Los ataques aéreos israelíes causaron este martes la muerte de al menos 21 personas en Gaza, informaron los autoridades sanitarias locales, y los combates se intensificaron, a la vez que el Ejército israelí afirmaba haber estado atacando centros de mando utilizados por la milicia islamista Hamás.
Las autoridades sanitarias palestinas dijeron que al menos 13 personas, entre ellas mujeres y niños, murieron en dos ataques israelíes contra dos casas en Nuseirat, uno de los ocho campos de refugiados históricos del enclave.
El Ejército israelí no ha hecho comentarios inmediatos sobre los dos ataques.
Otro ataque contra una escuela que albergaba a familias palestinas desplazadas en el barrio de Tuffah, en la ciudad de Gaza, causó la muerte de al menos siete personas, añadieron las autoridades sanitarias.
El Ejército israelí afirmó en un comunicado que el ataque aéreo iba dirigido contra combatientes de Hamás que operaban desde un centro de mando instalado en un complejo que anteriormente había servido como escuela al-Shejaia.
El Ejército acusa a Hamás de utilizar a la población civil y las instalaciones con fines militares, lo que Hamás niega.
Las alas armadas de Hamás, la Yihad Islámica y otras milicias menores afirmaron en declaraciones separadas que sus combatientes habían atacado con cohetes antitanque, fuego de mortero y artefactos explosivos a las fuerzas israelíes que operaban en varias zonas de Gaza.
La reanudación de la violencia en Gaza coincide con una operación terrestre iniciada por Israel en el Líbano. Israel afirma que sus paracaidistas y comandos están librando intensos combates con Hezbolá, respaldada por Irán. El conflicto se produce tras devastadores ataques aéreos israelíes contra la cúpula de Hezbolá.
La operación en el Líbano representa una escalada del conflicto en Oriente Medio entre Israel y los grupos aliados de Irán, que amenaza con involucrar a Estados Unidos e Irán.
Hezbolá comenzó a lanzar cohetes contra Israel hace casi un año, en apoyo de su aliado Hamás en la guerra de Gaza, que comenzó después de que la milicia protagonizara el asalto más mortífero de la historia de Israel el 7 de octubre.
El asalto, en el que según Israel murieron 1.200 personas y más de 250 fueron tomadas como rehenes, desencadenó la guerra que ha devastado Gaza, desplazando a la mayor parte de sus 2,3 millones de habitantes y matando a más de 41.600 personas, según las autoridades sanitarias de Gaza.
Algunos palestinos dijeron temer que el desplazamiento de la atención israelí hacia Líbano pudiera prolongar el conflicto en Gaza, que cumple su primer aniversario la próxima semana.
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