No es muy difícil saber el motivo de los muchos apagones eléctricos que sufre Venezuela en la última década: es el socialismo empobrecedor que se dedicó a hacer política e ideología y no a modernizar sus sistemas de generación, transmisión ni distribución de electricidad que están colapsados y fuera de toda modernidad.
Como todo régimen socialista nacionalizó el sector eléctrico en 2007 creando una “gran” estatal Corporación Eléctrica Nacional con su legislación de 2010 (aprobada por el Parlamento venezolano, denominado Asamblea Nacional) Ley Orgánica del Sistema y Servicio Eléctrico que convirtió a Corpoelec en el operador único en los procesos de generación, transmisión, distribución y comercialización.
Es, entonces, una verdad de Perogrullo que el socialismo destruyó la industria. Primero al nacionalizarla, segundo al no hacer inversiones significativas en el sector ni de mantenimiento ni de ampliación.
No hubo inversiones apropiadas en ninguno de los tramos que conforman la cadena de la industria. Todos los amigos analistas venezolanos -con los que conversé ampliamente- pueden certificar este extremo.
De los “apagones” el régimen únicamente esgrime una estúpida justificación: “Que son ciberataques de la élite imperial”. Nada de eso. Lo que ocurre es que la industria necesita una fuerte modernización y upgrade tecnológico.
Tampoco la empresa estatal Corporación Eléctrica Nacional dio detalles de los problemas que ocasionaron la falla.
Cuando los haters del socialismo internacional me indican “por qué meto mis narices en temas venezolanos”, siempre subrayo sencillamente porque como buen latinoamericano amo a Venezuela y como buen latinoamericano Venezuela es la patria que hay que recuperar de las garras del totalitarismo.
El apagón eléctrico de estos últimos días de agosto, que es parte de una constante de apagones durante todo el régimen socialista, afectó operaciones de comercios, industrias, hospitales y hasta operaciones claves de la petrolera estatal Pdvsa (vean el reporte de Reuters sobre el tema de la terminal, en donde la carga y descarga de buques quedó interrumpida durante varias horas).
Lean cuidadosamente los reportes de la no gubernamental Transparencia Venezuela que taxativamente indica que todo el presupuesto destinado al sistema eléctrico ni siquiera se invierte en el sistema eléctrico: de manera que 61% de los recursos destinados al sistema eléctrico fue desviado en hechos irregulares, vale decir se despilfarró ingentes cantidades de dinero en cualquier cosa (política) menos en modernizar el sistema eléctrico venezolano.
Siempre dije que el socialismo destruyó a Venezuela y a su matriz energética, menos mal que Venezuela tiene mucho petróleo para seguir adelante y reconstruirse desde la raíz. Ensayé, desde 2019, un par de ideas/consejos para que Venezuela pueda reordenar su sistema de petróleo, gas y energía: una vez que asuma el presidente González Urrutia, a través de un remozado Ministerio de Energía, tomar las siguientes medidas:
1) elaborar una nueva ley del petróleo y energía de Venezuela, con enfoque en Pdvsa y la Corporación eléctrica, ambas para su reingeniería total,
2) abrir el mercado eléctrico a inversiones privadas en generación solar, eólica; en transmisión (urgen nuevas líneas y sistemas) y en distribución;
3) elaborar un riguroso análisis contable-financiero de manera de determinar, con precisión, cuánto dinero ingresó y cuánto de ese dinero se dispuso y despilfarró, señalando a los responsables de tal descalabro financiero;
4) con relación al oil: reposicionar a Venezuela como país suplidor de crudo, analizando contratos actuales, situación de exportación y relaciones comerciales con Estados Unidos;
5) analizar situación de la Corporación eléctrica y su urgente estructuración como una S.A., con su directorio y políticas de governance;
6) analizar el estado de las generadoras, las que son en base a Diesel, a gas y ver la viabilidad técnicas y tecnología de las mismas;
7) elaborar un plan de upgrade, mejora, modernización y de incremento de capacidad de tecnología de toda la industria;
8) desburocratizar: Cortar la nómina de empleados que ingresaron por complicidad con el régimen. Basta de ñoquis como dicen en Argentina, basta de vagos que viven de posiciones laborales del estado por ser parte “del partido”;
9) analizar la industria de gas natural en Venezuela que –aunque no tiene la importancia del petróleo– es otro componente económico que debe ser parte de evaluación y proyección, mismo que la industria de generación, distribución y comercialización de electricidad en el país: unificación de un solo ente ejecutivo: un Ministerio de Petróleo, Gas y Energía, al mando de toda la reestructuración del sector.
Los apagones van a continuar en tanto esté el régimen, y luego tomará un tiempo más el reorganizar y rearmar el sector energético. Dura tarea le toca al presidente González Urrutia, pero con el concurso de todos los venezolanos y latinoamericanos va a lograr reconstruir el país y esa industria.