Este arquitecto y urbanista venezolano se da a conocer en España mediante una minuciosa y sobresaliente exposición de su creación artística. Carlos Raúl Villanueva (1900/1975), actor principal del modernismo en Hispanoamérica, puede admirarse en el Pompidou de Málaga, que le rinde homenaje
Villanueva acometió la inmensidad de cambiar el rostro pueblerino de Caracas de los años cuarenta. El Estado le encargó proyectos de obra pública y viviendas (el éxodo del campo a la ciudad comenzaba), entre esas construcciones acometió su principal creación: la Ciudad Universitaria (UCV) en la capital venezolana.
Ahora, el Pompidou de Málaga acoge una exposición donde se puede apreciar el genio creador de Villanueva, no solo como diseñador de una arquitectura de vanguardia con aliento de futuro, sino como una amalgama armónica de la creación de los más destacados artistas de su época, muchos de ellos sus amigos desde su etapa formativa en París.
En esta exposición se puede seguir los bocetos, ideas, croquis que Villanueva trabajó con creadores como Alexander Calder, Víctor Vasarely, Fernand Léger, Antoine Presver, Jean Arp, André Bloc, Jesús Soto, Wilfredo Lam, entre otros. Como señala el prospecto del Pompidou la Ciudad Universitaria (UCV) de Caracas, “constituye un ejemplo emblemático de la arquitectura moderna y la síntesis de las artes en América Latina”. Hay que recordar que dicha obra fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2000.
Entrar en el mundo de Villanueva es un paseo por la nostalgia de la Venezuela que se nos escapó entre las manos. También un ejemplo de la fuerza creativa de una generación que echó las bases de un país esencialmente democrático, igualitario, libre. En aquellos años luminosos, Villanueva supo sintetizar en su UCV el dadaísmo de Arp en la Plaza Cubierta y su Pastor de Nubes, que se acoplan a un estanque que refleja el mural de otro venezolano de la época, Mateo Manaure. La Pintura en Relieve de André Bloc que da carácter a la Plaza del Rectorado.
El camino expositivo es una aventura de creación, como una conjura de genios reunidos, destaca la escultura Anfión de Henri Laurens que preside esa Plaza Cubierta, resguardando las lluvias tropicales caraqueñas. Por si eso fuera poco, allí mismo el Bimurale grandioso de Fernand Léger arropando a la plaza. Y los Pasos Cubiertos de Villanueva, pasillos para el tránsito entre facultades, que previenen del sol canicular o de la lluvia sorpresa.
No se han olvidado los curadores de la muestra del Relieve Mural del cubano Wilfredo Lam, que preside el Instituto Experimental del Jardín Botánico. También vemos el Pabellón Venezuela diseñado por Villanueva para la Exposición Universal de Montreal, acompañado por el gran penetrable Volumen Suspendido de Jesús Soto, en una síntesis de arquitectura, escultura y la música del maestro Antonio Estévez.
Al final del recorrido podemos admirar la última obra de Villanueva, el Museo Jesús Soto en Ciudad Bolívar. Dejó allí el creador su mismo espíritu vanguardista. Difumina las transiciones exteriores/interiores e integra al conjunto de edificios la vegetación en armonía con la obra de hormigón prefabricado.
Si está o pasa por Málaga, venga al Pompidou y entre en el sorprendente universo de la creación de Carlos Raúl Villanueva, un venezolano de antes que sigue tan vigente y presente como cuando dibujaba los bocetos de la UCV.
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