Las mujeres detenidas durante las protestas postelectorales en Venezuela enfrentan condiciones extremas de sufrimiento en el Centro de Formación para Procesadas Femeninas La Crisálida, ubicado en el estado Miranda.
Según el Observatorio Venezolano de Prisiones, al menos 70 de estas personas se encuentran en un entorno de hacinamiento y falta de acceso a servicios básicos.
Las detenidas sobreviven en celdas donde se alojan en grupos de 10. Allí, la única fuente de agua es un tobo compartido, utilizado tanto para necesidades básicas como de higiene, y la alimentación consiste únicamente en pasta con mortadela.
Además, la ONG señala que la directora del centro somete a las prisioneras a torturas físicas y psicológicas.
Las mujeres, denuncia, son constantemente agredidas con agua fría y estigmatizadas como “terroristas”, mientras se les amenaza con prolongar su privación de libertad.
Un proceso judicial plagado de irregularidades
La ONG también denunció que, en muchos casos, no se encuentran expedientes ni registros en el sistema judicial, a pesar de que a las detenidas ya las presentaron ante un tribunal.
La falta de documentación y la respuesta evasiva de las autoridades legales complican aún más esta situación, advirtió.
El Observatorio Venezolano de Prisiones anunció que presentó este caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y otros organismos internacionales.
Más de 1.000 detenidos en las protestas
Sobre las detenciones postelectorales en Venezuela, la ONG Foro Penal contabiliza más de 1.400 ciudadanos detenidos, de los cuales solo 55 han recibido la libertad.
«Solo hemos sumado, de las más de 1.400 personas detenidas, 55 personas que han sido excarceladas», señaló Alfredo Romero, presidente de la ONG, en una conferencia de prensa el jueves.
Entre los detenidos hay más de 118 adolescentes, de entre 13 y 17 años de edad.
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