Una embarcación petrolera, a la izquierda, espera par ser cargada en el río Demerara en Georgetown, Guyana, el 11 de abril de 2023. El barco navega desde y hacia una plataforma petrolera de ExxonMobil en altamar.
Guyana vive un despertar petrolero, mientras su vecino Venezuela no logra salir de la crisis. Un consorcio de compañías petroleras extranjeras explota el bloque Stabroek cerca de las costas de Guyana, bajo la suspicacia y las advertencias del gobierno de Nicolás Maduro.
El bloque Stabroek, un territorio de 28.600 kilómetros cuadrados, es la joya de la corona de Guyana, un pequeño país sudamericano que ahora vive un boom petrolero y el mayor crecimiento económico del mundo.
El descubrimiento hace nueve años de los yacimientos petroleros en Stabroek y su explotación desde 2019 han llevado a Guyana, de poco más de 800.000 habitantes, a erigirse como la nación con mayor aumento porcentual de su producto interno bruto, según el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Localizado a unos 200 kilómetros de la costa de Guyana, Stabroek opera en manos de un consorcio compuesto por la compañía estadounidense ExxonMobil, que tiene el 45% de las acciones; Hess Guyana Exploration., que adquirió hace cuatro meses la estadounidense Chevron, con 30%; y la China National Offshore Oil Corporation Petroleum Guyana, propiedad del Estado chino, con 25 %.
Mientras tanto, el país vecino, Venezuela, antes referencia mundial en la producción de hidrocarburos, mira suspicaz cómo la incipiente industria petrolera de Guyana pronto va a superar su producción nacional, que está en crisis desde hace años, a la vez que advierte a la empresa operadora del bloque estrella de Guyana que no la dejará explorar en aguas por delimitar.
Este mes, el director de producción de ExxonMobil en Guyana, Huzefa Ali, anunció que la producción en Stabroek aumentó a 640.000 barriles por día, lo que representa un incremento de 68% en comparación con los niveles de un año atrás. La meta es aumentar su producción a más de 1,2 millones de barriles de crudo por día para el 2027.
En comparación, la producción de toda Venezuela ronda los 800.000 barriles por día, según cifras oficiales.
Mientras Guyana vive un boom petrolero, Venezuela atraviesa una etapa “crítica” de su industria de hidrocarburos, su producción “no ha repuntado” y el país aún se encuentra a la espera de mejores condiciones democráticas y legales para atraer a nuevos inversores, dijo a la Voz de América Gilberto Morillo, ex gerente de planificación financiera de PDVSA.
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