La economía española continúa con un elevado ritmo de crecimiento en los meses de abril, mayo y junio de 2024 y logra registrar un mejor primer semestre que en 2023 (cuando registró crecimientos trimestrales del entorno del 0,5%). Los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) constatan un avance del 0,8% en el segundo trimestre de 2024 en comparación con el trimestre anterior, cuando también se alcanzó la misma cifra. Se trata de una nueva ‘sorpresa positiva’, ya que el consenso de los analistas anticipaban un crecimiento del 0,5%, como refleja el Panel de Funcas de julio.
En comparación anual, el crecimiento se sitúa en el 2,9% (2,6% en el primer trimestre), por encima de las previsiones que todos los organismos tienen para el conjunto de 2024, incluido el Gobierno, con un 2,4%. Es posible que estos datos conlleven revisiones al alza de las previsiones anuales (como ha sucedido en los últimos años) si no se produce un escenario de ralentización notable del crecimiento en el segundo semestre del año.
Según el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, los datos confirman el “fuerte dinamismo de la economía española”, que además tiene un “crecimiento equilibrado, con una aportación muy positiva de nuestro sector exterior y una moderación progresiva de los precios”. Cuerpo destaca también el “buen comportamiento de todas ramas de actividad”, especialmente el de la industria manufacturera, y la “excelente evolución del empleo”, que ha permitido alcanzar un récord de 21,7 millones de personas ocupadas en el segundo trimestre del año.
El dato de inflación de julio, avanzado este martes por el INE, constata un descenso de seis décimas en el índice general, hasta el 2,8%, en comparación con el mismo mes de 2023. La inflación subyacente ha seguido reduciéndose y se sitúa en el 2,8%, la cifra más baja desde enero de 2022, justo antes del inicio de la crisis energética. En este buen comportamiento han sido claves la bajada de los precios de la electricidad y la de los alimentos, prorrogada hasta finales de año, aunque con un aumento progresivo del IVA.
Por agregados, la demanda nacional aportó dos puntos al crecimiento medido en términos interanuales y el sector exterior 0,9 puntos, aunque en comparación trimestral ha tenido más aportación la demanda externa (0,5 puntos), que la interna (0,3 puntos). Lo que más ha destacado en el segundo trimestre ha sido el tirón de las exportaciones, con un aumento trimestral del 1,2%, mientras que las importaciones se redujeron un 0,2% y los componentes de la demanda nacional crecieron a ritmos bajos (0,3% el consumo de los hogares, 0,2% el consumo público y 0,3% la inversión empresarial).
En cuanto a las ramas de actividad, todos los grandes sectores presentaron tasas positivas en su valor añadido, salvo las ramas primarias. Así, las industriales crecieron un 0,4% intertrimestral, destacando la industria manufacturera con un crecimiento del 1,1%. El valor añadido bruto de la construcción solo aumentó un 0,1% intertrimestral y el de los servicios se aceleró cinco décimas, hasta el 0,9%. El sector primario tuvo una variación intertrimestral del -1,2%, frente al 3,1% del trimestre anterior. No obstante, todos los grandes sectores de actividad presentan tasas interanuales positivas.
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