En la ciudad de Miami, ha emergido en los últimos años la figura de Gerardo José Gamboa Rosas, un venezolano originario de la Isla de Margarita. Este individuo se ha ganado cierta notoriedad por exportar vehículos de alta gama hacia Venezuela. No obstante, su ostentación no se limita a los autos; Gamboa se pasea por Miami exhibiendo un estilo de vida de opulencia, ataviado con prendas de la marca Hugo Boss y adornando su muñeca con relojes Rolex, mientras conduce una Range Rover, un símbolo no solo de su riqueza sino también, según las acusaciones, de sus actos ilícitos.
Desde hace más de cuatro años, Gamboa se ha escudado tras la ciudadanía estadounidense, lo que parece ser una pantalla perfecta para sus negocios poco claros. En el corazón de Florida, se ha aprovechado de venezolanos en busca de vehículos, tejiendo un entramado de estafas con el dinero de sus compatriotas.
Su estrategia consiste en manipular títulos y documentos fraudulentos en distintas latitudes como Dubái, México y Estados Unidos. De esta forma, logra dilatar los procesos durante meses, mientras emplea los fondos de sus víctimas en otros negocios de dudosa reputación.
Entre sus ardides, se encuentra el uso del dinero ajeno para invertir en el extranjero, como es el caso de República Dominicana, donde es propietario de Roferca Dominicana, una compañía con una flota de autobuses. Este emprendimiento le ha servido para financiar su alto nivel de vida.
Gamboa retorna el dinero a sus dueños originales a cuentagotas y bajo sus propias condiciones, sacando ventaja de la urgencia de estos por recuperar su inversión.
Gerardo José Gamboa (iz.)
La empresa ROFERCA U.S.A., INC. y sus homónimas en Venezuela
La empresa ROFERCA U.S.A., INC. está inscrita en Florida y ha sido utilizada por Gamboa y sus asociados para confundir a los clientes, quienes la asocian con una empresa constructora homónima de larga trayectoria en Nueva Esparta, Venezuela. Sin embargo, la empresa constructora no tiene ningún vínculo con Gerardo Gamboa, pero sí comercializadora de vehículos ROFERCA C.A., con sede en la ciudad de Porlamar, estado Nueva Esparta, y cuyo registro, en el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI), figura a nombre de Gerardo Gamboa.
Es importante señalar que la gerencia de ROFERCA U.S.A., INC. ha visto un constante cambio de directivos, incluyendo a familiares y a la esposa de Gamboa, Anmari Celenia Fernández De Gamboa. Si bien ofrecen un número de contacto venezolano, evidentemente los Gamboa Fernández cuentan en Estados Unidos con un número telefónico diferente.
Por Silvia Monteagudo
En la ciudad de Miami, ha emergido en los últimos años la figura de Gerardo José Gamboa Rosas, un venezolano originario de la Isla de Margarita. Este individuo se ha ganado cierta notoriedad por exportar vehículos de alta gama hacia Venezuela. No obstante, su ostentación no se limita a los autos; Gamboa se pasea por Miami exhibiendo un estilo de vida de opulencia, ataviado con prendas de la marca Hugo Boss y adornando su muñeca con relojes Rolex, mientras conduce una Range Rover, un símbolo no solo de su riqueza sino también, según las acusaciones, de sus actos ilícitos.
Desde hace más de cuatro años, Gamboa se ha escudado tras la ciudadanía estadounidense, lo que parece ser una pantalla perfecta para sus negocios poco claros. En el corazón de Florida, se ha aprovechado de venezolanos en busca de vehículos, tejiendo un entramado de estafas con el dinero de sus compatriotas.
Su estrategia consiste en manipular títulos y documentos fraudulentos en distintas latitudes como Dubái, México y Estados Unidos. De esta forma, logra dilatar los procesos durante meses, mientras emplea los fondos de sus víctimas en otros negocios de dudosa reputación.
Entre sus ardides, se encuentra el uso del dinero ajeno para invertir en el extranjero, como es el caso de República Dominicana, donde es propietario de Roferca Dominicana, una compañía con una flota de autobuses. Este emprendimiento le ha servido para financiar su alto nivel de vida.
Gamboa retorna el dinero a sus dueños originales a cuentagotas y bajo sus propias condiciones, sacando ventaja de la urgencia de estos por recuperar su inversión.
Gerardo José Gamboa (iz.)
La empresa ROFERCA U.S.A., INC. y sus homónimas en Venezuela
La empresa ROFERCA U.S.A., INC. está inscrita en Florida y ha sido utilizada por Gamboa y sus asociados para confundir a los clientes, quienes la asocian con una empresa constructora homónima de larga trayectoria en Nueva Esparta, Venezuela. Sin embargo, la empresa constructora no tiene ningún vínculo con Gerardo Gamboa, pero sí comercializadora de vehículos ROFERCA C.A., con sede en la ciudad de Porlamar, estado Nueva Esparta, y cuyo registro, en el Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI), figura a nombre de Gerardo Gamboa.
Es importante señalar que la gerencia de ROFERCA U.S.A., INC. ha visto un constante cambio de directivos, incluyendo a familiares y a la esposa de Gamboa, Anmari Celenia Fernández De Gamboa. Si bien ofrecen un número de contacto venezolano, evidentemente los Gamboa Fernández cuentan en Estados Unidos con un número telefónico diferente.
Los empleados de la constructora ROFERCA en Venezuela han confirmado que han recibido múltiples reclamos sobre estafas atribuidas a Gerardo Gamboa, aunque aclaran que el mismo no tiene participación alguna en la constructora de Nueva Esparta.
Empresarios de Nueva Esparta han expresado que Gamboa se valió supuestamente del renombre de la constructora venezolana para su beneficio personal en Estados Unidos, lucrando de la reputación de la constructora, aunque desde hace años posee una empresa dedicada a la venta de vehículos, con nombre similar, en su tierra natal.
Denuncias y maniobras legales
Más de veinte denuncias se han presentado desde España y Estados Unidos, especialmente en Miami, contra Gamboa. Se ha sabido que, para evadir responsabilidades legales, transfiere sus propiedades al nombre de su esposa, Anmari Gamboa.
Además, Diana Gamboa, hermana de Gerardo y exfiscal venezolana residente en Estados Unidos, no solo lo respalda sino que colabora con él en una empresa en la ciudad de Doral. Junto a su esposo cubano, Leni Hernández, se dedican a la venta en línea y envío a Venezuela de vehículos importados desde la empresa CARS PRIME.
Leni Hernández y Diana Gamboa
No obstante, la vida de Gerardo Gamboa trasciende la estafa. Es conocido por su afición a contratar mujeres para eventos privados, derrochando en lujos lo que no le pertenece. Sus conocidos lo describen como una persona con un gusto extravagante por las prostitutas, llegando a señalarlo de pederastia, por mantener supuestamente contactos con menores de edad; evidenciando aún más cómo malgasta el dinero obtenido a través de sus artimañas.
Se ha visto a Gamboa disfrutando de la compañía de diversas mujeres en locales de la ciudad de Doral, aduciendo que se trata de reuniones de trabajo. Esta faceta de su vida revela un patrón de comportamiento en consonancia con sus prácticas empresariales fraudulentas.
La situación legal de Gamboa y su vínculo con la política venezolana
Gerardo Gamboa se encuentra imposibilitado de regresar a Venezuela, su tierra natal, debido a que es requerido por las autoridades por delitos de estafa y otros cargos de mayor gravedad. Se rumorea que en Venezuela hay quienes lo han amenazado por haber traicionado a figuras prominentes del gobierno chavista venezolano al haber colaborado con autoridades estadounidenses.
Esta red de estafas vinculada a la exportación de vehículos de lujo no sería posible sin la colaboración de un ciudadano español, que se encuentra acusado de sustraer más de medio millón de dólares a sus clientes. Las acciones fraudulentas de esta asociación ilícita han trascendido fronteras, y según otro ciudadano español afectado por sus prácticas, quien ha preferido mantener su identidad en el anonimato por razones de seguridad, estas estafas también están causando estragos en España.
La vida de Gerardo José Gamboa Rosas está marcada por un lujoso estilo de vida financiado por prácticas fraudulentas, una utilización calculada de la identidad corporativa para engañar a sus víctimas, y una serie de maniobras para protegerse de las consecuencias legales de sus actos. Su historia es un laberinto de estafas internacionales que ha dejado un rastro de víctimas en su camino y ha provocado la indignación de muchos que claman justicia.
El oscuro pasado de Gerardo José Gamboa Rosas
Gerardo José Gamboa Rosas, nombre que resuena en medio de acusaciones de estafa en Florida, parece tener raíces más profundas en prácticas cuestionables que se extienden más allá de la venta de automóviles. De acuerdo con investigaciones y registros empresariales, Gamboa Rosas escondía conexiones con negocios que ahora están bajo la lupa por su legalidad.
Conexiones empresariales en Panamá
Gerardo junto a Anmari Celenia Fernández De Gamboa, su esposa, y Luis Alberto Chacin Haddad, otro empresario venezolano, fueron socios en Panamá de la compañía Roferca Motor, S.A., establecida en el año 2008. Sin embargo, esta sociedad fue suspendida en 2020, coincidiendo temporalmente con declaraciones de culpabilidad de Chacin Haddad en casos de soborno en Estados Unidos. Además, en Panamá, Gerardo y su esposa dirigían Alivicger Corp, la cual también cesó sus actividades el mismo año.
El caso de corrupción que ensombreció a Chacin Haddad quedó patente cuando, el 24 de junio de 2019, admitió ante un tribunal federal de Estados Unidos su participación en una conspiración para violar la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA). El esquema de soborno que implicaba a la empresa estatal eléctrica venezolana Corpoelec, se extendió desde 2011 hasta 2018, y Chacin Haddad aceptó haber pagado millones en sobornos a funcionarios venezolanos para asegurar contratos con la empresa eléctrica estatal Corpoelec.
Confesiones y consecuencias de una red de soborno
Luis Alberto Chacin Haddad y Jesús Ramón Veroes Casadiego (conocido como «El Negro» Veroes), ambos venezolanos, confesaron haber realizado pagos ilícitos a altos funcionarios de Corpoelec. Entre los implicados se encontraban Luis Alfredo Motta Domínguez, exministro de Energía Eléctrica de Venezuela y expresidente de Corpoelec, y Eustiquio José Lugo Gómez, exdirector de adquisiciones de la estatal eléctrica Corpoelec. Como resultado de sus confesiones, ambos debieron renunciar a $5.5 millones derivados de contratos adquiridos de manera corrupta, así como a propiedades en Miami.
Luis Alberto Chacin Haddad
En el mes de octubre del año 2020, Luis Alberto Chacin Haddad obtuvo una sentencia reducida, de 30 meses de prisión, tras haber colaborado con la justicia estadounidense.
Red empresarial extendida en Estados Unidos y ¿posible blanqueo?
Las relaciones comerciales entre Chacin Haddad y Gerardo José Gamboa Rosas no se ha limitado a Panamá. En Texas, fueron socios en la contratista petrolera OIL PIPE SYSTEM, LLC, fundada en 2016 y disuelta en 2018. En Florida, participaron juntos en PETROTECH, CORP, activa entre 2014 y 2016. Una fuente cercana al caso no descarta la posibilidad de que Gamboa Rosas estuviera involucrado en esquemas de soborno como contratista en el sector petrolero venezolano.
Dicha fuente también supone que Gamboa Rosas pudo haber actuado en asociación o haber fungido como testaferro de Alexis Navarro, exgobernador chavista del estado Nueva Esparta en Venezuela entre 2000 y 2004. Interesantemente, en el año 2003, cuando Navarro ejercía como gobernador, Gamboa Rosas creó en Florida la empresa ROFERCA U.S.A., INC., la cual aún activa, es acusada actualmente de ser una fachada para la estafa en la venta de automóviles a Venezuela.
Es importante recalcar que Alexis Navarro, quien podría haber tenido un vínculo con Gamboa Rosas, falleció en 2016.