
Funcionarios mexicanos revelaron el 24 de marzo detalles sobre el arresto de José Gregorio Lastra, presunto líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, acusado de estar detrás de Rancho Izaguirre, un espantoso campo de exterminio descubierto en Teuchitlán, Jalisco, a principios de este mes.
Durante conferencia de prensa, el ministro de Seguridad, Omar García Harfuch, compartió que Lastra, también conocido como Comandante Lastra, fue responsable de los secuestros, torturas y asesinatos ocurridos en Rancho Izaguirre.
En conversación con Aztec Reports, Jorge Ramírez, investigador de la Universidad de Guadalajara y miembro del Comité Universitario para el Análisis de Desapariciones, explicó cómo el Cártel Jalisco Nueva Generación está obligando a hombres locales a unirse al cártel.
“Hay una clara diferencia entre lo que ocurre en el norte del país con el Cártel de Sinaloa y lo que ocurre aquí en Jalisco. Parece que [en Jalisco] tienen más dificultades para reclutar jóvenes voluntariamente, por lo que recurren a estas prácticas”, dijo Ramírez, refiriéndose a Rancho Izaguirre, que también se ha descrito como un campamento de entrenamiento para nuevos reclutas del cártel.
“En Sinaloa, al menos, no está documentado que ocurra algo similar: esta privación de la libertad y la participación forzada dentro del cártel. Esta es una diferencia cultural y social entre esta zona, al menos entre Sinaloa y Jalisco”, añadió el investigador.
El 5 de marzo, colectivos dedicados a la búsqueda de desaparecidos en México denunciaron lo que parecía ser un campo de exterminio masivo, donde el cártel asesinó e intentó desaparecer a un número desconocido de víctimas.
Hasta el momento, autoridades y grupos de búsqueda en Jalisco han reportado que el rancho era utilizado como campo de entrenamiento para que las víctimas de secuestro fueran integradas de manera forzada a las filas del cártel.
La relación del Comandante Lastra con el Rancho Izaguirre
Tras la detención de Lastra, el gobierno mexicano ha profundizado en las operaciones del Rancho Izaguirre. Los testimonios de Lastra ante las autoridades confirmaron que estaba a cargo del rancho, así como del reclutamiento forzado, el entrenamiento, la tortura y el asesinato de quienes llegaban allí.
El cártel operaba a través de plataformas de redes sociales como Facebook y TikTok, donde atraían a personas en busca de trabajo con ofertas laborales falsas para puestos como guardias de seguridad, con supuestos salarios semanales que iban desde los 200 a los 600 dólares.
“Son jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, en su mayoría menores de edad, que son mucho más fáciles de interrogar y convencer para que se involucren en estas dinámicas, que implican prepararlos como sicarios, hacerlos insensibles al dolor y a la muerte, para luego incorporarlos a las filas del grupo”, dijo Ramírez.
Se llamó a las personas a las estaciones de autobuses, donde fueron trasladadas al Rancho Izaguirre en Teuchitlán. Las víctimas fueron despojadas de sus pertenencias, incluyendo ropa y celulares, y vestidas con «equipo táctico».
El entrenamiento duró aproximadamente un mes, durante el cual permanecieron incomunicados. Dependiendo de sus aptitudes, los reclutas recibían un puesto dentro de la organización y también eran asignados a diferentes entidades para fortalecer la organización criminal, declaró el ministro de Seguridad, García Harfuch.
Aunque el gobierno mexicano ha enfatizado que no hay evidencia que sugiera que Rancho Izaguirre sea un campo de exterminio, etiqueta dada por el grupo de buscadores que descubrió el sitio, así como por investigadores y defensores de derechos humanos, García Harfuch reconoció durante una conferencia de prensa que quienes no obedecieron las órdenes del cártel fueron asesinados, según el relato de Lastra.
“Según el testimonio del detenido, incluso mataron a personas que se resistieron al entrenamiento o intentaron escapar del lugar, además de golpearlos y someterlos a torturas”, indicó.
Según García Harfuch, el campamento funcionó desde mayo de 2024 hasta marzo de 2025.
El Cártel Jalisco Nueva Generación ha sido muy hábil y ha tenido claro que la desaparición forzada es la mejor opción. Y lo han hecho durante varios años. Con el tiempo, el Cártel Jalisco ha mostrado un aumento del sadismo y la brutalidad como seña de identidad, añadió Rodríguez.
Original en inglés en Aztec Reports. Traducción al castellano para El Nacional. Por Jorge Antonio Rocha.
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