De izquierda a derecha, los integrantes de la familia de Kansas City que posaron felices para la cámara antes de ir al desfile: Victor Salas hijo (32), Isaac Salas (10), Victor M. Salas; Samuel Arellano (10) y Eunice Salas (25) (Arellano/Salas Family)
Samuel Arellano, de diez años, no paraba de decir a su familia que había sido alcanzado por los disparos al presenciar el tiroteo el miércoles pasado cerca de la estación Union Station de Kansas City. Había ido al desfile con su abuelo, su tía y su tío, todos fanáticos de los Kansas City Chiefs. Juntos habían disfrutado del día luciendo las flamantes camisetas de su equipo favorito.
Samuel estaba muy emocionado de ver a los jugadores en persona, quienes se dirigían a la multitud con los micrófonos del lugar; Patrick Mahomes es su jugador preferido.
Pero, de un momento a otro, los disparos transformaron la alegría en desesperación. Fue entonces que Samuel sintió un dolor punzante bajo el brazo y, en medio de la confusión, recordó lo aprendido en el entrenamiento de los simulacros de tiroteo de su escuela.
“Cuando escuché los disparos, me escondí”, declaró a The Independent el jueves por la mañana. “Caí al suelo y me escondí detrás de un bote de basura”, agregó.
El abuelo y el tío, que estaban cerca de él, se escondieron rápidamente bajo un remolque con varias personas más.
“Todos corrían, perdían los zapatos, la ropa”, relató Samuel.
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