Brasil está sufriendo la sequía más grave de su historia reciente, según datos del Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (CEMADEN), que sostienen que más de un tercio de su territorio nacional -más de tres millones de kilómetros cuadrados- está afectado en la actualidad por “una sequedad extrema”. Asimismo, el país registra récord de incendios.
Desde que comenzaron a tomarse registros sistemáticamente en 1950, nunca antes el país había “experimentado una sequía tan extensa e intensa como ésta”, de acuerdo a las declaraciones de la científica del CEMADEN Ana Paula Cunha, recogidas por el portal G1.
“Antes, sólo regiones aisladas sufrían ciclos de sequía, pero esta vez se trata de un fenómeno general”, agregó Cunha, advirtiendo de que “es un gran problema al que se enfrenta el país”.
Esta acuciante sequía no solo ha incrementado el número de incendios en varios puntos del país, sino que además ha puesto en jaque la producción de energía hidroeléctrica y ha dejado completamente aisladas a algunas regiones del exterior dado que el bajo nivel de las aguas en algunos ríos hace que estos no sean ya navegables.
Expertos del CEMADEN y otras evaluaciones científicas han señalado que la sequía no cuenta con una única causa identificable, sino que es fruto de la convergencia de varios factores.
Uno de los elementos clave a la hora de explicar esta realidad ha sido el fenómeno meteorológico conocido como ‘El Niño’, que ha alterado los valores de las temperaturas -en aumento- y de las precipitaciones -en descenso- en todo el país, pero sobre todo en el norte.
Asimismo, han influido también de manera determinante los bloqueos atmosféricos provocados por zonas de altas presiones estacionarias, lo que está dificultando el paso de frentes fríos que pudieran incrementar las lluvias.
Finalmente, hay que tener en cuenta el calentamiento del Atlántico tropical septentrional, que ha llevado a prolongar cada vez más la estación seca, según el portal brasileño.
Por su parte, los incendios de la Amazonía brasileña se dispararon un 120% en agosto frente al mismo mes del año pasado, producto del intenso período de sequía que se registra este año, según datos oficiales divulgados este domingo.
En relación con julio, las llamas aumentaron un 234%.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones (INPE, por sus siglas en portugués), la selva tropical más extensa del planeta registró 38.266 focos de incendio en agosto, el número más alto para el mes desde 2010.
En total, la Amazonía brasileña suma 63.189 focos de incendio en el año, el doble de los registrados en el mismo periodo de 2023 y el más alto de los últimos 14 años.
Los expertos atribuyen las llamas a la intensa ola de calor que se vive en el bioma, que ha sido superior a la del promedio y que ha desatado con fuerza los incendios desde julio en la selva, un efecto de los cambios climáticos que vive el planeta.
En agosto, la gran mayoría de los incendios se concentraron en la parte sur del bioma en tres estados: Pará, Amazonas y Mato Grosso.
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