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En la historia británica, siempre ha reinado la reserva sobre la salud del monarca. La revelación por parte del Palacio de Buckingham de que al rey Carlos III le habían diagnosticado cáncer rompió con esa larga tradición.
Por: Clarín
Inmediatamente después de la conmoción y los buenos deseos que siguieron a la declaración oficial del lunes, llegó la sorpresa de que el palacio hubiera anunciado algo. En realidad, la inédita misiva contenía pocos detalles.
Carlos, de 75 años, había iniciado un tratamiento para un tipo de cáncer que no mencionó después de haber recibido ese diagnóstico durante un reciente procedimiento correctivo para el agrandamiento de la próstata. El rey se alejará de sus deberes públicos pero atenderá asuntos estatales durante su tratamiento, que recibirá como paciente ambulatorio, dijo el palacio.
“El Rey tiene cáncer”, declaró el martes el Times de Londres en un escueto titular. No se parecía a ningún otro de la historia británica.
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