Centroamérica podría convertirse en una atractiva incubadora para la industria tecnológica y punta de lanza para las economías de sus países, según expertos consultados por la Voz de América.
El impulso de varias iniciativas para promover el sector, así como las crecientes inversiones, favorecerían un escenario idóneo para el desarrollo de esa industria.
Según Tomás Bermúdez, gerente de Centroamérica, México, Panamá, República Dominicana y Haití del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en los últimos años se han estado llevando a cabo varias iniciativas para atraer la inversión en el ámbito tecnológico, al considerar que está región tiene una gran potencial para desarrollarse en esta industria.
“Se busca atraer a nuevas tecnologías, implementarlas, buscar cómo cerrar estas brechas de desarrollo que tenemos”, explica el directivo del BID en declaraciones a la VOA.
En su opinión, la región también ofrece “una venta para ‘testear’ ciertas cosas que puede que se estén usando en otras partes del mundo y traerlas a nuestra región, cosas que estamos desarrollando dentro de nuestra región que queremos incubar acá”, de manera que puede ayudar a un potencial desarrollo económico a medio y largo plazo.
La economía en Centroamérica, en positivo
De acuerdo con las cifras más recientes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los países centroamericanos muestran las mejores perspectivas de crecimiento del PIB desde 2019.
En el acumulado hasta 2024, República Dominicana ha crecido un 23,2 %, seguida de Panamá con un 22,2 %, Guatemala con un 21,3 %, Costa Rica con un 19,7 %, mientras que Honduras y Nicaragua registran un 17,7 %, y El Salvador un 16,2 %.
Estos niveles de crecimiento superan a los de otras economías importantes como Brasil, que ha registrado un crecimiento acumulado de 10,9 % en este período, y México, con apenas un 5,9 %. Incluso superan el crecimiento de Colombia, que alcanza el 16 %.
Por otro lado, el crecimiento promedio anual de estos países centroamericanos entre 2019 y 2024 también ha sido destacado. República Dominicana ha logrado una tasa promedio de crecimiento del 3,8 % de su PIB en los últimos cinco años, seguida de Panamá con un 3,7 %, Guatemala con un 3,5 %, Costa Rica con un 3,2 %, y Honduras y Nicaragua con 2,9 %.
El poder de los emprendedores
Susan Segal, presidenta y directora general de la Sociedad de las Américas y del Consejo de las Américas (AS/COA, en inglés), defiende que la región también se ha convertido en una incubadora de emprendedores que han aprovechado el auge de la industria tecnológicas.
“Creo que, para América Latina, a la larga, las nuevas tecnologías han sido clave para la creación de empresas, pero también para conectar pueblos y gente», afirma. «Hay que recordar que durante mucho tiempo no se tenía información accesible y creo que había muy poca gente que tenía información”, apunta convencida de que, ante ese panorama, muchos “no han podido pensar, crear y tener sueños”.
Iniciativas del BID para potenciar la economía
Entre las iniciativas que ha puesto en marcha recientemente el BID, está el proyecto de “América en el Centro”, enfocado en los países centroamericanos, “desde Guatemala hasta Panamá” y que busca “atacar los problemas más relevantes de la región”.
“Uno de los pilares es el de la productividad, se trata de abordar en cómo mejoramos la productividad de estos países, cómo mejoramos la infraestructura de manera sostenible en estos países, cómo mejoramos los flujos comerciales de estos países y cómo atraemos inversiones”, sostiene Bermúdez.
“Creo que el acceso a internet y a las nuevas tecnologías están ayudando a nivelar el juego”, agrega.
El cambio climático y la región
Uno de los desafíos a los que tiene que hacer frente la región centroamericana, como muchas otras partes del continente, es la cuestión climática.
“Es una de las regiones más vulnerables al cambio climático respecto al resto del mundo y lo vemos constantemente cada vez que pasa un huracán. También tiene un impacto económico gigantes con entre un 2 o 3 % del PIB cada vez que tenemos una situación grave, como ocurrió con los huracanes Eta e Iota”, dice Bermúdez.
En ese sentido, el portavoz del BID recalca que “hay un elemento de resiliencia y adaptación al cambio climático que tiene que ver con la infraestructura, pero también en ver como se captan fondos para nuestra región” con tal de poder impulsar proyectos que beneficien económicamente a la región y adaptándose a las condiciones del terreno.
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