
Una reunión en el seno de la Casa Blanca incentivó cambios en el futuro de las operaciones de Chevron en Venezuela. Mike Wirth, CEO de la petrolera, junto a otros ejecutivos del sector, sostuvieron un encuentro con el presidente Donald Trump el pasado 19 de marzo con la intención de revisar la postura del gobierno estadounidense frente al bombeo de petróleo venezolano.
De allí surgió un plan detallado de acción: extender las operaciones de Chevron en Venezuela por al menos 60 días más de lo pautado originalmente, e imponer aranceles de 25% a los países que compren petróleo venezolano, según informó el Wall Street Journal. Apenas días después, el 24 de marzo, el presidente Trump anunció las medidas en una publicación en redes sociales.
En los últimos años, desde que la administración de Joe Biden le otorgara la Licencia General 41, Chevron ha advertido que sus operaciones en Venezuela impiden a otros países vistos como rivales por Estados Unidos, como China, explotar los recursos petrolíferos venezolanos. De esta manera, la empresa convenció al gobierno de Trump de que los posibles aranceles dificultan las actividades de Pekín y fortalecen el rol de la petrolera estadounidense en territorio venezolano.
Por esa razón, junto a las amenazas arancelarias, la administración Trump también extendió el plazo de la Licencia General 41A hasta el próximo 27 de mayo (estaba fijado para el 3 de abril) para que Chevron concluya sus operaciones conjuntas con la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). No obstante, fuentes del sector aseguraron a El Nacional que se espera que la licencia se renueve en próximas ocasiones.
De momento, las amenazas de aranceles han provocado que los importadores y refinadores chinos aumenten su cautela o decidan suspender temporalmente su comercio con Venezuela, de acuerdo con reportes de la agencia de noticias Reuters. Mientras que la india Reliance Industries, la refinadora más grande del mundo, anunció que detendrá las importaciones de petróleo venezolano, a pesar de contar con una licencia del Departamento del Tesoro estadounidense que les permite comprarlo.
Se espera que estos nuevos aranceles, que se suman a los establecidos previamente por las autoridades estadounidenses, podrían ser decretados a partir del próximo 2 de abril, fecha en la cual el presidente Trump afirmó que haría anuncios sobre el tema.

Prácticas como el fracking (fracturación hidráulica) han permitido a Estados Unidos aumentar su producción petrolera en la última década, hasta ubicarse en los 13,5 millones de barriles diarios actuales. Foto: Pixabay
¿Es importante el petróleo venezolano para Estados Unidos?
Un factor determinante en las recientes decisiones del gobierno estadounidense podría entenderse en la importancia que tiene el petróleo pesado y extra-pesado para Estados Unidos, que proviene en su mayoría de países como Canadá, México y Venezuela, según la Agencia Internacional de la Energía.
Históricamente, Estados Unidos ha sido un importador de crudo pesado y extra-pesado, principalmente porque sus refinerías se diseñaron para procesar ese tipo de petróleo por razones estratégicas: es más barato y, aunque requiere procesos más sofisticados para su conversión en productos refinados como la gasolina o el diésel, permite a las refinerías estadounidenses obtener mayores márgenes de ganancias.
Prácticas como el fracking (fracturación hidráulica) han permitido a Estados Unidos aumentar su producción petrolera en la última década, hasta ubicarse en los 13,5 millones de barriles diarios actuales. Sin embargo, debido a sus infraestructuras, sus instalaciones petrolíferas no están equipadas para procesar la totalidad del crudo ligero que extraen en el país.
Esta situación ha llevado a que Estados Unidos, a pesar de ser uno de los principales productores petroleros del mundo, deba importar crudo pesado para poder satisfacer las demandas específicas de sus refinerías y el consumo interno del país.
Con datos actualizados hasta enero de 2024, la administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) asegura que la capacidad de refinación del país ronda los 18,4 millones de barriles al día. De ese total, se estima que al menos 70% de la capacidad de procesamiento está configurada para crudos pesados.
Los datos recabados por distintas firmas consultoras revelan que Estados Unidos fue el segundo mayor importador de petróleo venezolano en febrero de este año, con un promedio de 239.000 barriles diarios. Sólo lo superó China en ese mismo período, que compró alrededor de 503.000 b/d. Le siguieron España e Italia, con 69.200 b/d; y la India, con 68.000 b/d.

Foto: Robyn Beck / AFP
¿Qué dicen los analistas sobre Venezuela, los aranceles y Chevron?
Las licencias petroleras del Departamento del Tesoro a distintas empresas como Chevron, Repsol, ENI, Maurel & Prom y Reliance tienen un rol fundamental en el mercado petrolero de Venezuela. Aunque su futuro es incierto, la firma Ecoanalítica plantea tres escenarios en su último informe de coyuntura:
1. La extensión de la licencia 41A, que permitiría a Chevron extender el período de wind down (cese de operaciones) por períodos de 30 a 90 días. «Mantendría abierta la posibilidad de nuevas negociaciones», se lee en el informe.
2. Emisión de nuevas licencias que amplíen el margen de acción de las petroleras en aspectos limitados al mantenimiento de sus activos en Venezuela.
3. Eliminación de todas las licencias, que significaría el final (temporalmente) de cualquier operación permitida para las petroleras en Venezuela. Esto intensificaría la «presión económica» sobre el gobierno de Nicolás Maduro. Es la tesis que impulsan el grupo de congresistas estadounidenses por Florida y Marco Rubio, Secretario de Estados de Estados Unidos.
Desde la consultora se inclinan por pensar en que el primer escenario tiene más probabilidades de ocurrir. Y a ello se suma el escenario de los potenciales aranceles de 25%.
Si bien es difícil cuantificar su impacto, Alejandro Grisanti, economista y uno de los directores de Ecoanalítica, cree que «de concretarse, traerá un mayor aislamiento y un golpe muy fuerte para la comercialización de los hidrocarburos venezolanos». Actualmente, una parte del petróleo de Venezuela se comercializa a través del mercado negro que lo obligan a vender con altos precios de descuentos.
Otros analistas como Fernando Ferreira, director de riesgo geopolítico de la consultora Rapidan Energy Group, dijeron al Financial Times que veían probable que los países disminuyeran o suspendieran temporalmente la compra de petróleo venezolano para evitar arriesgarse a los aranceles.
Ese podría ser el caso de China, por ejemplo, donde el crudo venezolano representa una parte minoritaria de sus importaciones de hidrocarburos y la amenaza de aranceles estadounidenses podría llevarlos a buscar suministro de petróleo en otros mercados, según comentó Jorge León, analista de Rystad Energy, al New York Times.
Mientras el presidente Trump amenaza con imponer los aranceles, la extensión operativa a Chevron podría sugerir que el Gobierno venezolano se vea forzado a aumentar sus envíos petroleros a Estados Unidos y, por ende, incrementar su dependencia del mercado estadounidense. Una clave fundamental será conocer en los próximos días si los aranceles realmente se impondrán.
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