Un comité independiente que investiga el intento de asesinato de Donald Trump en un acto de campaña en Pensilvania señaló al Servicio Secreto por su mala comunicación ese día y por no asegurar el edificio desde donde disparó el tirador. El análisis también encontró problemas sistémicos en la agencia, como la incomprensión de los riesgos específicos que enfrenta Trump y una cultura de hacer «más con menos».
El reporte de 52 páginas publicado el jueves reprende al Servicio Secreto por problemas específicos previos al mitin del 13 de julio en Butler, así como uno más arraigado con la cultura de la agencia. Recomendaba nombrar nuevos líderes ajenos al servicio y redirigir sus esfuerzos a su misión de protección.
«El Servicio Secreto como agencia requiere una reforma fundamental para cumplir su misión», indicaron los autores del documento al secretario de Seguridad Nacional, Alekandro Mayorkas, responsable del departamento del que depende el Servicio Secreto, en una carta que acompañaba al reporte. Sin esa reforma, señalaron, otro incidente como el de Butler «puede ocurrir y ocurrirá».
Un asistente al mitin murió y otros dos resultaron heridos cuando Thomas Michael Crooks subió al tejado de un edificio cercano y abrió fuego durante el discurso de Trump. El expresidente resultó herido en la oreja antes de ser evacuado del escenario por agentes del Servicio Secreto. Ese tiroteo, junto con otro incidente en Florida cuando Trump estaba jugando al golf —en el que un hombre armado no llegó a tener línea de visión con el presidente ni hizo disparos— ha provocado una crisis de confianza en la agencia.
El reporte del comité, formado por cuatro exfuncionarios de seguridad nacionales y estatales, sigue a una investigación del Congreso, a la pesquisa de la propia agencia y a la de un organismo de supervisión de Seguridad Nacional.
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