La alertas se han encendido en Tamaulipas y Veracruz debido a la inminente llegada de la tormenta tropical Alberto, la cual se tiene pronosticada para ocurrir la noche del miércoles 19 de junio, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Aunado a lo anterior, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) precisó que la llegada del fenómeno meteorológico podría ocurrir entre las 20:00 y las 22:00 horas (tiempo del centro del país) en Ciudad Madero, Tampico, Aldama y Soto La Marina en el estado de Tamaulipas; mientras que en Veracruz el efecto directo será en Pueblo Viejo, Tampico Alto, Ozuluama y Tamiahua.
Debido a la información, en redes sociales se ha avivado la leyenda urbana de la protección de Tampico y Ciudad Madero por parte de seres de otro planeta, ya que desde la década de los sesenta del siglo pasado ningún huracán, de ninguna categoría, ha tocado tierra en dichas ubicaciones.
Y es que ya existen varias generaciones de ciudadanos que no han visto un impacto directo de un tifón en las costas de la entidad del noreste mexicano.
El último huracán que tocó tierra en las cosas de Tampico y Ciudad Madero fue Inés en 1966, fenómeno que también impactó en algunas islas de El Caribe como Bahamas; Florida, Estados Unidos; así como otras zonas en México.
Dicho tifón se formó el 21 de septiembre y se disipó hasta el 11 de octubre, de acuerdo a información con la que se cuenta. Además, se ha notificado que alcanzó vientos de 270 kilómetros por hora y provocó el fallecimiento de entre 756 y 900 personas en los diferentes puntos donde tuvo impacto.
Las repercusiones del huracán no sólo se dieron en Tampico, también fueron perceptibles en Yucatán; sin embargo, en el noreste mexicano provocó pérdidas humanas, ya que murieron 15 personas y dejó sin vivienda a cerca de 84 mil ciudadanos tan solo en Tamaulipas.
De acuerdo al gobierno federal, Inés provocó la muerte de 74 personas y se estimaron más de 100 millones de pesos por pérdidas en diferentes sectores económicos de la nación. Debido a la gravedad que causó en diferentes puntos, el nombre fue retirado de la lista de tifones y fue remplazado por Isabel.
Previo a este fenómeno, en 1955 se presentó el huracán Hilda que impactó principalmente Tampico y Ciudad Madero, además de que generó inundaciones en la zona de la Huasteca; sin embargo, este tifón se unió a La tragedia de 1955 debido a que se presentaron dos huracanes más: Gladis y Janet.
En el Puerto de Miramar, ubicado entre Tampico y Ciudad Madero en Tamaulipas, circula una leyenda sobre una supuesta ciudad submarina alienígena llamada Amupac, donde seres no humanos se habrían asentado desde la década de los sesenta.
Como se mencionó, en 1955 y 1966 ocurrieron dos huracanes devastadores que golpearon la costa tamaulipeca, cuyos efectos fueron percibidos también en Nuevo León. Estos fenómenos motivaron la creación de diversas explicaciones populares sobre la protección del territorio. Uno de los relatos más persistentes es que estos huracanes desaparecieron gracias a la intervención de extraterrestres que habitan en la ciudad submarina.
No obstante, en 1967, tras el paso de estos huracanes, los habitantes decidieron levantar una imagen de la Virgen del Carmen junto al muelle próximo al río Pánuco, como símbolo de protección. Desde entonces, “los huracanes cesaron”, una afirmación repetida por muchos lugareños como evidencia de la protección divina.
Fue también en ese mismo año cuando se comenzaron a reportar los primeros avistamientos de naves en los municipios de Tampico y Ciudad Madero. Según algunos testigos, se trataba de “extrañas luces”, avistamientos que no solo fueron presenciados por ciudadanos sino también confirmados por un contralor de vuelo, lo que añadió credibilidad a los relatos.
El mito de Amupac se acentuó en 1970 cuando un extranjero, presuntamente estadounidense, declaró haber sido contactado por extraterrestres. Estos supuestos seres le revelaron que cerca del puerto de Miramar se ubicaba la ciudad submarina de Amupac. Este testimonio fue ampliamente difundido por medios locales, cimentando aún más la leyenda.
Además, la leyenda mantiene su vigencia debido a la relación que algunos habitantes establecen entre los fenómenos meteorológicos y los supuestos avistamientos de objetos no identificados en el cielo durante la temporada de huracanes. “Luces en el cielo” y objetos que no se parecen a ningún tipo de aeronave conocida son reportados con frecuencia, lo cual reafirma la creencia en una protección no humana.