Las múltiples actividades de las empresas operadoras de hidrocarburos, requieren de las empresas privadas de bienes y servicios petroleros, para el éxito en sus resultados. Actividades de geofísica, perforación, servicios a pozos, ingeniería, construcción de oleoductos, tanques, terminales refinerías, entre otras, son ejecutadas por contratistas privados. Ello en cualquier lugar del mundo, donde una trasnacional de hidrocarburos decida desarrollar un nuevo campo petrolero, ampliarlo o reactivarlo, con ellos, se trasladan sus contratistas internacionales especializados en las múltiples y variadas actividades y especialidades. De las más tradicionales, conocidas y altamente capacitadas contratistas multidisciplinarias en el área de corriente arriba de la exploración, explotación y procesamiento o mid stream destacan las llamadas 4 marías: Schlumberger, Halliburton, Baker y Weatherford.
Ejemplo de lo que decimos, es que en Venezuela cuando se le otorgó la licencia de operación y producción a la Chevron, también de forma simultánea se hizo para esos mismos contratistas internacionales mencionados antes. Esta situación se repite en todas partes del mundo. Muchas empresas internacionales operadoras o IOCs ya tienen convenios de servicios con esas empresas con ámbito mundial de manera que no requieren iniciar procesos de definición de servicios ni negociar precios por dichos servicios para algún país o región específica.
En Venezuela, al comienzo de la explotación petrolera hace ya más de 100 años, se iniciaron las actividades de estas empresas de servicios con el inicio de las concesiones. Resalta el 1er registro eléctrico a escala mundial que hizo la Schlumberger en 1927 en la Costa Bolívar traída por la Caribbean antecesora de Shell de Venezuela. Luego vinieron Halliburton, Dowell, Baker y se instalaron en sus propios campamentos para su personal expatriado en las diferentes zonas petroleras del país.
No fue sino a partir de los años 1950s que comenzó la creación de empresas incipientes de servicios petroleros venezolanos. La mayoría fueron fundadas por inmigrantes europeos y luego fueron creciendo con variados ingenieros, de especialidades civiles, mecánica, eléctricos y petroleros formados en universidades del país, pero que muchos ya habían tenido y logrado experiencia en las transnacionales operadoras.
Estás empresas venezolanas pioneras empezaron a competir en especialidades no muy complejas tecnológicamente y costos razonables con las contratistas internacionales, ya que estas últimas por sus altos costos pudieron ser desplazadas por las nacionales. Como referencia histórica, hace tres décadas se llegó a suplir el 90 % de la actividad de construcción petrolera tanto en ingeniería y construcción; En bienes de capital se suplió más del 70%.
Posteriormente en 2009, sucedió un hecho trascendental en la historia de la IPGN con la estatización vía una ley especial de los servicios técnicos especializados en la industria de los HCs. Este hecho fue único en el sentido que, en 1976 con la nacionalización de la IPGN, no fue abordada una medida similar ya que se conocían los efectos detrimentales que una medida como esa representó en la declinación severa de la industria petrolera mexicana a raíz de la medida de expropiación en marzo de 1938. Esta no se recuperó de esos efectos sino 40 años después con el descubrimiento del campo gigante Cantarell en la Bahía de Campeche en 1976.
Para esta fecha de redacción de este artículo, sabemos que la disminución de la actividad de producción ha sido detrimental para el sector de servicios privados, ya que además el severo retraso en los pagos ha ocasionado que muchas empresas hayan salido del mercado. Muchas otras se mantienen, especialmente en ingeniería, porque lograron expandir sus servicios a EE. UU., Colombia, Ecuador, México y Canadá. Las empresas que operaban campos marginales han sufrido financieramente por la tardanza en el cumplimiento de las obligaciones por parte del estado como socio mayoritario.
Esperamos ver en 2024, que, con la decisión de honrar deudas con crudo, se incluyan a las criollas en las mismas condiciones que han obtenido las internacionales.
Este nuevo año 2024, sin sanciones y con el interés demostrado por algunas empresas de invertir en materia petrolera en el país, con vista de aumentar la producción, debiera ser el momento oportuno para apoyar al máximo las empresas nacionales operadoras y contratistas, con contratos y condiciones de pago que garanticen su fortalecimiento.
@eromeronava