Un proyecto de ley presentado ante el Congreso colombiano busca prohibir la comercialización de objetos con la imagen del difunto narcotraficante Pablo Escobar, en un esfuerzo por acabar con la idealización y glorificación del capo de la droga.
La iniciativa pretende poner fin a la venta de productos con el rostro de Escobar, artículos que se pueden encontrar en cualquier ciudad colombiana, pero principalmente en Medellín y Bogotá.
Entre los elementos que se busca prohibir están camisetas, gorras, llaveros, réplicas de la cédula de identidad y todo tipo de “recuerdos” o souvenirs que abundan en locales comerciales y de abarrotes en Medellín, su principal centro de poder y desde donde libró una guerra sin cuartel contra el Estado, por la que se le responsabilizó de más de 4.000 asesinatos.
La Voz de América conversó con el autor del proyecto de ley, el congresista Cristian Avendaño, quien aspira a que el país pueda desligarse de personajes y figuras que promueven una “apología del delito”.
“Lo que pretendemos es dar un salto y poder identificarnos con lo que realmente somos, porque en realidad somos mucho más que Pablo Escobar y el narcotráfico. Hay infinidad de cosas por resaltar y esas son las que debemos promover, y no a personas cuya comercialización de artículos genera hechos revictimizantes”, afirmó Avendaño.
Con el proyecto, añadió, la esperanza es que el país deje definitivamente de lado la idealización de una figura que causó muerte y destrucción a millones de colombianos.
En Medellín, por ejemplo, los comerciantes dicen que venden los productos del capo de la droga por negocio y “porque es lo que la gente busca comprar”, pero también ofrecen llaveros, imanes, libretas, camisetas y gorras con diseños representativos de Colombia.
“De Escobar solo tenemos ruanas (prenda de abrigo), pero no es que se vendan demasiado porque no tenemos muchas cosas alusivas a Pablo Escobar. Las tenemos para estar en el negocio, pero las compran más los visitantes extranjeros, porque tienen esa idea de que Pablo Escobar es Medellín”, dijo a la VOA Ana María Jaramillo, una vendedora de la Comuna 13 de Medellín.
“Los productos que más vendo de Pablo Escobar son camisetas, gorras y la cédula; eso lo compra mucho la gente”, agrega Juan José Restrepo, otro vendedor de la Comuna 13, la que fue el refugio de sicarios de Escobar.
Impacto de las series de televisión en la idealización de Escobar
La propuesta legislativa no contempla la prohibición de las “narconovelas”, como se les conoce a las series de televisión que gozan de amplia popularidad en el país y en el exterior.
Por ejemplo, la serie “El patrón del mal”, que hacía alusión a Pablo Escobar, fue producida por Caracol Televisión y vendida a más de 60 países. Según el catedrático Carlos Charry, director del Doctorado y la Maestría en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario de Bogotá, estas producciones han contribuido al fenómeno de la mercadería y la idealización de Escobar, tanto en Colombia como en el exterior.
“Ese fenómeno que estamos viendo hoy con la figura de Pablo Escobar obedece al impacto que tuvieron las series de televisión que se hicieron alrededor de su vida y que lo convirtieron en una especie de ícono global”, afirma el experto.
“Entonces, es una especie de ícono que rompe esas barreras de lo moral, porque en parte mucha gente se puede identificar con Pablo Escobar, ya que fue una figura contrahegemónica que se enfrentó a los poderes tradicionales. Por eso, la gente lograba identificarse con esa figura de villano, entre comillas, ‘bueno”, agregó.
Charry remarca que ese “heroísmo” que se atribuye a estas figuras también se debe a que personajes como Escobar se aprovecharon de los sectores menos favorecidos para mostrarse como líderes exitosos.
“Él tenía un discurso populista, llegó incluso a construir muchas viviendas en los barrios más deprimidos de Medellín, por lo que creó la imagen de una figura exitosa en estos sectores”, apuntó.
Por último, Avendaño señala que espera que el debate del proyecto para acabar con la figura de Escobar, abatido en una operación militar el 2 de diciembre de 1993 en Medellín, pueda comenzar en el primer semestre de 2025 ante el Congreso en pleno.
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