La relación entre el estrés y los problemas de la piel es un tema que ha sido objeto de investigación en la dermatología durante décadas. El estrés, entendido como una respuesta física y emocional del organismo frente a situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes, puede tener un impacto significativo en la salud de la piel.
Por Noticias RCN
¿Cómo afecta el estrés en la piel?
El estrés crónico desencadena una cascada de eventos fisiológicos en el cuerpo, entre ellos, la liberación de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina. Estas hormonas pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en todo el cuerpo, incluida la piel. La inflamación crónica puede exacerbar o desencadenar una variedad de afecciones cutáneas, como el acné, la psoriasis, la dermatitis atópica y el eczema.
El acné, una de las afecciones cutáneas más comunes, se ve especialmente afectado por el estrés. El estrés aumenta la producción de sebo en la piel, lo que puede obstruir los poros y provocar brotes de acné. Además, el estrés puede empeorar la inflamación asociada con el acné, lo que lleva a lesiones cutáneas más graves y persistentes.
La psoriasis es otra afección cutánea inflamatoria que puede verse exacerbada por el estrés. Se ha demostrado que el estrés emocional desencadena brotes de psoriasis en muchas personas que padecen esta afección. El estrés puede afectar el sistema inmunológico, desencadenando una respuesta inflamatoria que provoca la aparición de placas rojas y escamosas en la piel.
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