La candidata presidencial venezolana por el partido opositor Vente Venezuela, María Corina Machado, habla durante un evento organizado por la Comisión Nacional de Primarias para reconocer su victoria en las elecciones primarias del 22 de octubre y proclamarla como candidata unitaria de la oposición para las elecciones presidenciales de 2024. en Caracas el 26 de octubre de 2023. (Foto de Pedro Rances Mattey/AFP)
En el complejo tablero político de Venezuela, donde las negociaciones, las estrategias y las tensiones internas convergen, la figura de María Corina Machado emerge como un elemento central. La triunfadora clara de las primarias de la oposición aún permanece inhabilitada por el régimen para presentarse en las presidenciales del año próximo. Su participación plantea un dilema político tanto para el régimen de Nicolás Maduro como para los actores internacionales, especialmente Estados Unidos.
MARCOS COLOMBO // INFOBAE
Machado es la más destacada referente de la oposición, con una creciente popularidad capaz de desafiar la hegemonía del régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, su camino a la presidencia se ve obstaculizado por una inhabilitación política deliberada que, para muchos observadores, refleja el temor por parte de la dictadura chavista, no sólo por el hecho de que su libre participación en las elecciones presidenciales de 2024 sería la amenaza más seria para cortar con su perpetuación en el poder, sino que además, su llegada a la presidencia, no representa garantías de una transición consensuada como la que le gustaría a algún sector del chavismo.
Para el abogado y consultor político venezolano Giulio Cellini Ramos, el régimen de Maduro ha dejado claro que la habilitación de María Corina Machado para participar en elecciones es equiparable a la firma de su renuncia.
“Las probabilidades de que Maduro renuncie mañana, yo creo que es cero y es el mismo porcentaje de posibilidad que veo de que la habiliten porque ella tiene una preferencia muy clara en los estudios de opinión, mientras que el régimen tiene una situación de descontento generalizado que raya básicamente en la irritación”, dijo Cellini.
Por lo tanto, “para el gobierno habilitar políticamente a María Corina Machado y dejarla participar en una elección es el equivalente a que Nicolás Maduro firme su renuncia”, aseguró el también director de la consultora LOG Consultancy.
Esta postura refleja la percepción del régimen sobre el riesgo que representa la líder opositora, cuya popularidad ha ido en aumento, según diversos estudios de opinión.
Las encuestas indican que Machado tiene una preferencia clara entre la población venezolana, lo que la convierte en una candidata capaz de desafiar al chavismo. Para el régimen, perder el poder en favor de alguien en quien no confían y que no garantiza una transición bajo sus términos es inaceptable, es por ello que voceros del chavismo como Diosdado Cabello, se han encargado de repetir hasta el cansancio que Machado no será habilitada.
Sin embargo, para el politólogo y analista político, Piero Trepiccione, esa imposibilidad de habilitación no es tan firme ya que una de las patas de la mesa de negociación entre chavismo y oposición, la sostiene precisamente EEUU, quien ha reiterado en varias oportunidades, que una de las condiciones para el levantamiento de las sanciones que pesan sobre el régimen, es la habilitación de todos los políticos venezolanos, incluyendo, por supuesto, a la gran ganadora de las elecciones primarias, María Corina Machado, tal y como se acordó en la reunión de Barbados.
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