La acupuntura, una práctica que tiene miles de años de historia, es reconocida hoy en día por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un tratamiento eficaz para más de 50 enfermedades y trastornos. Integrada en los sistemas de salud de varios países, esta técnica es un componente fundamental de la medicina tradicional china y ha demostrado ser una herramienta valiosa en el manejo del dolor, especialmente en contextos tan delicados como la quimioterapia.
La acupuntura se basa en la inserción de finas agujas en puntos específicos del cuerpo con el fin de aliviar el dolor y mejorar el bienestar general. De acuerdo con la medicina china, el cuerpo tiene canales energéticos conocidos como meridianos, que están asociados a diferentes órganos y funciones vitales. Estos meridianos permiten la circulación del «qi» o energía vital. Cuando las agujas se colocan en puntos estratégicos de estos canales, el flujo de energía se reequilibra, lo que según esta tradición, promueve la salud y reduce el malestar.
Desde una perspectiva occidental, muchos profesionales ven estos puntos como áreas donde se puede estimular el sistema nervioso, los músculos y los tejidos conectivos. Algunos expertos creen que la acupuntura puede desencadenar la liberación de analgésicos naturales en el cuerpo, proporcionando alivio del dolor sin la necesidad de medicamentos.
La acupuntura se emplea en una amplia variedad de situaciones médicas. Según el Manual MSD, es especialmente útil para aliviar el dolor que puede surgir después de cirugías, procedimientos dentales, y durante el tratamiento de quimioterapia, donde las náuseas y los vómitos son efectos secundarios comunes. Además, se utiliza para tratar dolores de cabeza, dolores de cuello, lumbalgia, fatiga y dolor articular, entre otras molestias.
En el contexto de la quimioterapia, la acupuntura ha mostrado ser particularmente efectiva en la reducción de los síntomas asociados, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Aunque no reemplaza los tratamientos médicos convencionales, esta técnica puede ser una valiosa adición al plan de cuidado integral.
El alivio proporcionado por la acupuntura puede ser sorprendentemente rápido. Durante una sesión, que suele durar alrededor de una hora, los pacientes a menudo experimentan una reducción significativa del dolor, a veces hasta 50%, desde la primera vez que prueban la técnica. En casos agudos, como un dolor de cabeza o un esguince, los efectos pueden ser casi inmediatos. Sin embargo, para condiciones crónicas, que han persistido durante años, el tratamiento puede requerir un número mayor de sesiones para lograr un alivio completo.
Durante una sesión de acupuntura, las agujas, que son extremadamente finas, se insertan en el cuerpo a diferentes profundidades, dependiendo del punto específico a tratar. Estas agujas pueden ser manipuladas suavemente, calentadas o incluso recibir pequeños impulsos eléctricos para potenciar su efecto. Aunque las agujas se dejan en su lugar por un corto periodo de tiempo, generalmente entre 10 y 15 minutos, el proceso es indoloro, tanto al colocar las agujas como al retirarlas.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!