En plena represión, secuestros y dolor, se encuentra el pueblo venezolano. El tirano Maduro amenaza y reprime a todos los que pretenden que Edmundo González asuma el poder, tras el triunfo opositor en las recientes elecciones presidenciales. El Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo agonizan por falta de credibilidad y por su complicidad con Maduro.
En distintos medios de comunicación y en los parlamentos del continente americano, han surgido distintas interpretaciones de lo que es una dictadura y lo que es una democracia. Ciertamente ambos conceptos tienen un ámbito amplio de interpretación. Siempre se ha dado por un hecho, que el gobierno de Salvador Allende en Chile fue elegido democráticamente. Sin embargo, Allende obtuvo algo más del 36 % de los votos, porcentaje que, con la actual Constitución, no habría podido acceder al poder.
Se da por hecho que la Argentina gobernada por los Kirchner y más tarde por el pinganilla de Alberto Fernández, era democrática. La verdad es que se robaban el dinero de los contribuyentes al aprovecharse de un Estado corrupto. En Perú se dice que hay democracia y los últimos 6 presidentes han estado presos.
El ex presidente Correa de Ecuador es un prófugo de la justicia y el de Brasil pasó por la cárcel antes de volver al poder. El resumen es que las democracias en Iberoamérica son muy débiles y que su definición es muy amplia y depende de quién y como la interprete. Si nos vamos a las dictaduras, la izquierda y los progres las definen a su antojo.
La de Pinochet, dicen, fue dictadura, aunque entregó el poder pacíficamente tras perder una elección. Pero los mismos zurdos no llaman dictadura a la cubana o a la venezolana. Este doble estándar es aplicable a muchos conceptos como la memoria histórica, la igualdad y al crecimiento económico. Lo que sucede hoy en Venezuela supera toda fantasía, toda vez que el tirano amenaza, extorsiona y mata impunemente.
RTVE siempre se refiere a la dictadura chilena de Pinochet, pero nunca dice que esa dictadura rescató a Chile y a su pueblo, de una dictadura terrible al estilo cubana, la que ya cumplió 66 años de vida. Bolivia lleva años de crisis política, con cambios de gobierno irregulares. Colombia gobernada por un ex terrorista que forma trío con Lula y con AMLO pero no consiguen nada.
Ni hablar de Cuba y Nicaragua, con dramas profundos que los líderes europeos poco rechazan o derechamente ignoran. Maduro y Cabello siguen gobernando en Venezuela y nada los detiene. Sería interesante escuchar la opinión de los llamados «politólogos» que hablan y hablan defendiendo la democracia a ultranza, sin darse cuenta que en Venezuela, en Cuba o en Nicaragua no hay democracia que respetar.
Ahí se requieren balas de fuego para recuperar la democracia. Cómo dice el escudo nacional de Chile: « Por la razón o la fuerza». La razón en esas 3 dictaduras no fue efectiva. Solo queda la fuerza, ojalá interna y poderosa para derrocar rápido a los criminales que están en el poder.
¿Qué proponen los intelectuales españoles? ¿Cómo sacar a Maduro del poder? ¿Enviándole una carta certificada, ofreciéndole amnistía y beneficios o sacándolo a balazos junto a sus secuaces? ¿Cuál camino sería el más ético y a la vez el más efectivo? Mientras los grandes líderes conversan, el pueblo venezolano sigue agonizando. Ya se acaba el tiempo. Es la hora de la acción, el diálogo expiró.
Originalmente publicado en el diario El Debate de España
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