En el corazón de Madrid, una ciudad que en los últimos años se ha convertido en refugio de tantas figuras venezolanas exiliadas, se vivió una noche de celebración cargada de significado.
Miguel Henrique Otero y su esposa, Antonieta Jurado-Blanco de Otero, abrieron las puertas de su hogar para un brindis especial en honor a una pareja que representa la resistencia democrática y la lucha por la libertad de Venezuela: al presidente electo Edmundo González Urrutia y su esposa, Mercedes López de González.
Desde el momento que se enteraron sobre la salida de Venezuela del presidente electo, el presidente editor de El Nacional puso en sus redes que nadie “se atreva a juzgar a Edmundo González Urrutia. Él cumplió con su deber patriótico y, desde el exterior, continuará su lucha para restaurar la democracia en Venezuela”.
Luego de que Edmundo González cumpliera con una agenda protocolar aceptó gustoso una invitación de Miguel Henrique Otero y su esposa.
Los anfitriones los recibían en la puerta. La pareja llegó tomada de la mano a la residencia de los Otero Jurado. Edmundo González y su esposa con una puntualidad que reflejaba su buena educación, elegancia y respeto. En sus rostros, una sonrisa que hablaba de libertad. De esa sensación de alivio después de haber escapado de un régimen opresivo que ha mantenido a millones de venezolanos bajo su control a través de la represión y el miedo. Sus rostros reflejaban alivio después de una lucha difícil, y sus sonrisas eran amplias, como si por fin respiraran el aire de la libertad y sentirse en un país seguro como España.
Fueron recibidos con sentidos aplausos por los presentes, un grupo nutridos de amigos venezolanos, españoles, americanos, mexicanos y peruanos. Algunos eran viejos amigos de la pareja y otros deseaban conocer en persona al hombre que representa la esperanza de millones de venezolanos.
Edmundo, presidente electo de Venezuela, es un hombre profundamente educado, con un verbo pausado y culto. Su capacidad de escucha y la delicadeza de sus palabras lo convierten en una presencia empática de una sencillez extraordinaria. Compartió con todos los presentes, generando una atmósfera de cercanía y familiaridad.
Mercedes González, por otro lado, es la simpatía en persona. Abierta, con esa energía luminosa que invita a la confianza. Su porte elegante, su vitalidad y el encanto la convierten en una presencia cautivadora.
Esa noche llenos de motivos, los Oteros querían brindar por todo lo bueno que les está pasando y por todo lo bueno que está por venir. El primer brindis por esa Venezuela en democracia que tanto sueñan los venezolanos. Levantar la copa y brindar por el histórico 28 de julio. En esa fecha se logró algo fundamental para el camino de recuperar el país. Edmundo González, nacido en La Victoria-Aragua, triunfó. Venezuela ganó y González recibió ocho millones de votos en la lucha por la libertad, un triunfo que demuestra el poder de los ciudadanos.
Pero, más allá de la victoria electoral, uno de los mayores motivos de celebración fue la salida de Edmundo González de Venezuela. Se trata de una decisión estratégica de la pareja. Su vida, como lo explicó María Corina Machado, estaba en constante peligro. Este hecho hizo que su llegada a España, y su nueva etapa de libertad, fueran aún más significativas.
También se alzaron las copas en honor a María Corina Machado. Un brindis por esa valiente mujer y su incansable lucha por la libertad y la democracia.
En un ambiente lleno de optimismo continuaron los brindis por las buenas noticias, por los importantes reconocimientos internacionales que ha recibido el presidente electo. El Congreso y el Senado español lo han reconocido como el presidente legítimo de Venezuela, al igual que el Parlamento Europeo, que refuerza su lucha por la restauración de la democracia en Venezuela. Además, se mencionó el compromiso del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
El ambiente en la residencia de los Otero era acogedor, lleno de conversaciones animadas y risas. Mercedes, con su simpatía y encanto, conectó fácilmente con todos los presentes. Se mostró divertida y abierta, compartiendo anécdotas y transmitiendo una energía vibrante que animó a los invitados. Edmundo, siempre educado y de verbo pausado, agradeció a los presentes y respondió a cada pregunta.
En los ojos de Edmundo y Mercedes se veía algo más: la certeza de que, aunque su lucha aún no ha terminado, han cruzado una barrera crucial, una que les permite seguir trabajando por la libertad.
Esta reunión en Madrid no solo sirvió como un espacio para el diálogo y la planificación, sino que también simbolizó la solidaridad internacional con la causa democrática venezolana. El apoyo de España, reflejado en su disposición para acoger este importante encuentro, subraya el compromiso global con el restablecimiento de la democracia en Venezuela.
“La libertad es el aire que respiramos. Y solo quienes han sentido su ausencia entienden su verdadero valor.” Con esta frase, Edmundo González recordó a los presentes que su misión no ha terminado y que, aunque se encuentran en un lugar más seguro, su deber sigue siendo con los millones de venezolanos que aún padecen las presiones, chantajes y amenazas de una dictadura que se aferra al poder.
Durante la velada en honor a Edmundo González Urrutia y su esposa Mercedes López, no solo se habló de política y logros personales, sino también de algo que les llena de profundo orgullo: su familia. Tanto Edmundo como Mercedes no dejaron de expresar el inmenso orgullo que sienten por sus hijas, destacando lo importante que es para ellos el vínculo familiar, incluso en medio de la adversidad.
Con una sonrisa sincera, compartieron lo que significa para ellos ser abuelos, describiéndolo como una verdadera maravilla. Entre las anécdotas, se notaba la alegría en sus voces al hablar de sus nietos, quienes, sin duda, representan un pilar de felicidad en sus vidas.
Para Edmundo y Mercedes, el amor por su familia es un refugio y una motivación para continuar su lucha, sabiendo que todo lo que hacen tiene como fin asegurar un futuro mejor para sus hijas y nietos.
La noche terminó como comenzó: con esperanza. Los invitados, entre ellos otras figuras clave del exilio venezolano, compartieron el sentimiento de que, aunque el camino sea largo, la democracia volverá a Venezuela. Y, en ese sentido, el brindis no fue solo una celebración de la libertad personal de Edmundo y Mercedes, sino un homenaje a la perseverancia de todos aquellos que continúan luchando por una Venezuela libre.
Este brindis en Madrid no solo celebró la valentía de una pareja, sino el espíritu indomable de un pueblo que, a pesar de todo, sigue soñando con la libertad.
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