Si bien Israel parece dispuesto a lanzar un ataque terrestre contra Gaza en respuesta a los mortíferos ataques de Hamás, los túneles excavados por el movimiento islamista palestino siguen siendo un objetivo principal para el Ejército israelí, ya que sirven como ruta de escape y de contrabando de armas y artículos de guerra.
Apodados «el metro de Gaza» por las tropas israelíes, los túneles excavados por Hamás en la Franja de Gaza son un objetivo particular de Israel.
La destrucción de esta red clandestina construida por el grupo islamista palestino es una de las cuestiones en juego en el conflicto, mientras el Estado hebreo parece dispuesto a lanzar un asalto terrestre a Gaza en respuesta a los mortíferos ataques de Hamás.
La frontera de 14 kilómetros de Gaza con Egipto alguna vez estuvo plagada de cientos de estos túneles utilizados para el contrabando de combatientes, armas y otros suministros.
Algunos túneles llegan hasta 30 o 40 metros bajo tierra, lo que permite a los militantes cambiar de posición mientras se protegen de los ataques.
Se desconoce su alcance exacto. El Ejército israelí anunció en 2021 que había destruido “más de 100 kilómetros” de estas fortalezas subterráneas mediante “ataques aéreos”.
Las baterías de cohetes escondidas a unos pocos metros debajo de la superficie se pueden descubrir usando una trampilla, lo suficientemente larga como para disparar una salva.
Hamás «se sabe sus túneles de memoria»
El Ejército israelí y los servicios de inteligencia ciertamente conocen la ruta de parte de la red. Pero otras partes siguen siendo secretas y dificultarán cualquier operación terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la Franja de Gaza.
Hamás «se sabe sus túneles de memoria», descifra Colin Clarke, director de investigación del centro de estudios Soufan Center de Nueva York, entrevistado por la AFP. Para «prepararse para luchar en ese terreno (…) requeriría información de inteligencia detallada (…) que los israelíes tal vez no tengan», añade el experto.
Para este especialista, los combates clandestinos darían una gran ventaja táctica a Hamás y a sus líderes.
Una trampa mortal
«Todo el mundo sabe que será largo y difícil y que las pérdidas serán numerosas», añade Grinberg, aunque tecnologías como los robots podrían favorecer a las fuerzas israelíes.
Por otra parte, la ventaja de Hamás en los túneles «también podría resultar una trampa», afirma. «Cuando se descubren túneles, se pueden cerrar para confinar a las personas que se encuentran dentro. En este caso, la orden probablemente será la de no dar cuartel».
Túneles de hormigón
Inicialmente, estos túneles surgieron en respuesta al bloqueo israelí impuesto al enclave tras el golpe de Estado que permitió a Hamás, en 2007, tomar el control de Gaza. Se utilizaban, en particular, para suministrar clandestinamente a la población bienes y alimentos procedentes de Egipto.
Mohamed Deif, líder de las Brigadas Ezzedine al-Qassam, brazo armado de Hamás, es quien, según los servicios israelíes, está en el origen de la estrategia de incursiones terrestres a través de túneles subterráneos.
En 2013, el Ejército israelí descubrió un corredor de 2,5 kilómetros de longitud que conecta el Estado judío con la Franja de Gaza.
En 2014, Antoine Mariotti, periodista de France 24 y excorresponsal en Jerusalén, visitó uno de estos túneles en el marco de un reportaje emitido en France 24. Un pasillo de hormigón y no de arena, equipado con barandillas y cables telefónicos y eléctricos. Según algunos expertos, explicó entonces el periodista, «estos túneles pueden costar hasta un millón de dólares».
“La entrada a estos túneles es difícil de encontrar”, explicó Antoine Mariotti, “son pequeños agujeros escondidos debajo de un sofá o una alfombra”.
Durante la campaña de 2014, Hamás utilizó estos túneles, lo suficientemente altos como para que una persona pueda estar de pie, para infiltrarse en Israel.
Según el centro estratégico Begin-Sadat de la Universidad Bar-Ilan de Tel Aviv, integrantes del movimiento palestino lograron matar a 11 soldados israelíes en tres ataques separados.
En 2017, un informe oficial acusó al primer ministro Benjamín Netanyahu y al Ejército israelí de haber preparado mal al país para esta amenaza «estratégica» durante el conflicto de 2014.
Desde entonces, el Estado hebreo ha desarrollado diversos métodos para destruir estos túneles o impedir su construcción, incluida la de un cinturón de muros subterráneos, equipado con sensores que detectan cualquier actividad de perforación y que supuestamente marcará, a gran profundidad, las fronteras con la Franja de Gaza.
Pero la sostenibilidad de esta red clandestina de Hamás demuestra que el grupo islamista palestino sigue siendo capaz, a pesar de la vigilancia israelí, de mantener en secreto sus capacidades armadas.
Hamás lo sabe y lo utiliza para alimentar fantasías sobre su arsenal. Mientras que, del lado israelí, la destrucción de estos famosos túneles es un objetivo declarado que justifica, ante los ojos de las FDI, la continuación de las operaciones en Gaza y los bombardeos masivos sobre las zonas que albergan a la población civil.