El capitán del superyate Bayesian rompió el silencio después de que el barco se hundiera el lunes frente a la costa de Sicilia.
James Catfield, que capitaneaba el lujoso velero que se hundió frente a la costa de Porticello, cerca de Palermo, se limitó a decir: “No la vimos venir”, dijo en declaraciones al diario italiano La Repubblica, en referencia a la poderosa y repentina tormenta que hundió el Bayesian el lunes a la madrugada
Catfield fue descrito por el medio como “sin fuerzas” mientras esperaba fuera de una sala de urgencias en la ciudad siciliana de Termini Imerese. El capitán fue trasladado a la ciudad junto con otros cuatro pasajeros del Bayesian.
La balsa salvavidas atracada en la dársena cercana al puerto donde trabajan los servicios de emergencia y rescate (REUTERS/Guglielmo Mangiapane).
Se cree que el yate se encontraba a poco más de 700 metros del puerto cuando la zona fue azotada por un violento tornado mientras los pasajeros dormían. El ancla del barco estaba echada y los fuertes vientos le hicieron perder el equilibrio, lo que se cree que provocó su hundimiento.
Según lo reconstruido, los turistas dormían en sus camarotes cuando la tromba marina golpeó el yate y el mástil del velero, de 75 metros de altura, se rompió, y las fuertes ráfagas de viento empujaron el velero a inclinarse hacia un lado y finalmente se hundió.
La Guardia costera intervino tras el hundimiento del velero que llevaba a 22 personas a bordo, 10 tripulantes y 12 pasajeros, y pudo rescatar a 15 de ellos, que lograron subir a cubierta y cayeron al agua.
Mientras, los buzos recuperaron este lunes el cuerpo de un miembro de la tripulación, el cocinero Ricardo Tomas, de nacionalidad francesa.
Además, hay seis desaparecidos: el presidente del banco Morgan Stanley International, Jonathan Bloomer, y su esposa, el magnate británico Mike Lynch y su hija Hannah, de 18 años, el abogado de Lynch, Chris Morvillo, con su esposa Nada.
Todos los testigos consultados confirmaron que el tornado golpeó de repente. Karsten Borner, el capitán de un barco cercano que rescató a algunos de los supervivientes, dijo a Reuters que cuando se desató la tormenta había encendido el motor para mantener el control de la embarcación y evitar una colisión con el Bayesian.
“Conseguimos mantener el barco en posición y, una vez pasada la tormenta, nos dimos cuenta de que el barco que teníamos detrás había desaparecido”, declaró Borner, quien añadió que el otro barco “se fue de bruces contra el agua y luego hacia abajo”. Dijo que su tripulación encontró entonces a algunos de los supervivientes en una balsa salvavidas y los subió a bordo antes de que los guardacostas los recogieran.
Fabio La Bianca, gerente del restaurante Baia Santa Nicolicchia de Porticello, describió cómo presenció la tragedia. Tomó una foto del Bayesian amarrado, con su alto y característico mástil iluminando el puerto, a las 10 de la noche del domingo.
Escribió en Facebook el lunes por la mañana, antes de que se confirmara la muerte de uno de los pasajeros: “El yate de la izquierda se hundió a las 4:05 de la madrugada, golpeado de frente por el huracán a 300 metros del puerto de Porticello, junto a otro velero que le prestó ayuda. Al parecer hay 22 personas a bordo, pero desgraciadamente siete están desaparecidas, se teme que atrapadas en el interior del casco. Una tragedia absurda la de anoche. No tengo palabras”.
Pietro Asciutto, pescador de Porticello, también vio cómo se desarrollaba la tragedia. “Estaba en casa cuando se produjo el tornado. Cerré inmediatamente todas las ventanas. Entonces vi el barco, tenía un solo mástil, era muy grande. Lo vi hundirse de repente”. Añadió que poco después se dirigió a la bahía de Santa Nicolicchia. “El barco seguía flotando y de repente desapareció. Lo vi hundirse con mis propios ojos”.
Un testigo describió el Bayesian como “un barco precioso, en el que había habido una fiesta”. “Unas vacaciones normales pasadas felizmente en el mar se convirtieron en una tragedia”, declaró el testigo a la agencia de noticias Ansa.
Una fuente del equipo de rescate declaró a The Guardian que los pasajeros eran en su mayoría empleados o socios de Lynch, conocido como el “Bill Gates británico” y que se cree que era el propietario de Bayesian. Su esposa, Angela Bacares, estaba entre los 15 pasajeros rescatados.
Según el diario La Repubblica, Bacares, que se encuentra en la unidad de urgencias del hospital Termini Imerese, en la provincia de Palermo, dijo a los médicos que el barco empezó a inclinarse a las 4 de la madrugada. Tanto ella como su marido se despertaron por el incidente. Bacares subió entonces para evaluar la situación, pero la embarcación empezó a zozobrar de repente.
Una niña de un año, Sophie, también está entre los supervivientes. Su madre, Charlotte Golunski, de 36 años, relató con dramatismo cómo luchó por salvar a su hija de morir ahogada en la oscuridad y la furia del Mediterráneo mientras oía los gritos desgarradores de los demás pasajeros. “Durante dos segundos perdí a la niña en el mar, pero enseguida volví a abrazarla en medio de la furia de las olas”, declaró al Giornale di Sicilia. “La abracé fuerte, fuertemente contra mí, mientras el mar se embravecía. Muchos gritaban. Afortunadamente, el bote salvavidas se hinchó y 11 de nosotros logramos subir a él”.
Golunski, que trabaja para Invoke Capital, empresa cofundada por Lynch, declaró al Corriere della Sera que había salido de Londres con un grupo de nueve personas, entre ellas su marido, James Emslie, que también estaba entre los rescatados, y Sophie. Dijo que todos eran “colegas y colaboradores” de la empresa de software de alta tecnología. “Todos éramos invitados en el yate de nuestro jefe, una persona amable y extraordinaria a la que quizá todavía no han salvado”, añadió. Golunski describió un “barco grande y maravilloso” que había visitado las islas Eolias, Milazzo y Cefalú antes de terminar de manera trágica.
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