los rescatistas buscan a través de una zona afectada por el terremoto en el municipio de Yamansu, condado de Wushi de la prefectura de Aksu, Región Autónoma Uygur de Xinjiang, noroeste de China, 23 de enero de 2024. Un terremoto de magnitud 7.1 sacudió el condado de Wushi en Prefectura de Aksu, en la región autónoma uygur de Xinjiang, en el noroeste de China, a las 2:09 a. m. del 23 de enero (hora de Beijing), según el Centro de Redes Sísmicas de China (CENC). EFE/EPA
El terremoto de magnitud 7,1 que sacudió esta madrugada la región china de Xinjiang (noroeste) no ha dejado por el momento víctimas mortales pero sí daños en viviendas e infraestructuras, según informes preliminares de las autoridades locales.
El temblor se produjo a las 2.09 hora local (18.09 GMT), con epicentro a 22 kilómetros de profundidad, y afectó sobre todo al condado de Wushi de la prefectura de Aksu, según el Centro de Redes Sismológicas de China.
Al menos seis personas resultaron heridas a consecuencia del sismo, dos de ellas graves y todas residentes en un pueblo de la prefectura de Kizilsu, reportó el diario Global Times.
Al terremoto le siguieron varias réplicas, la mayor de ellas de 5,3 grados, indicó la institución.
La Agencia Sismológica de Xinjiang situó el epicentro a unos 50 kilómetros de Wushi, con cinco poblaciones localizadas dentro de un radio de 20 kilómetros.
De acuerdo al rotativo, el movimiento telúrico afectó especialmente a las viviendas situadas en las cercanías del epicentro, donde se vinieron abajo 47 casas y numerosos establos, además de quedar interrumpido parcialmente el suministro eléctrico, que ya ha sido restituido.
El departamento de ferrocarriles informó asimismo de la paralización del servicio para inspeccionar las vías, puentes y otras infraestructuras situadas en la zona del temblor.
El área afectada se sitúa en una región montañosa poco poblada cercana a la frontera de China con Kirguistán, a un promedio de 3.048 metros sobre el nivel del mar y donde la temperatura anoche era de unos diez grados bajo cero.
La sacudida fue perceptible en varias ciudades de Xinjiang como Kashgar, Hotal y la capital, Urumqi, en la que temblaron incluso los pisos más altos de los edificios, según el testimonio de residentes a medios locales.
“Pensé que el terremoto me iba a tirar de la cama“, manifestó Cao Yanglong, quien se alojaba durante un viaje de negocios en el piso 21 de un hotel en Aksu.
Las autoridades locales y provinciales han enviado ya equipos de rescate y emergencias a la zona del epicentro y mantienen movilizadas a 800 personas, 182 vehículos y 32 perros de búsqueda por si fuera necesaria su actuación.
Mientras, el Ministerio de Gestión de Emergencias y otros organismos estatales han hecho llegar al condado de Wushi 1.000 tiendas de campaña y 5.000 camas plegables, así como calentadores, mantas y ropa de abrigo.
El pasado 18 de diciembre, al menos 151 personas perdieron la vida en un terremoto de magnitud 6,2 que sacudió las provincias de Gansu y Qinghai, en el noroeste de China, donde también dejó graves daños en infraestructuras y más de 200.000 viviendas destruidas.
El temblor de diciembre fue el más mortífero registrado en el país asiático desde el sucedido en agosto de 2014 en la provincia meridional de Yunnan, que causó 617 fallecidos. EFE