Madrid, 6 may (EFECOM).- La Fiscalía Anticorrupción, que ha presentado este viernes su informe final en el juicio por el origen de la fortuna de Rodrigo Rato, ha afeado al exvicepresidente que, acostumbrado a tener «muchísimo poder y una personalidad controladora», haya querido convertirse en el instructor de la causa.
La fiscal Elena Lorente ha explicado en la Audiencia Provincial los motivos que han llevado al ministerio público a ratificar todos los delitos que atribuye a Rato -once delitos fiscales, blanqueo de capitales y corrupción en los negocios- por los que pide para él 63 años de cárcel y 42,4 millones de euros de multa.
La Fiscalía solicita también que Rato indemnice con 7,75 millones de euros a la Agencia Tributaria.
Rato, ha explicado Lorente, ha sido «el acusado estrella» o por lo menos «donde se concentran todos los delitos de una causa que incluye también a otros 16 acusados, y en la que el exbanquero no ha dejado de aportar «trampantojos, trampas procesales y una estrategia de defensa manipuladora».
Pero el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) «tuvo un extraordinario poder, tanto como vicepresidente del Gobierno como posteriormente al frente de Bankia», y ha mostrado en todo momento «grandes dotes para el control», algo conocido también entre sus colaboradores, como revela que el exsecretario de Estado José Manuel Fernández Norniella, que fuera su mano derecha en Bankia, se dirija a él en algún correo electrónico como «Zeus».
Rato pretendió convertirse en el «pseudoinstructor» de la investigación y para ello llegó a presentar hasta 84 recursos contra las diligencias acordadas a los largo de 9 años que se ha prolongado la causa, en la que no ha habido dilaciones indebidas sino «una instrucción larga pero no paralizada».
Lorente ha lamentado que la defensa del también exministro haya criticado que «miraran papeles durante la pandemia», lo que en su opinión «era justamente nuestra obligación», y también no haber tenido la oportunidad de interrogar a Rato, que se limitó a «darle una entrevista a su abogada».
La fiscal ha descartado que durante su mandato al frente del FMI Rato tuviera su residencia fiscal en Estados Unidos, como el sostiene, donde tiene la sede el organismo.
Prueba de ello sería el hecho de que durante esos años hizo declaración de IRPF en España, algo que el exbanquero achacó a «un error», error incomprensible en una persona de su formación y capacidades que además «le benefició a él, ya que le salieron las declaraciones a devolver».
Eso sí, le ha reconocido que cuando estuvo al frente del FMI moviera algunas de sus cuentas «a Bahamas, que desde luego está mucho más cerca de Estados Unidos que de España».
En todo caso, pretender que su residencia fiscal estaba en Estados Unidos es «una absurdez», ha remarcado.
También se ha referido a la opacidad de las movimientos de fondos entre las distintas sociedades y cuentas de Rato, que «siempre ha mantenido en el extranjero bienes opacos al fisco español» procedentes de una «herencia de la que no consta ni un solo documento».
Asimismo, ha rechazado que cuando se acogió a la amnistía fiscal, en 2012, declarara todos sus bienes en el extranjero, ya que decidió acogerse a la misma «pero de forma controlada, acostumbrado como está a mandar y controlar y decide ‘desopacarse'», tras lo cual abona al fisco español 11.000 euros.
Lorente ha defendido que las entradas y registros en el domicilio y el despacho de Rato se hicieron con todas las garantías, frente a las alegaciones de indefensión realizadas por éste, y ha recordado que el volcado de los datos de un dispositivo se hizo en su presencia asistido por su abogada. EFECOM
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