
Mucho ha logrado el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, El Sistema, en los últimos cinco años. Quizás fue el récord Guinness de la orquesta más grande del mundo el que mayor atención obtuvo, pero también habría que destacar las giras internacionales —como la europea de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, con el maestro Gustavo Dudamel a la cabeza, a principios de año— o la estabilidad de la matrícula, que actualmente se encuentra en 1.269.173 niños.
Si bien hace cinco años el director ejecutivo de la institución, Eduardo Méndez, veía posible llegar a 2025 a 2 millones de niños, hoy reconoce que lograr tal cifra en el próximo lustro es difícil, en parte porque la pandemia del coronavirus afectó las inscripciones y las clases, y también por la necesidad de ampliar la infraestructura que actualmente comprende 443 núcleos y 2.957 módulos. Además la organización procura evitar, explica el gerente, crecer en detrimento de la calidad.
“Para crecer con calidad también se requiere la formación de nuevos maestros. Eso es lo que estamos haciendo en este momento”, dice Méndez, que de sus 46 años de edad tiene 39 en El Sistema, donde formó parte de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y pasó por prácticamente todos los cargos administrativos relacionados con su área hasta llegar al puesto de director ejecutivo, que ocupa desde hace 16 años.
Cuidadoso siempre con sus palabras, Méndez evita hacer comentarios sobre las recientes críticas de la pianista Gabriela Montero a El Sistema y cuando se le pregunta si la crisis política luego de las elecciones del 28 de julio afectó a la institución responde que siempre han estado a la altura de las circunstancias, moviéndose “dentro de las estructuras y nunca fuera de ellas. Eso es lo que ha hecho que El Sistema pueda y haya permanecido a lo largo de la historia bajo el paraguas de la protección del Estado, y por supuesto también con la amistad y el respaldo de distintos sectores”.
A los 50 años de El Sistema, que se cumplieron el 12 de febrero, les da un significado histórico y subraya que en esas cinco décadas la organización estuvo siempre en evolución: “Venezuela puede echar una mirada hacia atrás y descubrir que en estos 50 años se ha construido un país musical. Se le dio estructura a la posibilidad de tener acceso a la música para todos los venezolanos. Esas posibilidades han evolucionado a lo largo de los años. Ha sido una organización en evolución”.
Entre las actividades para celebrar El Sistema dispuso en los espacios abiertos del Teatro Teresa Carreño la exhibición Expo El Sistema 50 Aniversario, del 12 al 16 de febrero, un recorrido por la historia de la institución que pasa por la vida de su fundador, el maestro José Antonio Abreu, fallecido en 2018, los programas académicos que han creado, los premios que han recibido a lo largo de los años o los aliados que han tenido. También se plantearon eventos masivos esta semana con conciertos en cada una de las localidades del país.
En mayo se presentará El Sistema Fest, un festival destinado a todas las agrupaciones del país, de cualquier género, para ofrecer una muestra en la capital y hacer una suerte de “toma musical de Caracas”, como lo anuncia Méndez. “Muchos músicos de Venezuela han pasado por El Sistema. Quizás hoy no lo están, pero fueron formados acá y eso es parte del homenaje que también queremos rendir: 50 años formando venezolanos en la música y también mejores ciudadanos”.
Entre las giras para este año, el gerente adelantó que se está concretando una por Estados Unidos de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, hacia finales de año la Orquesta Juvenil de Venezuela estará en Europa dirigida por Simon Rattle, en Berlín y Hamburgo, y Gustavo Dudamel, en España, y la Orquesta de Cámara Simón Bolívar irá a Argelia entre marzo y abril.
En el plano académico, destacó que el Conservatorio de Música Simón Bolívar, que está en remodelación, se convertirá en conservatorio musical superior de música, con lo que podrá otorgar el título de Licenciado a estudiantes que sean o no parte de El Sistema, lo cual se vincula al proyecto Universidad de la Música José Antonio Abreu, donde se ofrecerían posgrados.
—Mucho se ha logrado en estos últimos años, el récord Guinness, el Congreso Mundial, nuevas orquestas, giras internacionales. También pendientes como la cifra de 2 millones de niños. ¿Qué éxitos destacaría usted y qué asuntos pendientes mencionaría?
—Entre los éxitos que mencionas pues sí, son los más importantes. Destacaría la gira que acaba de ocurrir en Europa, de la mano de Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, que volvió a los escenarios europeos luego de una ausencia relativamente prolongada. Volvió con repertorios exigentes y mostrando la música de Venezuela en un altísimo nivel, como la Rapsodia para Cuatro del maestro (Gonzalo) Grau con Jorge Glem. Es mostrarle al mundo no solo que Venezuela es capaz de reproducir música de Mahler o Tchaikovsky, o de cualquier otro compositor del gran circuito, sino que es capaz de introducir y agregar valor con nueva música —venezolana— de alto nivel. Es una contribución de El Sistema. La gira por Estados Unidos el año pasado de la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela hay que destacarla también, entre otras giras, pues todas siempre han tenido sus cosas importantes, pero en los últimos años, con las circunstancias que existen, hacer esta gira fue algo realmente importante. El récord Guinness de la orquesta más grande del mundo sin duda fue un antes y un después. Eso tiene que ver con lo que hablabas de las matrículas: recordemos que la pandemia fue muy dañina para muchas instituciones, sobre todo, en el caso de nosotros, en lo educativo, pues se requiere el método presencial. Eso nos afectó a pesar de que tuvimos la posibilidad de conectar a los niños por medio de la tecnología. Pero la metodología de El Sistema todavía requiere presencialidad. El récord Guinness nos ayudó a retomar las matrículas. Por eso hoy ya superamos el millón de niños: 1.269.173 niños. Estamos ciertamente construyendo la ruta para avanzar y llegar a los 2 millones, pero paso a paso. El reto es complejo y nosotros siempre hemos tenido como norte crecer no por crecer, sino crecer con calidad.
—Hace cinco años El Sistema promovió el lema “música para todos”, a manera de ilustrar música para las mayorías. Ahora, en este aniversario, ¿cuál o cuáles son los lemas de la institución?
—Seguimos promoviendo el “música para todos”. Creemos que el “música para todos” recoge gran parte del sentimiento nacional, del sentimiento de El Sistema y de lo que ha sido su evolución. El Sistema en estos años ha evolucionado en todo sentido, eso es esencial para su existencia. El maestro Abreu siempre decía que El Sistema es una organización en constante transformación y cambio. Eso ha venido haciendo: adaptarse a las necesidades del país. El “música para todos” tiene mucho que ver con eso. Si en algún momento se llegó a ver a El Sistema como una organización elitesca, que enseñaba solo música eurocentrista, eso para nada es así. Al contrario, ha evolucionado y se ha abierto tanto en géneros musicales como a cualquier tipo de población o limitación. El Sistema es ejemplo de equidad, inclusión e igualdad.

Méndez adelantó que este año habrá giras en Estados Unidos, Europa y Argelia | Eduardo Domínguez
—El Sistema se ha sumado también al resurgimiento de los conciertos en Venezuela, como el que tuvieron con Plácido Domingo o el de Óscar D’León. ¿Cómo se plantean sus participaciones y por qué es importante estar en algunos de ellos?
—Ahí hilamos con lo que mencionábamos del “música para todos”: tiene que ver con la apertura hacia distintos géneros. La música, siempre que sea bien hecha, es buena. Siempre. Lo tenemos como norte. Por eso tenemos nuestro proyecto de música popular, de música venezolana. Lo importante es sonar a un nivel alto. Mencionaste a grandes maestros, ahora también tenemos a Andrea Bocelli. Son maestros que se han consagrado en sus respectivos nichos. Nosotros, más que un acompañamiento sinfónico, por la manera en que lo hemos planteado ha sido un protagonismo el hecho de tener a la orquesta ahí. No es lo mismo decir en un evento “fulano de tal sinfónico” que decir “fulano de tal con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar”, que tiene un nombre y un prestigio. Nos hemos sumado y hemos dado una muestra de apertura absoluta. Eso al final engrandece y enriquece la música de Venezuela.
—El año pasado también nos dejó momentos como la presentación de Sonya Yoncheva.
—Y hablando de los 50 años en total, porque uno tiende a hablar de lo más reciente, El Sistema a lo largo de su historia ha traído a Venezuela a los grandes maestros de la música. Han venido maestros como Yo-Yo Ma, Itzhak Perlman, grandes pianistas como Sergio Tiempo, Yuja Wang, directores como Simon Rattle, Claudio Abbado, Daniel Barenboim… Las figuras de la música en el mundo. También vino Luciano Pavarotti. Plácido Domingo vino muchas veces a hacer conciertos sinfónicos con la orquesta. Figuras de talla mundial han pasado por Venezuela gracias a El Sistema, que, haciendo gala de sus características de internacionalización, los ha podido traer. Incluso, a un segundo plano, hemos traído maestros que han enriquecido la metodología venezolana, como de la Filarmónica de Berlín, la Filarmónica de Los Ángeles, la Filarmónica de Nueva York, el Conservatorio de París, de las grandes universidades del mundo. Han estado aquí y eso ha sido para Venezuela una ganancia en conocimiento para sus músicos. Pero también a nivel de lo que significa ser venezolano. Porque al venir se dan cuenta de que Venezuela es mucho más que lo que se dice.
—¿Cuál es su balance de la Gira Europa 2025?
—Fue una gira absolutamente exitosa desde el primer concierto, que fue transmitido en vivo desde allá (París) por la gente de Camera lucida. Un Philharmonie de Paris a reventar, con una interacción maravillosa con los niños del núcleo de El Sistema en París, que es la gente de la organización Demos. No solo se demostró el nivel artístico de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, también se recogió un poco esa cosecha de todas las semillas que ha plantado El Sistema a lo largo de los años. Cada vez que El Sistema viaja no solo es para hacer conciertos, sino que lo hace para llevar la idea y plantar esa semilla en cada uno de esos países para que se reproduzca El Sistema. Hoy más de 70 países están inspirados en El Sistema. En Londres, un público acostumbrado a ver la Orquesta Simón Bolívar desde su éxito en los Proms, volvió a verla con dos conciertos en los que aplaudieron la Rapsodia para Cuatro a rabiar. Todos los demás espacios, tanto Luxemburgo como Bruselas, ardieron con el público. Pero destaco muchísimo el concierto de Berlín, ejecutado nada más y nada menos que en el teatro de la Filarmónica de Berlín, la catedral de la música del mundo, donde está la crítica realmente especializada y muy purista de la música. Hubo un standing ovation de casi 20 minutos. Jorge Glem y la Rapsodia fueron aplaudidos desde el inicio. Eso es muy poco usual: que un solista en la primera parte del concierto sea aplaudido de pie. Pero no es solo Jorge Glem, Gonzalo Grau, la orquesta y Gustavo, sino que El Sistema es capaz de exponer en el mundo lo mejor de Venezuela. Exponer no solo que somos buenos ejecutantes, sino que también somos compositores y con eso se enriquece al mundo y el repertorio universal con música venezolana, introduciendo nada más y nada menos que al cuatro como instrumento serio en el concierto. La gira cerró en Madrid con una Sinfonía n.º 3 de Mahler maravillosa. Se compartió con niños y jóvenes de Madrid, con venezolanos en Madrid. La orquesta estuvo llena de emociones porque a lo largo de la gira los músicos de la Orquesta Simón Bolívar que están ahora en Europa tocando en distintas orquestas se iban uniendo a la Bolívar para tocar en cada una de sus ciudades. Fue algo maravilloso encontrar que somos muchísimos y que estamos repartidos en el mundo. Esta orquesta además es una orquesta nueva. Es una generación completamente nueva. Eso le da mucho valor a lo que decía al principio: evolución. La Orquesta Simón Bolívar, en la que toqué en los años 97, 98 y 99, no es esta misma orquesta. Ni fue la orquesta de los Proms de 2007 con Gustavo. Es una orquesta completamente distinta. Es una orquesta formada que demuestra la capacidad de El Sistema de tener resiliencia para estar renovando sus orquestas y llevarlas a este nivel.
—¿Habrá más giras similares?
—Este año tenemos pensada una gira en Estados Unidos con la Orquesta Simón Bolívar. Estamos en pleno proceso. Es una invitación de la Filarmónica de Los Ángeles, que, como sabes, ya Gustavo está a punto de cambiar de Los Ángeles a Nueva York, y la Filarmónica de Los Ángeles, en aras de fijar vínculos con El Sistema, hizo una invitación a la orquesta. Estamos trabajándolo para julio o agosto. Hacia finales de año tendremos una gira importante en la que a la Orquesta Juvenil de Venezuela —que no es la misma cien por ciento, habrá un pequeño proceso de audición— la llevaremos a Europa nuevamente, entre noviembre y principios de diciembre. Irá a Berlín y a Hamburgo a tocar bajo la dirección del maestro Simon Rattle. Eso será algo glorioso para continuar esta celebración de los 50 años. Esa gira culmina en España bajo la dirección de Gustavo Dudamel.
—El maestro Dudamel encabezó también la importantísima participación en el Carnegie Hall, a propósito de la Semana Mundial de la Orquesta. Hay una lectura histórica y artística de tales presentaciones, pero también es cada vez más notable la preponderancia internacional de las orquestas. Concretamente, ¿de qué modo se beneficia la institución?
—Más que darse a conocer, es mejorar cada vez más la imagen de El Sistema propiamente en cuanto a lo que significa el desarrollo y la evolución que ha tenido en Venezuela. Se trata de exponer a Venezuela cuando una orquesta de venezolanos cien por ciento va a un país de Europa a dar conciertos con un repertorio universal de manera sobresaliente, y además aportando metodologías y haciendo foros y simposios para exponer lo que es El Sistema. Se trata de exponer lo mejor que tiene Venezuela. También se construye en El Sistema una cadena de valor importante: cuando tienes arriba orquestas como la Simón Bolívar, la Juan José Landaeta o la Orquesta de Cámara que van de gira, es una suerte de vitrina de motivación para toda la parte de abajo de la estructura piramidal de El Sistema. Esos niños que están en los núcleos quieren algún día tocar en la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y representar al país en Francia, Londres o Nueva York, donde sea necesario. Lo ven como una posibilidad cierta. Porque además ven que esos músicos que están allí empezaron en un núcleo de El Sistema. Es decir, es algo posible, real. El músico esencialmente necesita ser reconocido, necesita exponer su arte entre distintos públicos. La idea es que tenga la posibilidad de que lo vean muchas personas diferentes. Eso es un poco lo que busca El Sistema con sus giras. Más que el grupo que viaja, más que el grupo que se destaca, es generar motivación para que los que están abajo puedan tener la aspiración de llegar a ese lugar.
—¿Nos trae El Sistema nuevos programas a propósito de estos 50 años?
—Estamos trabajando en un proyecto tecnológico que consiste en el desarrollo y la profundización de la cátedra de Audio. Como sabes, hemos realizado algunos proyectos que han estado nominados o han ganado en los Grammys. Esa área la estamos profundizando a partir de estos 50 años. Estamos entrando también en la música electrónica, uno de los proyectos que viene también.
—¿Música electrónica es algo concreto o está en proyecto?
—Estamos en proyecto para fusionar lo clásico y lo popular con instrumentos reales en la parte electrónica.
—Hay programas que dan cuenta de la disposición social que suele tener El Sistema, como el Penitenciario o el de Atención Hospitalaria. ¿Cómo se benefician las personas que participan de programas como estos? ¿Maneja una cifra de incidencia?
—En el caso hospitalario, genera mucha motivación. Ese es el fin más que nada. Generarles a los niños y jóvenes ganas de avanzar en el proceso de su enfermedad, que generalmente son padecimientos difíciles. El contacto con la música los ayuda a motivarse. En cuanto al tema penitenciario, son más de siete los centros que están con el proyecto, el cual no solo genera motivación, sino ocupación y genera beneficios como la disminución de la violencia, lo cual es capital en espacios como estos. Terminan también generando incluso disminuciones de las penas para ellos, porque son personas que van demostrando una conducta diferente a través de la música. Es un programa que hacemos con el Ministerio de Asuntos Penitenciarios y ha sido bandera estos últimos años.
—¿Cuántos estudiantes hay actualmente en El Sistema? ¿Cuántos profesores?
—Tenemos 1.269.173 niños. Profesores, 8.400.
—Esa cifra de profesores creció en los últimos cinco años, ¿cierto?
—Así es.
—¿Para cuándo proyectarían la cifra de 2 millones?
—Llegar a los 2 millones no puede ocurrir antes de cinco años, es difícil. Es un crecimiento que tiene que plantearse en una etapa de escalamiento. Estamos en 1.269.173: si nosotros avanzamos a razón de 200.000 cada año estaríamos avanzando hacia esa cifra.
—Y eso depende también de la institución a nivel de núcleos.
—Así mismo, del crecimiento interno y de las posibilidades de la infraestructura.
—¿Siguió la migración afectando la matrícula y la nómina de profesores? ¿O disminuyó?
—Eso se estabilizó. No te diría ni que empeoró ni que mejoró, sino que se estabilizó.
—¿Cuál es el presupuesto que maneja actualmente El Sistema?
—Más o menos seguimos en lo mismo. El presupuesto no se ha incrementado enormemente.
—¿28 millones de dólares?
—Ese es el promedio, entre 28 y 29 millones de dólares. Se ha mantenido estable también.
—Recientemente estuve en el Centro de Acción Social y noté que hay movimiento en las construcciones pendientes de El Sistema. ¿Se proyecta allí aún la Universidad del Sistema José Antonio Abreu? ¿Se tiene una fecha aproximada de inauguración?
—Más allá de la universidad, el primer proyecto que estamos desarrollando, porque lo vimos más viable y ejecutable a mediano plazo, es que el Conservatorio de Música Simón Bolívar, nuestro conservatorio histórico en El Paraíso, está siendo objeto de una remodelación importantísima desde el punto de vista de infraestructura y en lo académico, lo cual, a partir de este año, nos dará la posibilidad de convertirlo en conservatorio superior de música. Eso implica que podremos otorgar la licenciatura a los músicos que estudian allí. Es el preámbulo de lo que tenemos en mente sobre la Universidad de la Música José Antonio Abreu, que vendría a ser un instituto de estudios superiores, es decir, ya entregaría posgrados. Este conservatorio es una innovación a propósito de los 50 años. Es un gran aporte a la institución y el país. Porque todos los músicos venezolanos —no tienen que ser de El Sistema— pueden acceder al conservatorio, audicionar y formarse para obtener el título de licenciado. Aunque ya hay universidades del país que lo otorgan, en el caso nuestro es algo específico y especializado en cuanto a lo que es la música desde la metodología de El Sistema.
—¿Para cuándo estaría listo el conservatorio?
—Esperamos que para mayo esté lista la infraestructura. Pero ya en los distintos espacios que tenemos nosotros están funcionando sus cátedras, sin ningún inconveniente. Solo que ahorita, de manera temporal, está funcionando en otros extramuros, pero la infraestructura para mayo debería estar lista.
—¿Se retomaron los desembolsos del Banco Interamericano de Desarrollo?
—Aún no, porque es algo que no tiene que ver directamente con nosotros sino que es un tema de la República.
—¿Piensa El Sistema ampliar su cantidad de núcleos y módulos? La cifra disponible en su página web se mantiene en 443 núcleos y 2.957 módulos.
—La idea es ampliarlos. A partir de este 50 aniversario mucha gente se va a inscribir y la idea es ampliar los núcleos. Esa es la proyección que tenemos. Esperamos este mismo año abrir unos 15 núcleos más y abordar un número importante de nuevas escuelas.
—¿En qué condiciones están los núcleos del interior del país?
—Es variable. Hay núcleos en los que hemos trabajado planes de desarrollo desde hace cuatro años. Hemos hecho remodelaciones y creo que puedes ver algunos de ellos, los que se han remodelado y actualizado. En ese plan hay una agenda para ir trabajando cada uno de los núcleos. Hay unos en los que no tenemos ni siquiera la sede porque por diversas razones hemos tenido que salir. Estamos buscando espacios, como en el caso de Lara, el caso de Carabobo, pero hemos estado en trabajos y negociaciones para eso.
—Veo en el feed de El Sistema que en el último año se han dedicado a establecer alianzas con empresas privadas. ¿Cuál es su proyección para que el sueño de que El Sistema sea autosustentable pueda darse? ¿Cuántas empresas privadas apuestan por El Sistema en este momento y con cuáles les gustaría trabajar?
—Son muchas empresas, muchos bancos, como comentas. En las páginas están. La mayoría de los bancos privados de Venezuela están trabajando con nosotros. Varias empresas de alimentos de distintos sectores están con nosotros trabajando. Muchos en el sector salud nos apoyan con la salud de los niños, de los jóvenes de los núcleos, de los empleados. Hemos hecho alianzas estratégicas. Con las aerolíneas también: han sido fundamentales por los procesos de los viajes internacionales de El Sistema. Hemos hecho esas alianzas en búsqueda de recursos. Hablar de autosostenibilidad no es tan fácil porque es una plataforma gigantesca que, además, desde el punto de vista conceptual, más allá de la autosostenibilidad, es un tema de que se trata de una política pública del Estado. Recuerda que El Sistema es una política pública desde 1979 al formar parte del Estado a través de la Fundación (Musical Simón Bolívar). Por eso el Estado tiene esa responsabilidad con El Sistema de apoyarlo, como lo ha hecho en los últimos años. El sector privado también se ha volcado a apoyar a El Sistema, como has visto. No solo a propósito de los 50 años, sino porque hay un reconocimiento. Esos apoyos son al final un reconocimiento a la gestión. Un reconocimiento al trabajo, un reconocimiento a la transparencia. A todo lo que ocurre en una organización que muestra sus resultados tangibles día a día.
—El Sistema, como institución del Estado, ha sabido siempre moverse entre la relación con el gobierno y el sector privado, ¿se vio afectado esto luego de la crisis que hubo tras las elecciones del 28 de julio?
—No, para nada. Hemos seguido firmes. El Sistema es un sistema que ha estado siempre a la altura de las circunstancias y se ha movido siempre dentro de las estructuras y nunca fuera de ellas. Eso es lo que ha hecho que El Sistema pueda y haya permanecido a lo largo de la historia bajo el paraguas de la protección del Estado, y por supuesto también con la amistad y el respaldo de distintos sectores.

«El Sistema siempre se ha mantenido firme en la música. La música y la educación es lo que nos mueve y nos une», afirma el director ejecutivo de El Sistema | Eduardo Domínguez
—El mes pasado la pianista Gabriela Montero criticó duramente a El Sistema y generó un debate en las redes de gente que sigue apoyando a la institución y otros que la apoyaron a ella. ¿Vio usted ese debate? ¿Le daría una respuesta?
—No, la verdad es que no.
—¿Consideraría que la polarización en el país en los últimos 25 años ha afectado la imagen de la institución?
—No, para nada. El Sistema siempre se ha mantenido firme en la música. La música y la educación es lo que nos mueve y nos une. El Sistema es absolutamente diverso. Es un ejemplo de equidad, inclusión, de diversidad. El Sistema, siempre lo digo, es un pequeño país donde todos convivimos. Es un ejemplo más bien de que cuando los venezolanos nos unimos podemos hacer cosas maravillosas. Eso hace El Sistema: mantenerse del lado de los niños, del lado de la educación. Sin importar las circunstancias que nos rodean. Porque un niño que deja de ser educado es un niño que perdiste. El Sistema no puede detenerse. Jamás. Por ninguna circunstancia. El Sistema siempre estará allí al servicio de los venezolanos.
—Si tuviera que reconocer fallas y aciertos como director ejecutivo, ¿cuál diría hoy que ha sido su mayor logro frente a la institución y qué volvería a hacer de una manera mejor?
—Justamente diría que una de las cosas que me ha caracterizado es reconocer fallas. Reconocer y corregir para evolucionar. Poder evolucionar requiere de reflexión y la reflexión es algo que se ha mantenido en mi gestión. Reflexionar sobre lo bueno, pensarlo, pero también corregir lo no tan bueno para generar nuevas ideas y soluciones. Pero siempre evolucionando. Abriendo. Una de las cosas que hemos hecho en El Sistema ha sido abrirlo a todos. Por eso el “música para todos”. Abrirlo a todas las áreas y luchar un poco contra las dificultades que ocurren por las resistencias al cambio. Eso ha sido para mí la cosa más importante que hemos hecho.
—¿Se mantendrá Eduardo Méndez como director ejecutivo de El Sistema? ¿Le gustaría, en algún momento, tener otra participación dentro de la institución?
—Por el momento siento este compromiso de continuar el legado del maestro Abreu. Para mí El Sistema es lo más constante que he tenido en mi vida después de mi familia. Tengo 39 años en El Sistema, desde que ingresé de niñito. Tengo 46 hoy y 16 años como director ejecutivo. Desde niño he estado en orquestas de El Sistema, como la Simón Bolívar, he pasado prácticamente por todos los cargos administrativos relacionados con mi área hasta estar en el que estoy ahora. Siento un compromiso muy fuerte de continuar este legado. Obviamente esto no es nada eterno ni mucho menos. Para eso se están formando los equipos, así como lo hizo el maestro con nuestros equipos, con Gustavo, conmigo. Por eso está la cantera de jóvenes directores, la nueva cantera de gerentes, gente que está trabajando y siendo formada todos los días. Vengo del mundo académico, de trabajar y de estudiar en diversos posgrados y especializaciones tanto en Venezuela como fuera, así que creo mucho en la educación y la formación. Creo que la educación es el motor que mueve todo. La formación que les imprimimos a los jóvenes, no solo en lo musical sino en lo gerencial, es algo fundamental. Los gerentes hemos aprendido de la música también, hemos aprendido a ser excelentes gracias a que los músicos son excelentes. Esa gerencia se ha potenciado con el conocimiento y la necesidad de estar a la altura de la evolución musical de El Sistema. Así que seguimos adelante, seguimos evolucionando y seguimos generando nuevas ideas para contribuir a Venezuela. Porque al final El Sistema es eso: una gran contribución a Venezuela para generar mejores ciudadanos.
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