América Latina está rezagada en el desarrollo de inteligencia artificial (IA) frente a otras regiones del mundo: mientras en los últimos diez años el incremento mundial en producción científica en IA fue del 485%, en América Latina y el Caribe (LAC) creció 209%.
Sin embargo, hay algunas señales alentadoras. Ecuador, por ejemplo, resalta por una mayor especialización en Inteligencia Artificial en su producción científica. Y también a nivel de gobiernos regionales, el tema parece estar en agenda.
Prueba de ello es la aprobación, a principios de octubre, de una Hoja de Ruta de Inteligencia Artificial Ética para América Latina y el Caribe (LAC) 2024-2025, anunciada en Montevideo en el marco de la Segunda Cumbre Ministerial y de Altas Autoridades sobre la Ética de la IA en LAC.
En la retaguardia de la Inteligencia Artificial
El informe “Estado de la Ciencia 2023”, divulgado recientemente por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Oficina Regional de Ciencias para América Latina y el Caribe de la Unesco, incluye un dossier temático sobre Inteligencia Artificial. Entre los datos resumidos en ese apartado, se destacó el bajo ritmo de publicación de Inteligencia Artificial en LAC.
“Esto indica que la región está menos preparada para participar y absorber el proceso de cambio tecnológico que sucede de la mano de la Inteligencia Artificial”, explicó a SciDev.Net Roberto Barrere, coordinador del Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad (OCTS) de la OEI, uno de los coordinadores del informe.
“Para acercarnos a la frontera del conocimiento hay que incrementar la inversión, aún si no se alcanzaran los volúmenes de los actores que ya dominan el sistema”.
Guillermo Anlló, especialista senior del programa de ciencia, tecnología e innovación de la Oficina Regional de Unesco
El desarrollo científico de Inteligencia Artificial en LAC “se puede comparar con África, pero ese continente tiene más trayectoria y empresas multinacionales allí”, dijo a SciDev.Net Luciana Benotti, profesora asociada en Ciencias de la Computación en la Universidad Nacional de Córdoba e investigadora en inteligencia artificial en el Conicet, Argentina.
África “cuenta, por ejemplo, con Deep Indaba, que tiene gran impacto en desarrollo y capacitación de recursos humanos”, agregó. En LAC, continuó Benotti, existe una iniciativa similar, Khipu, que organiza escuelas de capacitación para estudiantes de posgrado, que tendrá su quinta edición en 2025 en Chile.
En América Latina, Brasil lidera la producción de artículos sobre Inteligencia Artificial seguido por México y Colombia, de acuerdo al informe de OEI y Unesco lo que, según Benotti, se debe, sobre todo, a su inversión.
Precisamente, el informe indica que la inversión en investigación y desarrollo de Brasil representó 0,77% del producto bruto regional en 2021, mientras que en ALC alcanzó el 0,61%.
Sin embargo, la experta argentina relativizó algunos datos del informe al compararlos con lo recabado por el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) de 2024, un documento resultado de la colaboración entre expertos de la región que analiza el avance de la IA.
El ILIA, por ejemplo, posiciona a Chile, Uruguay y Brasil como líderes regionales en innovación y aplicación de IA, que tienen “un entorno favorable que potencia la investigación, el desarrollo y la adopción de tecnologías”.
Benotti explicó que ILIA no solo considera publicaciones en Scopus, como lo hace el informe de OEI y Unesco, sino que incluye publicaciones en conferencias, “que constituyen la mayor parte de producción en IA, porque la rapidez que tiene esta área no se condice con los tiempos de edición de revistas”.
Ecuador, un caso especial
Analizando los artículos sobre Inteligencia Artificial publicados en Scopus, el “Estado de la Ciencia 2023” revela que 4 por ciento de las publicaciones de Ecuador están relacionadas con IA, mientras que en la mayoría de los países ese valor alcanza 2 por ciento.
Eduardo Alba, decano del Colegio de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de San Francisco de Quito (Ecuador), dijo a SciDev.Net que el buen desempeño de su país se debe, entre otros factores, al “aumento significativo de la investigación impulsado en parte por la Ley Orgánica de Educación Superior de 2010, que obliga a las universidades y escuelas politécnicas a destinar al menos 6 por ciento de su presupuesto anual a actividades de investigación”.
Esto no solo promueve el desarrollo y la innovación, sino que “incrementó la cantidad de doctores (PhD o equivalentes) que se han establecido en Ecuador”.
Para Alba, la comunidad de IA en Ecuador es “aún pequeña, pero está creciendo rápidamente y se caracteriza por su alto grado de colaboración”.
Benotti, que coincide con el destaque a Ecuador, citó como ejemplo iniciativas como la Reunión Internacional de Inteligencia Artificial y sus Aplicaciones (RIIAA), una escuela de formación que reúne investigadores jóvenes en IA y fomenta la vinculación.
Alba contó que, en febrero de 2024, Ecuador fue sede por segunda vez de esta reunión que es respaldada por empresas tecnológicas internacionales, organizaciones dedicadas al avance de la IA e instituciones académicas.
Colaborar e invertir para crecer
El informe de OEI y Unesco también mostró el bajo porcentaje de colaboración entre países iberoamericanos. En un área de avance tan rápido, es vital colaborar y saber qué se hace en otros lugares, opinó Benotti.
En particular, alertó sobre el “sesgo emergente”. Debido a que los sistemas de Inteligencia Artificial aprenden a partir de la información que recogen, cuando se aplica un sistema en una realidad diferente a la del país o entorno donde fue creado puede mostrar patrones erróneos o discriminatorios.
Por ejemplo, la experta mencionó un sistema construido para detectar que alguien se quedaba dormido al volante que no funcionó en Asia, porque al no reconocer la particular forma de ojos asiáticos informaba que todos los conductores estaban dormidos.
“Ese tipo de sesgos puede ocurrir en todas las áreas y en la región hay poca documentación porque hay pocos recursos para estudiarlos”, afirmó Benotti.
Sobre la inversión necesaria, Guillermo Anlló, especialista senior del programa de ciencia, tecnología e innovación de la Oficina Regional de Unesco y uno de los coordinadores del estudio, dijo a SciDev.Net que “para acercarnos a la frontera del conocimiento hay que incrementar la inversión, aún si no se alcanzaran los volúmenes de los actores que ya dominan el sistema”.
“Y hay que generar espacios de cooperación regional que potencien y hagan más eficiente esa inversión”, agregó.
Mencionó, como ejemplo, que los bancos de datos genéticos —fuente para la interacción entre Inteligencia Artificial y la investigación en salud— no se nutren con información que reflejan el genoma de Latinoamérica. “Para que la población de la región pueda acceder a la nueva salud, entonces es importante generar esos bancos de datos a nivel regional”, agregó Anlló.
En ese escenario, la firma de la Hoja de Ruta para IA en la región parece ser una buena señal.
“Es importante que se hable de estos temas a nivel de gobierno, porque la Inteligencia Artificial ya tiene gran impacto”, dijo a SciDev.Net María Inés Fariello, profesora adjunta en el Instituto de Matemática y Estadística de la Facultad de Ingeniería en la Universidad de la República (Uruguay) y una de las organizadores de la primera edición de Khipu, realizada en Montevideo en 2019.
Sin embargo dijo que “aún falta hablar de la necesidad de recursos humanos calificados, porque, por ejemplo, en la Hoja de Ruta se hace referencia a la alfabetización de la población en Inteligencia Artificial , pero no ahonda en quiénes serán los formadores”.
Por: Daniela Hirschfeld
Este artículo fue producido por la edición de América Latina y el Caribe de SciDev.Net
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