En un parque del norte de Manhattan, el Inwood Hill, con bosques nativos se registró el más reciente incendio forestal en Nueva York. Los bomberos también han tenido que sofocar incendios en otros parques en el área metropolitana como Prospect Park y en Washington Heights. Pero los incendios de Jennings Creek en el área triestatal que cubre Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut siguen ardiendo con aproximadamente 5 mil hectáreas quemadas y ya dejan un empleado de parques muerto. Solamente un 50 por ciento han sido sofocados, en medio de una sequía histórica desde el primero de octubre que se acerca al índice máximo.
«Esta escala mide la sequedad de esos combustibles en el suelo del bosque, que incluye agujas de pino, ramas y ramitas. La escala llega a 800 en su máximo. Actualmente, hemos medido 748 en la escala KPDI. Estos números nunca han sido vistos por el Servicio de Incendios Forestales en nuestros 118 años de historia”, dijo Gregory McLaughlin, Protección ambiental de Nueva Jersey.
Lo que indica que el suelo está seco a 20 centímetros de profundidad. Desde el año 2000, el promedio de incendios forestales en un año en esta área se han triplicado y el fuego amenaza estructuras residenciales y posa un peligro para la salud. El distrito escolar de Greenwood Lake cerró por prevención.
“Ese fuego o ese calor va por debajo de la superficie del suelo, hay prácticamente fuegos subterráneos y ese fuego también se propaga y en algún momento emerge e inicia un fuego por encima del fuego y eso lo hace muy difícil de controlar y podría tener unas consecuencias sumamente graves dado que pues si esta vegetación no está adaptada al fuego eso que queda después de que se apaga el incendio puede ser aprovechado por otras especies oportunistas que son muy efectivas competiendo y que muy posiblemente no van a dejar que esa vegetación que estaba antes pues vuelva a crece», explicó Juan Garibello, Especialista en ecología de restauración de la Universidad de Western Australia.
El terreno empinado y de difícil acceso complican la labor de los bomberos. Los gobiernos de Nueva York y Nueva Jersey emitieron una alerta de prohibición de fogatas y urgieron a los ciudadanos a ahorrar agua y la alcaldía de la ciudad de Nueva York pidió racionamientos de agua voluntarios.
Los meteorólogos pronostican que las lluvias podrán tardar al menos una semana en llegar. Ángela González, Voz de América, Nueva York.