En un esfuerzo por reducir los riesgos de contaminación por virus como el norovirus y la hepatitis A, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) anunció un cambio significativo en su estrategia de prevención para las bayas frescas y congeladas.
Según informó la FDA, esta medida busca abordar los brotes de enfermedades relacionados con bayas importadas, que han generado preocupación en los últimos años.
De acuerdo con la entidad, aunque no se han registrado brotes de virus entéricos vinculados a bayas cultivadas en Estados Unidos en las últimas tres décadas y media, sí se han identificado casos relacionados con productos importados.
El cambio en el protocolo se centra en mejorar las prácticas de higiene y manejo desde el momento de la cosecha hasta el procesamiento, con el objetivo de minimizar la posibilidad de contaminación.
La nueva estrategia de la FDA pone énfasis en varios aspectos clave para garantizar la seguridad de las bayas. Entre las medidas destacadas se encuentran la implementación de prácticas de higiene adecuadas para los trabajadores de campo, la mejora en la gestión de instalaciones sanitarias y la adopción de controles para evitar la contaminación cruzada tanto en el campo como durante el procesamiento.
Además, se busca monitorear y limitar la presencia de virus en los trabajadores agrícolas y del sector de procesamiento que interactúan con las bayas. El organismo también subrayó la necesidad de profundizar en el conocimiento científico sobre cómo ciertos virus llegan a las bayas frescas y congeladas y cómo logran permanecer en ellas.
Este enfoque no incluye la adición de pesticidas o productos químicos, sino que se centra en evitar que los gérmenes sean transferidos a los frutos por contacto humano.
Según detalló la FDA, las bayas presentan desafíos únicos en términos de seguridad alimentaria debido a su delicadeza y al método de cosecha. Muchas de estas frutas, como las fresas, frambuesas y moras, son recolectadas manualmente, lo que aumenta el riesgo de contaminación si los trabajadores no mantienen una higiene adecuada.
El doctor Benjamin Chapman, experto en seguridad alimentaria de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, explicó que la contaminación por parte de empleados y recolectores ha sido identificada como una causa principal en numerosos incidentes.
Una vez que las bayas se contaminan, eliminarlas de los frutos resulta complicado. Chapman señaló que, debido a la fragilidad de estas frutas, los métodos comerciales de lavado pueden dañarlas, convirtiéndolas en pulpa.
Por su parte, el doctor Amesh A. Adalja, especialista en enfermedades infecciosas del Centro de Seguridad Sanitaria de Johns Hopkins, destacó que incluso la congelación no elimina los patógenos. “Los virus se almacenan rutinariamente congelados y han sido recuperados incluso de permafrost”, afirmó.
La preocupación por la contaminación de bayas no se limita a Estados Unidos. Según un panel conjunto de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, las bayas congeladas contaminadas con hepatitis A y norovirus representan una de las mayores cargas de salud pública a nivel mundial.
En Estados Unidos, los brotes más recientes de hepatitis A ocurrieron en 2022 y 2023, vinculados a un productor de fresas orgánicas en Baja California, México. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este brote afectó a 10 personas y provocó cuatro hospitalizaciones en estados como California, Hawái, Oregón y Washington.
Además, las bayas frescas y congeladas han estado relacionadas con brotes de norovirus durante años, según una base de datos de la FDA. Aunque en los últimos años no se han registrado brotes en bayas importadas, frutas como fresas, frambuesas y moras han sido objeto de retiros del mercado debido a preocupaciones relacionadas con este virus.
Aunque la FDA no especificó por qué estas medidas se implementan en este momento, el organismo espera que esta estrategia contribuya a mejorar la seguridad de las bayas para los consumidores. “Es positivo que la FDA esté tomando este paso”, comentó Chapman, aunque reconoció que el desafío es significativo.