El actor estadounidense Andrew Garfield, conocido por la saga de Spiderman, clausuró el sábado el festival de San Sebastián con We live in time, una historia de amor y muerte que le hizo reflexionar mucho sobre el sentido de la vida.
«He aprendido una lección que no dejo de recordarme una y otra vez y que no he llegado a absorber por completo», dijo en rueda de prensa, «solo hay una manera de llegar a la luz y es a través de la oscuridad».
El actor, dos veces nominado al Oscar, por Hacksaw ridge (2017) y Tick, tick… boom (2022), recordó que vivir una vida completa tiene un alto coste y que hace necesario salir de la zona de confort y seguridad. «Tiene que haber pérdida, sufrimiento, valentía, rechazo y muerte, solamente podemos ir a lo más alto yendo a lo más profundo».
#72SSIFF🎞️ En la Gala de Clausura, como colofón, el director John Crowley, el actor Andrew Garfield, el guionista Nick Payne y la directora de casting Fiona Weir han presentado We Live in Time, la película que clausura la sección y la edición.
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— Donostia Zinemaldia – Festival de San Sebastián (@sansebastianfes) September 28, 2024
La película, de John Crowley, el director de Brooklyn (2015), narra la historia de una pareja, interpretada por Garfield y Florence Pugh, desde que se conocen hasta que un fatídico diagnóstico les rompe todos los esquemas.
Ella es una ambiciosa chef y él un ingeniero que trabaja para una conocida marca de cereales. El guion, de Nick Payne, rompe la linealidad con una estructura en tres líneas temporales montadas en paralelo e invierte, en cierta medida, el reparto clásico de roles de los dramas románticos.
Pugh no pudo asistir a la presentación en San Sebastián por estar rodando en Nueva Zelanda, según explicó su compañero de reparto. «Le habría gustado estar aquí, principalmente porque le encanta comer», bromeó, «pero también porque está muy orgullosa de esta película y le encanta esta ciudad y este festival».
Garfield, que perdió a su madre en 2021, relató que cuando leyó el guion estaba en plena crisis de la mediana edad, pensando en el significado de la vida, la muerte, el amor y el paso del tiempo. «Al leerlo, fue como si lo hubiera escrito yo», señaló, «la película trata de esas preguntas enormes a las que todos nos enfrentamos».
Aunque es una historia romántica, para Crowley, que con Brooklyn logró tres nominaciones a los Oscar —Mejor Película, Guion Adaptado y Actriz Protagonista— eso no es lo esencial del filme, que ve más bien como una historia sobre la vida y la muerte.
«No quería hacer una película romántica sino algo verídico y realista; es romántico, y me encanta, por la química que hay entre Andrew y Florence, que para mí es un efecto secundario pero glorioso».
Actor y director mencionaron una escena especialmente emotiva del filme, y una de las más difíciles, un parto en una gasolinera en donde contaron con un bebé real de 11 días de nacido.
«Nunca había visto algo así», dijo Garfield, «no tenía ni idea de cómo abordarlo, pero sabía que quería hacerlo, para mí era como una secuencia de acción de Indiana Jones».
También confesó que es «un friki de la limpieza», por lo que la idea de ayudar a dar a luz en un baño oscuro de una gasolinera, sin ninguna experiencia previa de ese tipo, le exigía bastante.
Fue una secuencia que rodaron durante dos días en un estudio en Londres. «Al final Florence y yo no queríamos salir de ese baño, no queríamos marcharnos después de lo que habíamos conseguido y con un bebé de 11 días con nosotros como actor».
We live in time, proyectada fuera de concurso y que llegará a los cines españoles el 3 de enero, pone punto final a esta 72 edición del Festival de Cine de San Sebastián que esta noche revelará su palmarés, encabezado por la Concha de Oro, en la gala de clausura.
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