Han pasado 64 años de la fundación de la Sociedad Venezolana de Ingeniería Hidráulica y sus adalides continúan surcando caminos y dejando huellas.
En un escenario con serias limitaciones y apartado de nuestro protagonismo, nosotros, los seres del agua, los acuáticos por devoción más que por profesión, seguimos en nuestro afán de dejar huellas, tratando de aportar de algún modo al empobrecido país. Otrora partícipes de grandes proyectos, de grandes obras, soportes de los servicios públicos, gestores de excelsas cátedras o protagonistas en políticas públicas, hoy convertidos lamentablemente en espectadores salvo escasas excepciones.
A pesar de todo esto, restricciones, múltiples dificultades, empobrecimiento y otras cositas, no han logrado hacer mella en su coraza amalgamada con conocimientos, aptitud, enfoque, buenas prácticas profesionales y ciudadanas que por décadas han seguido enarbolando.
En estos últimos meses leyendo documentación de la SVIH donde se conserva parte de su historia, veo próceres de la ingeniería por doquier, leo nombres de individuos que se dedicaron a hacer patria, a sembrar petróleo, a educar, a diseñar políticas públicas con tanto afán que hoy los seguimos recordando o escuchando, opacando, a pesar de la distancia, la mediocridad que no deja huellas.
De ellos hemos aprendido sobre nobles propósitos, o simplemente, de sus técnicas académicas o gerenciales que los llevaron a gestar proyectos que hoy día siguen en total vigencia, como ellos, soportando con insolente fortaleza el paso de estos agrios tiempos.
La convivencia de los acuáticos -más allá de la hidráulica- es tal que los nexos que nos unen tienen la misma genética que la de los amigos del bachillerato, de la música, el deporte, esa amistad que no requiere del constante uso del sentimiento, solo con recordarnos florece esa vibra que nos suelda, esa satisfacción de encontrarnos y, a pesar de la lejanía, los personajes del mundo de la hidráulica y afines no ocultan su inconmensurable alegría de reencontrarse y saber que el gremio sigue tan fuerte, tan preparado, tan alegre, tan a la espera de asumir retos. La actual junta directiva de la SVIH es producto de esta misma condición, somos personajes que hemos caminado por el mundo de la hidráulica transitando disímiles protagonismos o desarrollando diferentes tareas, pero siempre unidos por la génesis que nos une: amor por nuestra tierra y sus ciudadanos
Este excelente equipo que presido al frente de la SVIH lleva en su espalda un compromiso con sus miembros y el gremio de profesionales afines; a ellos debemos conservarlos unidos con el entusiasmo que genera la magia del trabajo en equipo, esa fuerza indescifrable que hace campeones, esa correcta lectura de lo que se necesita para lograr lo que se añora y es posible.
Estamos trabajando en pro de las posibles rutas, caminos que nos permitan apoyar nuestro mancillado campo de acción y, con la participación de todos, lo haremos posible.