El presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), Rodolfo Rossi, destacó la resiliencia de la cadena sojera, tras la histórica sequía que impactó fuertemente en el cultivo y aseguró que el crecimiento de la superficie de la oleaginosa en la campaña 2023/24 que “ha culminado con 50 millones de toneladas de producción, todavía muy por debajo del potencial que pudimos lograr hace 8 años”
Asimismo, subrayó que la oleaginosa logró revertir “la caída del principal producto de la agroindustria del país (la harina de soja), y ahora se estima un significativo crecimiento para la próxima siembra, cercano al 10%, por factores externos a la cadena”. Advirtió, por otra parte, que los márgenes brutos son “muy complicados” en esta campaña, principalmente en campos alquilados, donde el costo de combustibles y servicios “ha crecido de manera significativa”.
En el marco del Seminario ACSOJA 2024 “Retomando la curva con la esperanza de siempre” desarrollado en Rosario, Santa Fe, Rossi señaló que “el complejo soja ya estaría retomando la curva en un proceso de resiliencia” para lo cual se enfrenta a “desafíos y situaciones frente a determinadas variables económicas”, en el marco de un “comercio internacional complejo, con stocks mundiales altos y demandas inmediatas inciertas”, afectado, además, por “situaciones políticas, cuestiones externas y pronósticos climáticos, que combinados han deprimido los precios en más del 20%” con respecto a 2023.
Rossi agregó que “la próxima siembra, en la que se estima una caída importante en el área de maíz, la soja ocuparía gran parte de esa superficie que, sumada a la mayor siembra del trigo, socio de la oleaginosa, permite estimar para un año normal y con mediana aplicación de tecnología una producción cercana a los 55 millones de toneladas”.
Por otra parte, Rossi advirtió que “seguir produciendo un producto como la soja, con la oportunidad de crecimiento de la demanda de los mercados a futuro que se estiman en continuo crecimiento, por lo insustituible en sus usos principales, con el actual nivel de los derechos de exportación (33% para el poroto de soja), nos coloca ante la imposibilidad de aprovecharlo y nos reduce la competitividad frente a los países productores-exportadores, y fundamentalmente afectando a vastas regiones del país productivo”.
Rossi subrayó que las retenciones a las exportaciones son “la razón fundamental por la cual no despegamos en las inversiones y en la aplicación de las tecnologías disponibles, que repercutirían positivamente en el aumento de la superficie agrícola total, con sustentabilidad, y con (mejores) rendimientos, que permanecen estancados a nivel país”, y añadió que de modificarse esta situación “permitiría aumentar la torta para mejorar la situación económica tan castigada de la población”.