Los centros de votación cerraron en Uruguay y las autoridades electorales empezaron el conteo de votos el domingo en unas elecciones nacionales que podrían marcar el regreso de la izquierda al poder tras cinco años, con una campaña caracterizada por la moderación.
La coalición de izquierdas Frente Amplio, favorita en las encuestas y encabezada por Yamandú Orsi, buscaba recuperar en las urnas la hegemonía que la mantuvo al mando del país entre 2005 y 2020, mientras que el Partido Nacional, representado por Álvaro Delgado, confiaba en mantener la continuidad de su legado alentado por el carisma del presidente saliente, Luis Lacalle Pou.
En unas elecciones caracterizadas por una inusual apatía del electorado, la jornada de votación transcurrió con tranquilidad y sin incidentes destacados. Según la Corte Electoral, los resultados de la contienda se darán a conocer la noche del mismo domingo.
El Partido Colorado también tenía esperanzas de llegar, al menos, a una eventual segunda vuelta, gracias a una intensa y atípica campaña de su abanderado Andrés Ojeda, un candidato “pragmático” que se presenta como la cara de la “nueva política”.
Faltando poco más de una hora y media para el cierre de los centros de votación, casi un 77% de los electores ya habían votado en la jornada, que transcurrió sin mayores incidentes, informó la Corte Electoral. Las urnas cerrarán a las 19.30 hora local (22.30 GMT) y, una hora después, la autoridad recibirá los primeros resultados.
El expresidente José “Pepe” Mujica fue uno de los primeros en sufragar. El exmandatario llegó a una escuela del vecindario Cerro de la capital uruguaya en silla de ruedas y ayudado por algunos colaboradores.
En declaraciones a los periodistas, Mujica, uno de los líderes históricos del tradicional bloque izquierdista Frente Amplio, lamentó que la campaña para estos comicios estuvo “un poco distraída” y reafirmó su compromiso con la democracia.
“Tenemos que apuntalar a la democracia, no porque sea perfecta, pero porque hasta ahora los humanos no hemos inventado nada mejor”, afirmó.
Reconoció además la apatía que dominó durante la campaña y opinó que conquistar el interés de los electores más jóvenes es un reto que deberá enfrentar la clase política. “Si los jóvenes no se prenden estamos fritos, si no se prenden es porque no los enamoramos, es porque damos asco, si hay propuestas que los enamore los gurises (chicos) van a estar”.
“Después de cinco crisis y cómo salimos de esta crisis, no hay modo de no votar por Delgado. Además fue jefe de Gabinete y es la continuidad de Luis” Lacalle Pou, señaló la estudiante de Medicina, Catalina Lima.
“Ellos (el oficialismo) tuvieron su chance y no resultó. Ahora es la hora de volver y volver más fuertes”, afirmó el profesor Federico Morales.
Expertos atribuyeron esa baja adhesión y movilización popular a que la ciudadanía no considera que éste será un ciclo electoral con “cambios fundamentales”, ya que los proyectos de los dos principales contendientes guardan similitudes y coinciden en tener sus ejes centrales en mejorar la competitividad del país, acortar las brechas económicas y reducir la tasa de la pobreza infantil.
“Ha sido una campaña alejada de la gente, que no logró los niveles de movilizaciones que tiene Uruguay históricamente, donde la adhesión a los partidos es de las más altas de Latinoamérica”, afirmó a The Associated Press el analista político Julián Kanarek.
Los dos principales contendientes votaron entrada la mañana. Orsi depositó su voto en una escuela técnica de Canelones, su fortín político y situado a unos 50 kilómetros de Montevideo, y pidió a los ciudadanos celebrar esta jornada electoral “como una fiesta, no como una guerra”.
Delgado, por su parte, se desplazó con su familia al Club Banco República, situado en el barrio Pocitos de la capital uruguaya, para sufragar y afirmó sentirse “emocionado y confiado” de que la gente “votará por la continuidad”, mientras agradeció la militancia, “sobre todo de los jóvenes”.
Igualmente por la mañana votó el saliente mandatario Lacalle Pou, quien afirmó que “hoy los protagonistas son otros” y “hoy empieza a cambiar el gobierno”.
Mientras, el candidato del Partido Colorado entregó su voto en las primeras horas de la tarde, acompañado de su sobrino, en el barrio de Punta Gorda. Ojeda, tercero en las encuestas, señaló que las proyecciones de estos comicios han dado una “lección al sistema” y que “la nueva política llegó para quedarse”.
Si bien las filas empezaron a alargarse en las horas de la tarde, no se registraron episodios de gravedad a medida que avanzaba la votación. Muchos votantes aprovecharon el día soleado para darse un paseo por las orillas del Río de la Plata y después acudir a sus respectivos centros.
En la Rambla de Montevideo, una prolongada avenida de 22 kilómetros que bordea la costa del Río de la Plata, militantes de las dos principales fuerzas políticas celebraban la jornada con banderas, cánticos y refrescos en un clima pacífico pese a las divergencias políticas.
Al final de la tarde y acompañados de amigos, familiares y compañeros de partido, los candidatos empezaron a dirigirse a sus respectivas sedes, donde tenían previsto esperar los resultados. Decenas de partidarios igualmente empezaban a llegar, con banderas y camisetas, a los fortines para manifestar el apoyo a sus candidatos y celebrar el fin de esta reñida jornada electoral.
En la misma jornada se celebraban también dos plebiscitos, en los que el voto —a diferencia de la elección presidencial— no es obligatorio. Uno se refería a la creciente preocupación en seguridad y la posibilidad de permitir allanamientos nocturnos en los domicilios, mientras que la segunda consulta popular indagaba sobre una reforma al sistema de pensiones.
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