Cada año, miles de enfermeras españolas cruzan las fronteras nacionales en busca de mejores condiciones laborales. Tan solo en 2023, fueron 1.473 las profesionales que abandonaron España, según datos del Consejo General de Enfermería (CGE), cifras que dejan “ un daño importante dentro de la Administración”. Noruega fue el principal destino solicitado por dichas sanitarias, con 336 solicitudes, seguido de Estados Unidos (226) y Reino Unido (92), este último en descenso tras el Brexit. Completan la lista destinos como Irlanda, Países Bajos, Australia, Francia, Suiza, Canadá, Bélgica, Arabia Saudí y Portugal.
La falta de profesionales de Enfermería es un fenómeno global. Se estima que se necesitan alrededor de seis millones de enfermeras en todo el mundo. Sin embargo, las jubilaciones próximas (4,7 millones que planean retirarse) y el agotamiento derivado de la pandemia, que ha llevado a entre dos y tres millones de enfermeras a plantearse abandonar la profesión, podrían dejar una carencia de 30 millones de profesionales, según cifras del CGE.
En el contexto europeo, España se encuentra rezagada en cuanto a la proporción de enfermeras por habitante, con una tasa de 6,3 enfermeras por cada 1.000 personas. Este número está por debajo de la media europea de 8,73 enfermeras por cada 1.000 personas. Para alcanzar la media continental, España necesitaría contratar a unas 50.000 enfermeras adicionales, según cálculos del CGE.
Desde el CGE, achacan esta situación a aspectos como la temporalidad en el sector enfermero, que alcanza un 30%, considerablemente superior al objetivo del 8% fijado por el Gobierno. Destacan igualmente las adversas condiciones laborales que enfrentan las enfermeras, quienes muchas veces deben aceptar contratos de corta duración, incluso por días u horas, con bajos salarios para no ser penalizadas en la bolsa de trabajo. Este tipo de contratos afecta su vida personal y dificulta la conciliación familiar. Además de la temporalidad, el sector enfrenta una escasez de personal y una falta de reconocimiento de las especialidades.
El sueldo de los enfermeros que trabajan en Noruega varía en función de los años de experiencia y de las horas trabajadas. De acuerdo con los últimos datos, un enfermero sin experiencia que no trabaje a jornada completa suele dedicar entre 1.500 y 1.600 horas anuales, lo cual le coloca en un salario base medio que oscila entre 305.685 y 326.064 coronas noruegas (entre 25.920,90 euros y 27.648,96 euros).
Adicionalmente, los enfermeros reciben pagas extra en función de los turnos realizados por las tardes, noches y fines de semana, incrementando así sus ingresos totales. Además, existe una paga extra neta en vacaciones, que corresponde al 12% del sueldo bruto del año anterior. En términos generales, una enfermera o enfermero en Noruega puede percibir un salario bruto anual de entre 45.000 y 50.000 euros, si bien estas cifras pueden variar según el tipo de cambio vigente de coronas noruegas a euros. Así, el portal Infojobs ha llegado a registrar ofertas de Enfermería por hasta 60.000 euros anuales para trabajar en Noruega. Recientemente, la conocida creadora de contenido @enfermerarubia afirmaba que sus compañeras en el país escandinavo llegaban a cobrar hasta 64.000 euros.
Al igual que en España, Noruega cuenta con un sistema de salud público, si bien tienen un copago implantado. Así, cada usuario paga una pequeña proporción de sus tratamientos y visitas, alrededor de 20 euros por cada una de ellas. Si se supera el máximo de 250 euros anuales, se consigue una tarjeta gratuita (frikort) con la que acceder al sistema sanitario sin mayores costes.
Las vacaciones, reguladas por ley, son de 25 días laborales al año, es decir, dos días por mes trabajado.