de entender cómo este hombre, que para mí era perfecto, pudo haber hecho esto. ¿Cómo pudo haberme traicionado en este momento? ¿Cómo pudo dejar que estos extraños entraran en mi dormitorio?», recalcó.
«Quiero decirle algo: siempre intenté elevarte a lo más alto, hacia la luz. Tú elegiste lo más oscuro de la naturaleza humana. Tú eres quien tomó esta decisión».
Pelicot dijo que Dominique solía cocinarle y llevarle helado después de la cena. Justamente este era el método que Dominique dijo que usaba para drogarla.
«Yo solía decirle: qué suerte tengo, eres un encanto, realmente me cuidas», relató ella.
Agregó que nunca se sintió mareada ni sintió que su corazón se aceleraba, que debió desmayarse de un modo bastante rápido una vez drogada. Luego, a la mañana siguiente, se despertaba en su propia cama y se sentía particularmente cansada, pero dijo que creía que era por dar largas caminatas.
«Tuve problemas ginecológicos y algunas mañanas me despertaba con la misma sensación que si se me hubiera roto aguas. Las señales estaban ahí, pero nunca supe cómo descifrarlas”.
Gisèle Pelicot y sus abogados también discutieron sobre si Dominique podría haber estado sufriendo un complejo de inferioridad debido a una aventura de ella con un compañero de trabajo, una diferencia percibida en el estatus social entre la ahora expareja o el hecho de que ella tuvo una infancia rodeada de amor y él no.
Volviendo a la resonancia que está teniendo el juicio, apuntó: «Me han dicho que soy valiente. Esto no es ser valiente, es tener la voluntad y la determinación de cambiar la sociedad».
«Valiente es lanzarse al mar para rescatar a alguien. Yo sólo tengo voluntad y determinación«, afirmó.
«Esto es por lo que vengo aquí (al juicio) todos los días… Aunque oiga cosas indescriptibles, sigo adelante gracias a todos los hombres y mujeres que están detrás de mí».
Dijo que nunca se ha arrepentido de haber pedido que el juicio sea abierto: «Lo hice porque lo que me pasó no puede volver a pasar».
Muchas de las presuntas violaciones fueron filmadas.
La mayoría de los acusados niegan haber violado a la señora Pelicot y argumentan que no pueden ser culpables porque no se dieron cuenta de que ella estaba inconsciente y, por lo tanto, no «sabían» que la estaban violando.
Manifestaciones en apoyo a Gisèle Pelicot
Aunque ha estado presente en el tribunal la mayoría de los días, Gisèle Pelicot sólo ha testificado dos veces.
El 18 de septiembre dijo que se sintió «humillada» por las insinuaciones de que había aceptado participar en un juego sexual en el que fingía estar dormida cuando los hombres que su marido reclutó por internet llegaron a su casa.
«Estos hombres vinieron a violarme. Lo que estoy escuchando en este tribunal es muy degradante, muy humillante», afirmó.
El proceso ha suscitado un enorme interés en Francia, donde Pelicot se ha convertido en un icono feminista, sobre todo por renunciar a su derecho al anonimato y solicitar un juicio abierto.
Su equipo jurídico afirmó que la apertura del proceso haría que la «vergüenza» recayera sobre los acusados.
El sábado pasado se celebraron manifestaciones en apoyo a Gisèle Pelicot en más de una decena de ciudades francesas. Varias organizaciones feministas también piden al gobierno francés que amplíe la ley sobre la violación para incluir una cláusula sobre el consentimiento.
El juicio comenzó el 2 de septiembre. A pesar de las largas audiencias diarias, todavía no se ha completado la mitad debido al número de acusados que deben ser interrogados.
Se espera un veredicto a finales de diciembre.
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