En Corea del Sur, la lectura ha dejado de ser una actividad estrictamente intelectual para convertirse en un fenómeno de moda conocido como “Text Hip”. Esta tendencia cultural ha transformado los libros en objetos de estilo y la lectura en una actividad de prestigio social, especialmente entre los jóvenes. “Text Hip” combina el acto de leer con el concepto de lo “cool”, creando un nuevo atractivo para aquellos que desean expresarse y destacar a través de la literatura en una era dominada por las pantallas. Esta corriente no solo redefine la lectura como algo relevante y deseable, sino que también convierte los libros en una forma de identidad y de pertenencia.
Con esta tendencia, los jóvenes ya no solo encuentran en los libros una fuente de conocimiento, sino también un vehículo para proyectar su estilo personal y su identidad cultural en redes sociales y en espacios sociales que mezclan literatura y entretenimiento.
Una de las principales fuerzas detrás del auge de “Text Hip” ha sido la influencia de figuras del entretenimiento y de la cultura pop en Corea. Ídolos de K-pop y otras celebridades han adoptado la lectura como parte de su identidad pública, incentivando a sus seguidores a explorar el mundo literario. Un ejemplo notable es Minji, miembro del grupo NewJeans, quien aparece leyendo el clásico “La Edad de la Inocencia” de Edith Wharton en uno de sus videos musicales.
En entrevistas, otras figuras como Jang Won-young de IVE han mencionado sus lecturas de obras filosóficas de Arthur Schopenhauer y de los “Analectos” de Confucio. Estos gestos simbólicos no solo han despertado curiosidad, sino que han creado un “efecto contagio” entre los jóvenes, quienes ven la lectura como una forma de conexión con sus ídolos y como una actividad moderna y sofisticada.
En respuesta a esta ola de interés, han surgido espacios temáticos que invitan a los jóvenes a leer y socializar al mismo tiempo. Uno de estos lugares es el Chaek Bar en el distrito de Mapo, Seúl. Este bar ha diseñado un ambiente donde la lectura y la coctelería se encuentran, ofreciendo a los visitantes cócteles inspirados en obras literarias. Allí, los jóvenes pueden disfrutar de bebidas como el “Moon and Sixpence”, un cóctel que evoca la novela de William Somerset Maugham, o “The Stranger”, una bebida en homenaje a Albert Camus.
Estos espacios no solo ofrecen un refugio para los lectores, sino que también se han convertido en lugares de expresión cultural y personal. El “Text Hip” permite que la lectura abandone su imagen tradicional y se convierta en una experiencia atractiva, compartida y adaptada al estilo de vida contemporáneo de la generación joven.
A pesar de su popularidad, la tendencia “Text Hip” no ha estado libre de controversia. En plataformas como Instagram y X, usuarios comparten fotos de los libros que leen o listas extensas de títulos con un claro afán de impresionar. Mientras que algunos aplauden este interés renovado por la lectura, otros consideran que se trata de una moda pasajera y algo pretenciosa, en la que los libros se utilizan como una forma de vanidad intelectual. Existen recomendaciones de “libros para leer si quieres parecer interesante”, que no convencen a todos los observadores.
Sin embargo, algunos expertos defienden el fenómeno. Para el novelista Hwang Sok-yong, aunque esta tendencia pueda tener algo de superficial, no deja de ser beneficiosa. En una reciente entrevista, Hwang mencionó que “es mejor leer, aunque sea por moda, que comprar una bolsa de Dior”, resaltando el valor inherente de la lectura en comparación con otros símbolos de estatus. En la misma línea, el crítico literario Kang Dong-ho afirma que esta “vanidad” ayuda a expandir y enriquecer la cultura, destacando que leer libros, aunque sea por apariencia, es más accesible y beneficioso que otros lujos.
Muchos ven en esta tendencia una oportunidad para una sociedad más diversa y con mayor dignidad cultural. Los libros son relativamente accesibles y se pueden encontrar en bibliotecas públicas, lo que hace que la lectura sea una actividad posible para personas de diferentes clases sociales. Según Kang, si los libros se aceptan como una vía de enriquecimiento personal y social, la sociedad podría evolucionar hacia una mayor diversidad y respeto.
Al mismo tiempo, Corea presenta un fenómeno en el que los jóvenes suelen adoptar las tendencias en masa, creando jerarquías sociales dentro de cada moda. En este contexto, el “Text Hip” se distingue como una moda que tiene el potencial de trascender estas jerarquías, al ser una actividad accesible y de bajo costo.
A pesar de su crecimiento, el “Text Hip” enfrenta ciertos retos si aspira a fortalecer los hábitos de lectura de manera sostenible. La encuesta nacional de lectura de 2023 muestra una marcada diferencia en las tasas de lectura entre generaciones: mientras que el 74,5% de los jóvenes en sus veintes leyeron al menos un libro en el último año, la cifra desciende al 47,9% en la franja de los cuarenta y al 36,9% en los cincuenta.
En palabras de Han Ki-ho, director del Instituto de Investigación de Marketing Editorial, el hábito de la lectura entre los más jóvenes podría ser efímero si no se introducen estrategias de fomento adecuadas. Con el predominio de medios visuales, muchos adolescentes podrían tener dificultades para interesarse por la lectura.
Han Ki-ho enfatiza la necesidad de introducir libros “puente” que faciliten la transición de los jóvenes hacia la lectura, preparándolos desde una edad temprana para que desarrollen un hábito de por vida. Si bien la popularidad de la lectura está en auge, lograr que esta moda se convierta en un cambio cultural duradero requerirá esfuerzos continuos para integrar el “Text Hip” en una cultura de lectura establecida y accesible para todas las generaciones.
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