“La causa de la libertad se convierte en una burla si el precio a pagar es la destrucción de quienes deberían disfrutarla.”
Mohatma Gandhi
El tiempo perdido hasta los santos lo lloran escuché decirlo de cuando en cuando a mi madre Emma Carrasco cuando estudié en el centenario liceo Rafael María Baralt de Maracaibo. Ese oportuno consejo de mi querida vieja lo recuerdo hoy en estas líneas, porque a miles de venezolanos, entre quienes me incluyo, nos pasa lo mismo cuando observamos diluirse ese valioso recurso no renovable de la vida, llamado tiempo, en relación con el futuro de Venezuela cuando no vemos por ningún lado que sucederá, pasará o seguirá a corto plazo con la candidatura de la oposición que deberá enfrentar la intención continuista de Miraflores.
Lo dije hace poco y en esta oportunidad lo repito de nuevo en cuanto a que las agujas del reloj electoral no detienen su ritmo ni lo harán nunca como bien lo dice ese sabio refrán venezolano. Diría que nos encontramos en un momento de sumo peligro en medio de una diatriba a propósito de la ratificación que el último viernes de enero, el TSJ emitió contra María Corina Machado, eliminando, secuestrando y despojándola de sus derechos constitucionales, pese a haber sido electa y legitimada el 22 de octubre de 2023, por cerca de tres millones de electores como candidata opositora a la Presidencia de la Republica.
Su inhabilitación por 15 años, violando sus derechos ciudadanos, es un obvio abuso, atropello y desconsideración inexcusable que la “justicia” del Estado de Derecho maneja a control remoto y al antojo del continuismo político revolucionario aferrado al poder. Sabemos que dependiendo de la circunstancia del momento, si conviene o no, el “equilibrado” uso de la justicia es aplicado. Sobran los casos en los que la Sala Electoral del TSJ o alguna de las otras, han demostrado su “imparcialidad” a favor de los intereses del gobierno a lo largo ya de un cuarto de siglo. Esta vez no es la excepción y, gustemos o no, su inscripción como candidata no lo permitirán ni será posible.
No obstante del lado opositor deben bajar, disminuir y desaparecer las posturas intolerantes de algunos “dirigentes” que en el ejercicio de su papel de “guías” no miden, ni tampoco conectan su cerebro con lo que expresan sus labios, cuando se dan a la tarea de despotricar, atacar y demoler a quien, en uso del derecho de disentir u opinar sobre el destino de la candidatura presidencial opositora, a cambio de expresarse, lo que recibe es una andanada de insultos, improperios y ofensas al mejor estilo de lo que siempre le ha sido criticado al oficialismo. Hay demasiado apasionamiento, ceguera, intolerancia, radicalismo y fanatismo. Nos empeñamos en no colocar los pies sobre tierra firme.
Eso pasó solo hace días cuando Andrés Velásquez, –desconozco si buscando alimentar su ego o alguna frustración reprimida– no tuvo reparos en atacar como a un adversario y no al aliado de la lucha opositora que es, al gobernador de Barinas, Sergio Garrido, asegurando que ese señor es “cohabitador y colaborador” de Maduro. Eso es un irrespeto inexcusable luego que Garrido, –seguro nos sucede también a millones de venezolanos–, alertó a que los venezolanos no debemos detenernos, paralizarnos o quedarnos quietos como en la cédula de identidad, sino que hay que avanzar con una sustitución si la inhabilitación de María Corina Machado no tiene solución.
La ofensa de Garrido, estoy seguro, es haberse atrevido a decir lo que es un “secreto a voces”. Es estar preocupado, claro, nada ambiguo y alertando que las agujas del reloj electoral siguen funcionando sin detenerse. Y si lo anterior no basta para crear fisuras, desencantos y molestias el fin de semana pasado en Maracaibo una representación del “Voluntariado del Zulia con MCM”, contrariando el espíritu unitario, le entró a pescozones verbales a la delegación opositora que preside Gerardo Blyde en la discusión de los “Acuerdos de Barbados”.
En un mismo saco de gatos metieron a figuras y organizaciones políticas, reeditando el odio, divisionismo y la antipolítica que mucho le ha funcionado al oficialismo desde su llegada al poder 25 años atrás. En tanto, el coordinador de asuntos internacionales de Vente Venezuela, Pedro Urruchurtu, aseguró que no existe ni tienen “ningún plan B para buscar sustituto a la candidata de la Unidad Democrática, María Corina Machado en las presidenciales, tras la ratificación de su inhabilitación por el TSJ”. Creo que debe haber, seguramente, alguien sensato que grite a todo pulmón “amarren a sus locos”.
Lo cierto es que no nos confrontamos con niños exploradores si no con gente que juega duro, rudo y son expertos en mañas, trampas y jugadas adelantadas. Nada más este lunes, violando lo acordado en Barbados en cuanto a tener listo el cronograma electoral para el segundo semestre de 2024, el gobierno procedió a moverse en posición adelantada reuniendo a los mismos de siempre que están casados, cohabitan y avalan con su conducta el que no haya cambio en Venezuela, escenificando una pantomima del “Pan y Circo” electoral en la Asamblea Nacional ante la mirada cómplice de un CNE ciego, sordo y mudo.
Criticando esa posición adelantada, la Plataforma Unitaria Democrática, PUD, denunció desde el domingo que el “gobierno de Nicolás Maduro pretende diseñar unas elecciones antidemocráticas contraviniendo lo acordado por las partes en octubre pasado, cuando pactaron unas garantías de cara a las presidenciales previstas para el segundo semestre. El régimen y algunos de sus aliados, tratan “de diseñar un tipo de proceso electoral que se adapte a esa pretensión en contra del sentir de la gran mayoría de los venezolanos que apoyamos el cambio político por la vía democrática”, dijeron.
En resumen, el escenario electoral que desea imponer el oficialismo busca repetir viejos guiones que muchas veces desde la oposición las torpezas, inseguridades y malas estrategias han terminado desilusionando a la gente. Esta vez la unidad, prudencia, serenidad, coherencia, inteligencia, humildad y sensatez deben prevalecer en la dirigencia opositora. Tenemos los votos, muchos millones, deseos de cambio en la gente y sólo queda que no botemos otra vez el juego al mejor estilo de la vinotinto electoral. ¡Amanecerá y Veremos!.
José Aranguibel Carrasco
CNP-5003