Los Juegos Olímpicos de París 2024 se celebrarán en un contexto de récord histórico de temperaturas debido al calentamiento global, lo que intensifica la frecuencia y duración de las olas de calor. La capital francesa se prepara para el 26 de julio, al comienzo de sus competiciones, enfrentar uno de los mayores desafíos climáticos de la historia olímpica, lo que genera preocupación entre atletas y espectadores.
El año 2023 ha sido registrado como el más caluroso de todos los tiempos, exacerbando los problemas que surgirán en los próximos Juegos Olímpicos. El fenómeno del cambio climático afecta gravemente tanto la salud de los atletas como la seguridad de los espectadores, lo que ha llevado a la implementación de medidas adicionales para manejar las altas temperaturas. Francia ha experimentado temperaturas extremas recientemente, con registros de 45,9 °C en algunas regiones y 42,6 °C en París.
Una lección importante se aprendió durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Aplazados a 2021 debido a la pandemia de COVID-19, esos Juegos fueron los más sofocantes de la historia, con temperaturas superiores a 34 °C y una humedad del 70 %. Muchos atletas sufrieron deshidratación severa y desvanecimientos debido a estas condiciones. La importancia del índice de temperatura de globo y bulbo húmedo (WBGT) se evidenció para monitorear el estrés térmico en condiciones de sol directo. Según estadísticas proporcionadas, el WBGT promedio en Tokio fue de 26,8 °C, acercándose al límite de suspensión para actividades deportivas.
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Con el objetivo de asegurar la seguridad de los atletas y el éxito del evento, la implantación de estrategias de adaptación y control continuo del estado de hidratación es esencial EFE/EPA/ANDRE PAINDiferentes organizaciones deportivas han establecido recomendaciones específicas basadas en el WBGT para adaptar o suspender actividades deportivas en función de la temperatura. Por ejemplo, el Colegio Americano de Medicina del Deporte y la Federación Internacional de Tenis suspenden la participación con un WBGT de 32,3 °C, mientras que la FIFA añade pausas adicionales en los partidos de fútbol con un WBGT de 32 °C. Además, las maratones en latitudes septentrionales se cancelan con un WBGT de 21 °C.
El calor y la humedad tienen un impacto significativo en el rendimiento de los atletas. La deshidratación puede ser crítica, reduciendo la capacidad y aumentan la percepción del esfuerzo. La capacidad de termorregulación es crucial para mantener el rendimiento y la salud durante las competiciones deportivas. La evaporación del sudor es indispensable para la pérdida de calor, sin embargo, en ambientes húmedos, esta función se ve comprometida, lo que puede llevar a una sobrecarga térmica y fatiga prematura.
Las islas de calor urbanas en París complican aún más la situación. La alta concentración de infraestructuras y la escasa vegetación en la capital francesa hace que las temperaturas, tanto diurnas como nocturnas, sean más altas que en las zonas circundantes. Estos factores agravan los desafíos tanto para los atletas como para los espectadores durante los eventos deportivos en París en 2024.
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Es crucial mantener a los atletas frescos antes del comienzo de la competición potencialmente beneficia su rendimiento REUTERS/Phil Noble/File PhotoGuillermo Sánchez, preparador físico del equipo de Carolina Marín, señaló que es esencial detectar temprano los signos de estrés térmico. Esto incluye monitorear el peso corporal, el color y volumen de la orina, y la frecuencia urinaria. “Estos marcadores proporcionan una indicación confiable de deshidratación y pueden ayudar a prevenir condiciones graves como el golpe de calor”, afirmó Sánchez. Recientes estudios sugieren una relación directa entre altas temperaturas y mayor riesgo de problemas cardiovasculares graves.
La aclimatación a las condiciones meteorológicas es una táctica crucial. Mientras que entrenar y competir en un entorno natural ayuda, cuando esto no es posible, es necesario emplear entornos artificiales. Las cámaras de entrenamiento específicamente diseñadas para simular el calor y la humedad son ideales, aunque en su ausencia, se pueden utilizar métodos improvisados de baja tecnología.
Además, existen técnicas adicionales como usar más capas de ropa, inmersión en agua caliente y saunas antes o después del entrenamiento que pueden acortar el tiempo necesario para adaptarse al nuevo entorno. No obstante, siempre se debe priorizar el entrenamiento activo en condiciones de calor.
La selección del equipo adecuado puede impactar en el rendimiento de los atletas. Usar gafas de sol que bloqueen los rayos UV y cremas de protección solar a base de agua ayuda a preservar la capacidad de sudoración. El presidente del grupo de trabajo del COI de expertos en el impacto negativo del clima en el rendimiento deportivo, Sébastien Racinais recomienda: “Necesitas sudar, por lo que no debes llevar nada que afecte la sudoración… Es bueno exponer la piel para que el sudor se evapora”. Por ello, la ropa de color claro y que permita la evaporación del sudor es esencial.
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El año 2023 ha sido registrado como el más caluroso de todos los tiempos, exacerbando los problemas que surgirán en los próximos Juegos Olímpicos (Nathan Denette/The Canadian Press via AP, Archivo)Por otro lado, desarrollar un plan de hidratación adecuado es crucial. Durante el ejercicio en condiciones cálidas, los atletas sudan profusamente, lo que puede llevar a una deshidratación progresiva que afecte tanto al rendimiento como a la salud. Es vital animar a los atletas a seguir el plan de hidratación tanto antes, durante y después de las competiciones. Entrenar en clima cálido ayudará a personalizar estos planes y asegurar su eficacia en el evento principal.
Mantener a los atletas frescos antes del comienzo de la competición potencialmente beneficia su rendimiento. Los métodos de preenfriamiento, tales como calentamientos en la sombra, chalecos de hielo, toallas frías y ventiladores, pueden ser de gran utilidad. Asimismo, la ingesta de fluidos fríos o granizados para regular la temperatura corporal es una opción viable.
El entrenamiento en centros de aclimatación específicos antes del acontecimiento principal es recomendado para agilizar el ritmo de adaptación a las altas temperaturas. La Comisión Médica y Científica del COI sugiere que el cuerpo tarda hasta 14 días en aclimatarse completamente, por lo que estos centros pueden ser decisivos en la preparación.
Con el objetivo de asegurar la seguridad de los atletas y el éxito del evento, la implantación de estrategias de adaptación y control continuo del estado de hidratación es esencial. París 2024 se enfrenta a un desafío sin precedentes, pero con una adecuada preparación y monitoreo, es posible garantizar que los Juegos Olímpicos se desarrollen de manera segura y exitosa, celebrando la excelencia humana en condiciones extremas.
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