Desde la noche del 8 de enero en Ecuador se vive un escenario de guerra. Tras la fuga del líder de una banda criminal informada el último domingo y luego de varios motines en las cárceles que iniciaron la mañana del lunes, el presidente Daniel Noboa declaró el estado de excepción y desde entonces, pese a las disposiciones gubernamentales, durante 24 horas continuas se han registrado al menos 40 hechos violentos en todo el país.
Por infobae.com
Coches bomba, el secuestro de policías en las calles, la retención forzosa de los guías penitenciarios, las amenazas desde las cárceles, la fuga de otro criminal de alta peligrosidad y la incursión terrorista en un medio de comunicación televisado son algunos de los sucesos que llevaron a que Noboa dispusiera a las Fuerzas Armadas la ejecución de operaciones militares al existir un conflicto armado interno.
El decreto 111 firmado por Noboa indicó que todos los sucesos violentos de esta jornada “se configuran como una amenaza terrorista contra los pilares de la soberanía estatal e integridad territorial”. Con base en esto, declaró a las bandas criminales Águilas, ÁguilasKiller, Ak47, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Choneros, Covicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Gánster, Kater Piler, Lagartos, Latin Kings, Lobos, Los p.27, Los Tiburones, Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7, Tiguerones como actores no estatales beligerantes y como organizaciones terroristas.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela Erazo, en un mensaje a la nación aseguró que los miembros de estas bandas “han cometido actos sangrientos y sin precedentes en la historia de la nación, pero a pesar de su brutal maldad, este intento fracasará”. Por ello, informó que: “A partir de este momento, todo grupo terrorista identificado en el mencionado decreto, se ha convertido en un objetivo militar”.
La declaratoria de Noboa sucedió a las 15h00 (hora de Ecuador) y convulsionó a los ecuatorianos que apenas una hora antes habían visto en señal abierta la toma violenta de TC Televisión en Guayaquil. Donde un grupo de más de 10 criminales amenazó con armas largas y explosivos a los periodistas y trabajadores del canal.
En el centro norte de Quito, donde se encuentra el centro comercial y bancario y donde funcionan varias instituciones del Estado, el tráfico vehicular pesado y las personas caminando aceleradamente, incluso corriendo, demostraban la tensión, el miedo y la desesperación. Al mismo tiempo, helicópteros de las Fuerzas Armadas sobrevolaban la ciudad y pelotones de militares se agolpaban en los exteriores de algunas instituciones y edificios, como la Universidad de las Américas, para brindar seguridad.
En el centro histórico, donde se ubica el Palacio de Carondelet, sede del gobierno nacional, las autoridades evacuaban a los funcionarios de la Presidencia y de otras instituciones públicas. A la par, Noboa y las autoridades del Consejo de Seguridad del Estado se reunieron para analizar las acciones que permitan recuperar el control al Estado.
Mientras tanto, en Guayaquil los actos violentos no cesaban. La jornada dejó al menos diez muertos, entre ellos dos policías.
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