Sólido. Sobrepuesto. Reconectado. Carlitos ha conseguido certificar su segunda victoria en individuales de los Juegos Olímpicos ante el neerlandés Tallon Griekspoor. El español está realizando una competición impecable, está mostrando su mejor tenis y dando prueba de por qué es el vigente campeón de Roland Garros y Wimbledon. Ha tenido momentos de brillantez, pero también esos instantes de desconexión en los que el tenis pasa a un “segundo plano” en su mente, esos en los que se le complica el encuentro, pero sabe reponerse. Con un 2-0 en el marcador (1-6 y 6-7) ha cerrado el partido para certificar su pase a octavos de final y continuar su camino en busca de la ansiada medalla.
El tenis es eso que pasa mientras Carlitos se reconecta al partido. Él es consciente desde hace tiempo que su gran problema son esas desconexiones, esos momentos en los que todo pasa por su mente menos lo que tiene delante, esos instantes en los que su mente vuela y los puntos en contra suman. “Una de las grandes cosas que tengo que mejorar son esas desconexiones, que pasen lo menos posible o que duren lo menos posible”, aseguró en rueda de prensa al inicio de Wimbledon. Siempre, o casi siempre, se repone. Este lunes, ante el neerlandés, al menos, sí.
El partido ha comenzado de cara para Carlitos que ha conseguido romper el servicio a su rival nada más comenzar. El español estaba enchufado, todo le salía. Tenía esa sonrisa que tanto le caracteriza, esa que siempre le acompaña cuando está disfrutando, cuando está cómodo. Al final del primer set volvía a llevarse el servicio de Griekspoor para cerrarlo con un 1-6 en el marcador. Imparable es la única palabra que define a lo que ha sido ese primer set. Alcaraz ha mostrado su mejor tenis para deleitar a los allí presentes y a los aficionados que han acompañado al español desde casa; y para acabar poner el partido de cara.
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