El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, pidió a China que deje de apoyar la «máquina de guerra rusa» en Ucrania, durante una reunión este viernes con su homólogo chino, Wang Yi, en momentos en que las potencias tratan de estabilizar una relación turbulenta.
Blinken le manifestó la «profunda preocupación» de Estados Unidos «por el apoyo de China a la industria de defensa rusa, que alimenta la máquina de guerra rusa y perpetúa la guerra a la que China pretende poner fin».
«No pretendemos disociar a Rusia de China», dijo Blinken en una conferencia de prensa al margen de la Asamblea General de la ONU.
«Su relación es asunto suyo, pero en la medida en que esta relación implica suministrar a Rusia lo que necesita para proseguir esta guerra, es un problema para nosotros», dijo.
Blinken citó a título de ejemplo que las empresas chinas suministran el 70% de las maquinaria útil para Rusia y el 90% de sus productos electrónicos.
El canciller chino le replicó que la posición de Pekín sobre este conflicto es «abierta y transparente, siempre abogando por la paz y el diálogo y trabajando hacia una solución política», según un comunicado de su Ministerio de Relaciones Exteriores.
También instó a Estados Unidos a «dejar de calumniar y sancionar a China y a abstenerse de usar esta cuestión para crear divisiones y provocar confrontaciones de bloques».
China argumenta que nunca ha suministrado armas directamente a Rusia, en contraste con Estados Unidos que ha enviado miles de millones de dólares de armamento a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa en 2022.
China «no ha creado la crisis ucraniana, ni es parte de ella», defendió Wang en una sesión del Consejo de Seguridad esta semana.
En los últimos meses se multiplicaron los contactos entre responsables chinos y estadounidenses para suavizar las tensiones entre ambas potencias, todavía calientes en cuestiones como el comercio.
En su reunión con Blinken, Wang reprochó a Estados Unidos querer «reprimir» el desarrollo económico, comercial y tecnológico de China con la imposición de sanciones, por ejemplo, a los productos electrónicos del país.
Estados Unidos debería «implementar una comprensión racional de China, crear una forma adecuada de coexistencia y establecer un diálogo con respeto», dijo Wang.
Más allá de los diferendos entre ambos países, Blinken quiso destacar también la cooperación entre Washington y Pekín en campos como la lucha contra las drogas sintéticas o el clima.
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