Los escándalos de corrupción de la USAID (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) han sido descubiertos por el DOGE (Departamento de la Eficiencia Gubernamental) y son monumentales.
La USAID fue hasta hace poco manipulada por la izquierda norteamericana, y el DOGE ha sido creado por el presidente Donald Trump para acabar con la delincuencia de la izquierda, lo dirige el inventor multimillonario Elon Musk, propietario de X.
No me detendré en los miles de millones que se ha embolsillado la izquierda en numerosos países y también desde el Partido Demócrata en Estados Unidos, porque no me alcanzaría el espacio para este artículo. Calculen ustedes la enormidad del robo por el llantén que ya andan armando públicamente, lo normal en este tipo de personajes.
Solo subrayaré lo siguiente: Adjudicaron 2 millones de dólares para cambios de sexo en Guatemala, 6 millones de dólares para financiar el «turismo» en Egipto. Millones para la EcoHealth Alliance (fuga de laboratorio de Wuhan), 20 millones de dólares para un programa de Barrio Sésamo en Irak. Y esto es solo la punta del iceberg de la estafa de USAID.
Las cuentas del género…
Todavía más: 7.9 millones de dólares para enseñar a los periodistas de Sri Lanka cómo evitar el «lenguaje de género binario». 4.5+ millones para «combatir la desinformación» en Kazajstán. 1.5 millones para «arte para la inclusión de personas con discapacidades». 2 millones para cambios de sexo y «activismo LGBT». 6 millones para «transformar espacios digitales para reflejar principios democráticos feministas». 2.1 millones para ayudar a la BBC a «valorar la diversidad de la sociedad libia».
Suma y sigue: 10 millones en comidas financiadas por USAID, que fueron a un grupo terrorista vinculado a al Qaeda. 25 millones para Deloitte para promover el «transporte verde» en el país de Georgia. 6 millones para el turismo en Egipto. 2.5 millones para promover la «inclusión» en Vietnam. 16.8 millones para un grupo de «inclusión» SEPARADO en Vietnam. 5 millones para EcoHealth Alliance, una de las ONG clave que financian la investigación del virus de murciélago en el laboratorio de Wuhan (mencionado antes).
Esto no termina. 20 millones de dólares para un grupo relacionado con un actor clave en el engaño del impeachment de Rusiagate. 1,1 millones de dólares a un «grupo LGBT» armenio. 1,2 millones de dólares para ayudar a la Agencia de Desarrollo y Servicio de la Iglesia Metodista Episcopal Africana en Washington, DC, a construir «un auditorio de última generación de 440 asientos». 1,3 millones de dólares a fotógrafos árabes e israelíes. 1,5 millones de dólares para promover la «defensa LGBT» en Jamaica.
1,5 millones de dólares para «reconstruir» el ecosistema mediático cubano (régimen). 2 millones de dólares para promover la «igualdad LGBT a través del emprendimiento» en América Latina. 500.000 dólares para resolver la violencia sectaria en Israel (apenas diez días antes del ataque de Hamás del 7 de octubre). 2,3 millones de dólares para la «minería de oro artesanal y en pequeña escala» en la Amazonia. 3,9 millones de dólares para «causas LGBT» en los Balcanes occidentales. 5,5 millones de dólares para el activismo LGBT en Uganda. 6 millones de dólares para promover cuestiones LGBT en «países prioritarios en todo el mundo».
6,3 millones de dólares para hombres que tienen sexo con hombres en Sudáfrica. 8,3 millones de dólares para «USAID Education: Equity and Inclusion». La «estrategia climática» de USAID describió un enfoque de 150 mil millones de dólares «de toda la agencia» para construir un «mundo equitativo con emisiones netas de gases de efecto invernadero cero». Durante décadas, los burócratas de USAID creyeron que no debían rendir cuentas a nadie, pero esa época ha terminado.
Las donaciones se entregaban solamente a los proyectos de la izquierda y se les negaban a los proyectos que ellos creían conservadores, de ahí que algunos proyectos cubanos del exilio fueran eliminados y con otros, sus autores, decidieran colocarse del lado de la izquierda y del socialismo para recibir las sumas de dinero que se cuentan por millones, sin resultados, como se puede comprobar.
La nueva USAID
El presidente Trump ha detenido el despilfarro, el fraude y el abuso, y ha nombrado al Secretario de Estado, Marco Rubio para que actúe con un mayor control en lo que sería la nueva USAID, esperemos que los proyectos de los libertarios y conservadores del exilio corran esta vez con mejor suerte.
Ahora bien, y visto lo visto, como no podía ser de otra manera, ¿se aprovechó el régimen castrista de Cuba para lucrarse también con los recursos de la USAID y ésta burló las leyes del embargo norteamericano contra la tiranía? Pues sí, y no es que pareciera una anécdota al margen, es que es real y de suma importante.
El analista de estrategia política del Centro de Alta Seguridad, autor del libro Big Intel: How the CIA & FBI Went from Cold War Heroes to Deep State Villains (2024) hizo público que la USAID financió a una organización que emplea a la hija del antiguo jefe de la Inteligencia de Fidel Castro, Manuel Piñeira Losado, alias el Comandante Barbarroja, reconocido terrorista. El esposo de Camila Piñeiro Harnecker (hija de la adoctrinadora y sexóloga chilena Marta Harnecker y del tan temido comandante Barbarroja, que fundó y dirigió el Departamento América del Comité Central de Cuba, donde entre otras cosas se formaban los terroristas, secuestradores, y asaltadores de banqueros) es el periodista del Washington Post, Nick Miroff.
Según se ha investigado las conocidas competencias de patinetas en la isla, llamadas Havana Skate, recibieron también cientos de miles de la USAID, como supuesta promoción de la libertad en Cuba. Esas competencias fueron organizadas por el mismo régimen.
Al mismo tiempo se investiga también si varias organizaciones de personas influyentes que residen en México, que han inscrito sus fundaciones en Estados Unidos, relacionadas con la cultura, el arte, la historia de Cuba, México y Estados Unidos, así como proyectos para teatros en México benefician de forma indirecta al castrismo, a la organización castrista Cenecex, de Mariela Castro, la hija de Raúl Castro y sobrina de Fidel Castro.
La Cenesex está inscrita como ONG, y se dedica a controlar y beneficiar la sexología de las personas LGTBQ+ que son afines al régimen comunista, por el contrario, invierte en perseguir a las que no lo son, y a inocular el sida a los opositores gays, como hicieron con el disidente Ariel Ruiz Urquiola.
Mariela Castro repite el esquema original de su madre, Vilma Espín, creadora de las FMC (Federación de Mujeres Cubanas), quien alineó en sus filas a las mujeres revolucionarias, las ponía a vigilar y a perseguir a las cubanas «desafectas» de su sistema.
256 millones para Venezuela
256 millones fueron vertidos por la USAID a la oposición venezolana, entre los que destacan los nombres de los que se habrían enriquecido mediante esas ayudas, como Juan Guaidó, Leopoldo López y Lilian Tintori, según ABC News y tuits en X de Lara Logan, a su vez retuiteados por el abogado Jason Ian Poblete. Los millones entregados a la oposición cubana de corte oportunista socialista todavía no han sido del todo desenmascarados.
Originalmente publicado en el diario El Debate de España
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