El último sondeo del instituto Datafolha, publicado el sábado, brinda a Nunes 57% de las intenciones de voto frente a 43% para su rival de izquierda.
Lula, ausente
«Voto a Ricardo (Nunes) porque hay que dar una oportunidad a que continúe lo que hace. No creo en esa renovación de la que habla el otro candidato. Nunca me gustó Boulos ni su cercanía con Lula», dijo a la AFP Hilda Manzatto Muniz, una jubilada de 72 años, en un colegio de la zona sur de Sao Paulo donde está previsto que vote el alcalde saliente.
En cambio, Carlos Eduardo Lisboa, un vigilante de seguridad de 45 años, dijo que votará a Boulos al considerar que Nunes solo «hizo cosas en la época de la elección, para ganar votos».
Contrariamente al primer turno, Lula no pudo hacer campaña junto a Boulos la víspera de la votación debido a un accidente doméstico que sufrió el 19 de octubre.
El mandatario se golpeó la cabeza al caer en el baño mientras se cortaba las uñas y el percance le obligó a limitar su agenda a Brasilia.
Lula, que este domingo cumple 79 años, no podrá desplazarse para votar en su localidad de Sao Bernardo do Campo, en la periferia de Sao Paulo. El voto es obligatorio en Brasil hasta los 70.
Suspense en 9 capitales
La segunda vuelta tiene lugar en 51 ciudades: las mayores de más de 100.000 habitantes en las que ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta hace tres semanas.
En Río de Janeiro, el centrista Eduardo Paes, apoyado por Lula, fue cómodamente reelegido para lo que será su cuarto mandato.
Pero en 15 de las 27 capitales de estado habrá segundo turno, con una pugna ajustada en nueve de ellas, como Fortaleza (noreste) y Cuiabá (centroeste).
En ambas ciudades el duelo se da entre candidatos del Partido de los Trabajadores de Lula y del Partido Liberal de Bolsonaro.
En la capital amazónica de Belém (Pará, norte), que albergará la conferencia de la ONU sobre el clima COP30 en 2025, un bolsonarista climatoescéptico, Eder Mauro, disputa la alcaldía con el centrista Igor Normando.
Batalla en 2026
El PL de Bolsonaro se hizo con dos capitales en la primera vuelta y ahora disputa nueve.
Sin embargo, el expresidente ultraderechista tuvo una presencia discreta en la campaña y uno de sus más estrechos aliados, el influyente pastor evangélico Silas Malafaia, lo tachó de «cobarde».
«¿Qué clase de líder basura es ese?», dijo el hombre que casó a Bolsonaro con su esposa Michelle.
En Sao Paulo, la llegada de Nunes a la cabeza de la primera vuelta se atribuyó sobre todo al apoyo del gobernador del estado homónimo, Tarcisio de Freitas.
Este exministro de Bolsonaro suena como candidato de la derecha en las presidenciales de 2026.
El líder ultraderechista está inhabilitado políticamente hasta 2030 por desinformar sobre el sistema electoral, aunque confía en conseguir anular la condena y presentarse a la contienda dentro de dos años.
«El nombre es Messias», dijo esta semana Bolsonaro en alusión a su segundo nombre, interrogado sobre quién será el aspirante de la derecha en 2026. «El candidato es Bolsonaro», reafirmó Freitas, junto al expresidente.
Lula, por su parte, deja planear la duda sobre si se presentará a la reelección.
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