Cómo negarlo. Es insensato no admitirlo, aunque en política hay espacio para todo, más cuando se juega en un tablero minado de traiciones y deslealtades. O, como sucede muchas veces, cada actor pensando en sus intereses.
Por otro lado, es comprensible que muchos desprevenidos y otros hastiados de ver a políticos tras bastidores haciendo de las suyas, piensen que lo que estamos haciendo junto a nuestro Manuel Rosales no está bien.
No fuimos pocos los que pensamos que Rosales debía contarse en las primarias. Aún conscientes de que su lenguaje y postura moderada no podían imponerse frente al que usó María Corina para alzarse con la victoria, corriendo prácticamente sola; y más aún después de que Capriles se apartara de la carrera. Era un riesgo que naturalmente el líder de los zulianos debía sopesar. Sus argumentos fueron respetados por todos cuando nos dijo: “ya hay muchos candidatos y no seré yo uno más, si la mayoría de los partidos de la Plataforma ya tienen su candidato. Apostaremos por el éxito de las primarias y apoyaremos sin condiciones al que resulte ganador”.
En ese entonces, también hay que decirlo, no hubo una sola diligencia de María Corina, ni interés suyo en solicitar nuestro apoyo. Lo cual sí hizo Capriles, quien se fue hasta el Zulia a solicitarle apoyo no solo a Rosales, sino a la maquinaria azul diseminada en todos los pueblos de Venezuela. Capriles con el solo gesto de dispensarle una visita en el Palacio de Gobierno a Rosales, ya se distinguía como un candidato que, sin ambages, pedía nuestro respaldo. Y así lo hicimos. María Corina no solo creyó no necesitar nuestro apoyo, sino que se fue hasta el Zulia, ni por cortesía llamó y, para remate, su equipo de campaña durante su gira, lanzó a una de sus fichas para la Gobernación. Ello nos daba en UNT una clara señal. No nos necesitaba o no somos de su agrado. Estando así las cosas. Intentamos avanzar con Capriles, hicimos en UNT nuestro mejor esfuerzo; sin embargo, no faltaron los comentarios de los laboratorios que apuestan a la división, tanto los del régimen como los de la oposición arguyendo: es una jugada de Rosales y Capriles, como este último está inhabilitado, luego le apoyará. Ese es el cuadre.
Al poco tiempo HCR decidió salir del ruedo. Nos quedamos sin candidato. La decisión de Rosales y del partido fue dejar a nuestra militancia en libertad para que votaran. Yo fui uno de esos tantos votos.
El 22/Oct en una jornada ejemplar y pese a las reservas de no pocos, las primarias se concretaron gracias a los acuerdos de Barbados donde Gerardo Blyde y otros compatriotas (incluidos dos de los nuestros: Luis Emilio Rondón y Stalin González) concretaron el respeto a las primarias por parte del gobierno.
La historia reciente ya es conocida. Apoyamos sin condiciones no sólo a María Corina, sino a la sustituta que escogió unilateralemente y que fue apoyada por todos. Todos en la Plataforma levantamos las dos manos en favor de la unidad y por respeto a MCM.
La noche del 25 de marzo, a pocos minutos de cerrarse el lapso de inscripción, Maduro y su operador Jorge Rodríguez concretaron arbitraria e ilegalmente lo que habían jurado mil veces: nada que venga de la Sra Machado pasara por el filtro del CNE. Tocó tomar una decisión histórica y muy difícil. Personalmente, puedo atestiguar de la resistencia de Manuel Rosales a aceptar la candidatura. Aún después de ello ha manifestado una y otra vez que si a MCM se la deja postular o si hay otro candidato escogido bajo el consenso de toda la unidad, no sólo es que se hará a un lado, sino que se pondrá al frente para luchar junto a esa candidatura.
Lo curioso es que Manuel Rosales y UNT son ahora buenos para recibir el apoyo de ambos, pero siguen siendo unos leprosos políticos para apoyarlos.
Con Manuel, con UNT y junto a Venezuela seguiremos luchando por construir un país del tamaño de nuestros sueños…