El Gobierno de Colombia pidió el martes (03.10.2023) una disculpa pública por las ejecuciones extrajudiciales de 19 civiles asesinados por el ejército y registrados como combatientes rebeldes durante uno de los periodos más violentos de la guerra civil del país.
La disculpa se produce en un intento del gobierno colombiano de hacer las paces con las comunidades afectadas por décadas de conflicto armado y las negociaciones de paz con los grupos armados que siguen luchando contra el ejército en zonas rurales a pesar del acuerdo de paz de 2016 entre el Gobierno y el mayor grupo rebelde del país.
«Estos (asesinatos) nunca deberían haber ocurrido», dijo el ministro de Defensa Iván Velásquez en un acto frente al Congreso de la nación al que asistieron familiares de las víctimas.
«Les pedimos perdón por estos crímenes que nos avergüenzan ante el mundo», dijo Velásquez en un discurso.
Los asesinatos tuvieron lugar entre 2004 y 2008, cuando el ejército colombiano intensificó su campaña contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, el grupo rebelde que firmó la paz con el gobierno en 2016.
Inédita petición de perdón de los militares
El ejército de Colombia también pidió por primera vez perdón a los familiares de 19 de los 6.402 civiles que soldados asesinaron para presentarlos, en algunas ocasiones vestidos de guerrilleros, como bajas del enemigo durante el conflicto armado.
El ejército de Colombia también pidió por primera vez perdón a los familiares de 19 de los 6.402 civiles que soldados asesinaron para presentarlos, en algunas ocasiones vestidos de guerrilleros, como bajas del enemigo durante el conflicto armado.
«Reconocemos que hubo hechos dolorosos cometidos por integrantes del Ejército Nacional que jamás debieron haber ocurrido», dijo el comandante de esa fuerza, general Luis Ospina, durante un acto en Bogotá.
Los asesinos y sus cómplices «mancillaron la legitimidad» de la institución, agregó el alto mando. «Ofrecemos nuestras sentidas y sinceras disculpas» y «pedimos perdón», sostuvo frente a los parientes de las víctimas.
En su mayoría mujeres escucharon las palabras de Ospina y reclamaron conocer la verdad sobre quién dio la orden de asesinar a esos civiles para inflar resultados militares a cambio de recibir beneficios como días de descanso y condecoraciones entre 2004 y 2008.
Este martes el presidente Gustavo Petro se sumó al arrepentimiento y calificó la práctica como un «genocidio».
«Que los fusiles no se apunten contra el pueblo nunca jamás», sostuvo el mandatario, crítico de gobiernos anteriores y antiguos jefes militares.
Desde que colectivos de víctimas empezaron a señalar que jóvenes fueron engañados por integrantes del ejército con promesas de empleo para después dispararles a sangre fría, los comandantes del ejército habían negado que se tratara de una actuación sistemática. Incluso decían que era un invento de organizaciones de izquierda para deslegitimar a la fuerza pública.
Pero la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal que nació del acuerdo de 2016 que desarmó a la guerrilla FARC, determinó en 2021 que habían sido por lo menos 6.402 las víctimas de esa macabra forma de entregar resultados en la lucha contra las guerrillas.
Conocidos como los ‘falsos positivos’, las ejecuciones de civiles son el mayor escándalo que enloda a los militares en más de medio siglo del conflicto armado interno.
Fuente: DW