Jennie K. Lincoln, analista para América Latina del Centro Carter y líder de la delegación que estuvo en Venezuela como parte de la misión técnica para las elecciones presidenciales del 28 de julio, presentó este miércoles copias originales de las actas que conservó la oposición y que evidenciarían el triunfo del excandidato presidencial opositor, Edmundo González Urrutia.
“Estas actas son elementos clave. Acabo de recibir los originales que se me envió por correo internacional. Se trata de actas originales de Venezuela que tienen un código QR, que es significativo y que les permiten a los testigos de miles de mesas recabar información de manera sistemática de los datos originales elaborados por el CNE”, dijo en una sesión ordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA) en donde defendió la independencia de la institución que representa.
“Este es un punto clave, el sistema de votación es electrónico, pero tiene pruebas en papel de lo que informan las máquinas electrónicas, y esto es lo que recolectaron miles y miles de testigos, no solamente de la oposición, sino también del partido gubernamental que también cuenta con la misma información”, continuó.
Dos meses después de la elección presidencial, el Consejo Nacional Electoral (CNE), que proclamó ganador a Nicolás Maduro para un tercer mandato, no ha publicado los resultados desglosados a pesar de las exigencias de parte de la comunidad internacional que no lo ha reconocido como presidente electo.
La oposición, que denuncia fraude electoral tras publicar las copias de las actas originales que conservaron sus testigos en las mesas, insiste en que la victoria, con el 67% de los votos, fue de González Urrutia, actualmente en un exilio “forzado” en España.
“Las actas originales, es decir, estas que tengo aquí, se recolectaron y se analizaron. La oposición lo hizo y también lo hicieron observadores independientes que contaban con los datos originales venezolanos del CNE que mostraban que Edmundo González había ganado la votación en un 67 % y Nicolás Maduro había logrado un 31%, es decir, más de un dos a uno”, expuso.
Lincoln reconoció que el sistema electoral venezolano es “excelente”, y explicó que cuenta con dos comprobantes en papel (un acta emitida por la máquina de votación, que brinda un resumen de la mesa electoral, y la papeleta que el elector introduce en la caja de resguardo tras votar en la máquina).
“Las actas son documentos públicos que se envían al CNE, las copias de ellas se imprimen inmediatamente en la mesa y se les brindan a todos los testigos electorales de todos los partidos políticos”, detalló.
Lincoln anunció que próximamente presentarán un informe detallado, pero adelantó que el sistema de votación «funcionó».
“El gobierno de ese país, incluido el CNE y Plan República (los militares), el PSUV, los partidos políticos de la oposición y todos los testigos de las elecciones, observadores ciudadanos de las 30.026 mesas saben cuáles fueron los verdaderos resultados de la elección presidencial”, precisó.
El Centro Carter, invitado por el CNE producto de los acuerdos firmados por el gobierno y la oposición en Barbados el año pasado, afirmó que la contienda “no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral” por lo que “no puede ser considerada como democrática”.
“El hecho de que la autoridad electoral no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral constituye una grave violación de los principios electorales”, precisó un comunicado divulgado tras las elecciones.
Maduro dijo que el informe del Centro Carter estaba previamente escrito.
Lincoln insistió este miércoles en que los observadores «no deciden» las elecciones y que es responsabilidad de las autoridades electorales.
«La falta de transparencia del CNE venezolano y su denegación de brindar los datos de las mesas de sus máquinas y de las actas para explicar la declaración de un ganador, no cumple los estándares internacionales», insistió.
El informe preliminar del Panel de Expertos Electorales de la ONU, que en principio sería confidencial y que finalmente fue publicado, expuso que la gestión de resultados de la autoridad electoral no cumplió con los “requisitos básicos de transparencia e integridad” esenciales para celebrar elecciones creíbles. El gobierno afirmó que el documento está “plagado de mentiras”.
Una sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) convalidó los cuestionados resultados, pero la oposición dijo previamente que cualquier sentencia es “nula”.
La Sala Electoral del TSJ, organismo considerado un apéndice del Poder Ejecutivo, admitió un recurso interpuesto por Maduro para “investigar, verificar y certificar” los resultados electorales, proceso en el que no participaron testigos ni expertos de la oposición.
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