La negación del cambio climático puede ser una manifestación de la incapacidad para manejar la ansiedad. (Imagen Ilustrativa Infobae).
Cuando se le pidió a la psicoterapeuta Caroline Hickman que ayudara a un niño a superar el miedo a los perros, le presentó a su labradoodle, Murphy. “Haces que el niño se sienta seguro en relación con el perro y le enseñas habilidades para manejar un perro”, explicó “Construyes habilidades, construyes competencia, construyes confianza y luego tienen menos miedo de los perros en general”, agregó la experta.
Por Infobae
La ansiedad por el clima es una bestia diferente, afirmó Hickman. “No sabemos al 100% cómo lidiar con ella. Y sería un enorme error tratar de tratarla como otras ansiedades con las que estamos muy familiarizados que han existido durante décadas. Esta es mucho, mucho peor”, alertó.
En los casos más críticos, la ansiedad climática interrumpe la capacidad de funcionar día a día. Los niños y jóvenes en esta categoría sienten alienación de amigos y familiares, angustia al pensar en el futuro y pensamientos intrusivos sobre quién sobrevivirá, según la investigación de Hickman.
Los pacientes revisan obsesivamente el clima extremo, leen estudios sobre el cambio climático y persiguen el activismo radical. Algunos, devastadoramente, consideran el suicidio como la única solución. Y Hickman no es la única experta que ve esto. En su libro Una Guía de Campo para la Ansiedad Climática, Sarah Ray describe a una estudiante que tenía tanta “autoaversión y culpa ecológica” que dejó de consumir mucho, incluyendo comida.
Leer más en Infobae