Cuando Pedro Rodríguez se enfermó de dengue en el año 2021 sintió que iba a morir. Fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Nicaragua cuando sus signos vitales bajaron en la llamada fase crítica de la enfermedad, que es cuando desaparece la fiebre y por lo general algunos pacientes presentan signos de alarma. Ocurre en los primeros 3 a 7 días.
De acuerdo con Rodríguez, las autoridades hospitalarias decidieron ingresarlo a la sala de cuidados intensivos cuando comenzó a tener acumulación de líquidos en unos de sus pulmones por lo que le costaba respirar.
Rodríguez vio morir a dos personas que estaban junto a él, pero asegura que logró recuperarse por completo y esa experiencia lo marcó de por vida. Hoy toma medidas para no volver a enfermarse ya que dice que es susceptible a otro tipo de serotipo de dengue que podría resultar «catastrófico» para él.
En los últimos cinco años los casos de dengue han aumentado en Nicaragua y el resto de países de Centroamérica, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), y los riesgos de morir han aumentado por la propagación de los cuatro serotipos del dengue que circulan en la región.
Los casos de dengue en Nicaragua eran provocados por un solo serotipo de dengue en el año 2020, pero en 2021 se registraron dos serotipos más, el den 1 y den 2, hasta que finalmente se reportaron cuatro serotipos de la enfermedad en 2022 y 2023.
Y el patrón ha sido similar en otros países de Centroamérica durante los últimos cuatro años, con el reporte de un solo serotipo hasta llegar a los cuatro.
El doctor José Luis San Martín, asesor regional en enfermedades arbovirales de la OPS explicó a la Voz de América que el aumento de casos de dengue en la mayoría de los países de las Américas se debe entre otras causas principales a factores climáticos que juegan un papel crucial en la distribución, comportamiento, supervivencia y transmisión de los mosquitos vectores.
«El cambio climático, que intensifica la precipitación y eleva las temperaturas, ha favorecido la proliferación acelerada de los vectores, acortando el período de desarrollo de los mosquitos y del virus dentro de estos, y aumentando la frecuencia de picaduras, lo que facilita la propagación del virus», dijo el doctor a la VOA.
Indicó que han habido otros factores asociados al incremento de casos, como la rápida expansión urbana no planificada y el crecimiento poblacional, combinados con deficiencias en los servicios de agua y saneamiento, así como una participación comunitaria insuficiente.
Y en esto coincidió Fabián Aragón, médico general en Costa Rica, con 20 años de experiencia.
«Los asentamientos, las condiciones socioeconómicas complicadas, aunado a faltas de cuidados en el manejo de recipientes de agua, hace que el vector del dengue, el Aedes aegypti, se expanda», lamentó Aragón.
Panorama complejo
El especialista de la OPS José Luis San Martín advirtió que cuando una persona ha tenido una infección por un serotipo del dengue, desarrolla inmunidad de por vida contra ese serotipo específico. Sin embargo, si se infecta nuevamente con otro serotipo, esto puede desencadenar una reacción inmunológica que aumenta el riesgo de desarrollar una forma más grave de la enfermedad.
«Por esta razón, es importante monitorear los serotipos que están circulando, ya que la presencia de múltiples serotipos puede incrementar el riesgo de epidemias, dado que muchas personas aún son susceptibles al menos a uno de los serotipos circulantes. Estas condiciones también pueden llevar a un aumento en el número de casos de dengue grave» señaló el especialista.
El dengue grave es una condición que podría generar incluso la muerte de un paciente, ya sea por extravasación del plasma, acumulación de líquido con dificultad respiratoria, o ambas. También por sangrado profuso que sea considerado clínicamente importante por los médicos tratantes o alteración de la conciencia.
En El Salvador, las autoridades sanitarias decretaron alerta roja epidemiológica luego de tres muertes de niños por dengue a inicios de julio de 2024.
Durante los últimos cinco años, en El Salvador se reportaron 57 casos de dengue grave; y más de 37 mil de casos de sospechas de dengue, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud.
El gobierno salvadoreño ha desplegado no solo al cuerpo de salud sino a la Fuerza Armada para tareas de inspección, fumigación y entrega de insumos para evitar criaderos de zancudos en aguas estancadas dentro de las viviendas. Además de otros estancamientos a causa de las lluvias que han afectado la región en las últimas semanas.
En Guatemala, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) declaró Emergencia Sanitaria Nacional, debido a un aumento temprano y pronunciado de casos de dengue a finales de junio.
Las autoridades tomaron la decisión ya que reportaron más de cinco veces el número típico de casos que el año pasado, incluyendo casos severos de dengue (conocido como hemorrágico) , que dejaron 50 muertos, la mayoría niños menores de 15 años.
¿Qué hacer?
La Organización Panamericana de Salud está coordinando con los países de la región para implementar programas integrales de prevención y control del dengue basados en la Estrategia de Gestión Integrada para la Prevención y Control de las Arbovirosis de la OPS.
Estos programas incluyen acciones coordinadas entre instituciones, fortalecimiento de la vigilancia de la enfermedad, mejora en la atención y manejo clínico oportuno y adecuado, control del mosquito transmisor (Aedes aegypti), y fomento de la participación comunitaria.
Sin embargo, muchos de los factores que contribuyen a la transmisión del dengue son de naturaleza socioeconómica y ambiental. Para mitigar y prevenir futuras epidemias de dengue, también es fundamental abordar problemas subyacentes como la urbanización, dijeron los especialistas.
[La periodista de la Voz de América en El Salvador, Karla Arévalo, contribuyó con este reporte]
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