Aunque el acuerdo alcanzado en Azerbaiyán fue ovacionado, países en vía de desarrollo quedaron inconformes. En la conclusión de la vigésima novena conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, se pactaron al menos 300 mil millones de dólares de fondos anuales de los países desarrollados para el 2035, con la meta de apoyar las acciones climáticas de los países en vía de desarrollo. Un monto superior en 50 mil millones de dólares a la propuesta inicial.
«Diré que han hecho un esfuerzo, pero que podrían haber hecho más. Pero, sin duda, en este momento, creo que somos corresponsables de este resultado y tenemos que ser capaces de avanzar porque es importante que se produzca un resultado. Sin embargo, en realidad, necesitamos un mayor compromiso del Norte global”, dijo Susana Muhamad, Ministra colombiana del medio ambiente.
En otro esfuerzo de la ONU por hacerle frente al cambio climático, delegados de 175 países se reúnen en Busan, Corea del Sur, en la quinta reunión del comité intergubernamental de negociación, para lograr un tratado que frene la contaminación por plástico, uno de los problemas ambientales más graves. Según datos de la ONU, cada año se producen 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, un tercio de las cuales se utiliza una sola vez y entre 19 y 23 millones de toneladas de residuos plásticos se filtran en los ecosistemas acuáticos. Pero naciones productoras como Arabia Saudita y China se oponen a reducir la producción que se pronostica se duplique para 2040.
“Un tratado, una vez acordado, no va a solucionar el problema del plástico en las playas, pero se necesita una apuesta firme que nos permita avanzar. Nos llevó 21 años, en la COP 21, llegar a un acuerdo sobre que tenemos que estar a menos de dos grados y apuntar a 1,5. Pero no tenemos 21 años para esto. La gente quiere respuestas y las quiere ahora”, aseguró Inger Andersen, Directora del programa de la ONU para el medio ambiente.
Estos acuerdos sientan las bases para la cumbre climática del año próximo, que se celebrará en la selva amazónica de Brasil. Ángela González, Voz de América.